Unos 500 inmigrantes de origen subsahariano han conseguido este martes entrar en la ciudad española de Melilla (norte de África) tras un asalto masivo a la valla fronteriza con Marruecos, aprovechado una densa niebla como factor sorpresa para conseguir su objetivo, según informa Efe.
Según informaron a Efe fuentes policiales, la cifra de inmigrantes que accedieron a la ciudad podría rondar el medio millar, a la espera de los datos oficiales que continúa recabando la Delegación del Gobierno, lo que supondría el mayor asalto registrado en esa ciudad española en el norte de África.
La visibilidad a la hora que se produjo el asalto a la valla, en torno a las 8.00 horas (7.00 GMT) era prácticamente nula y apenas se podía ver a unos metros del perímetro. Tras saltar el triple vallado, los inmigrantes se dirigieron al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla que, antes de la entrada de este martes, albergaba a unas 1.400 personas, el triple de su capacidad.
Algunos de los recién llegados presentaban heridas leves y fueron atendidos por miembros de la Cruz Roja. Por otra parte y según informaron las autoridades de Marruecos, 33 personas resultaron heridas en la zona marroquí de la frontera en este asalto. De los 33 heridos, 5 son policías que fueron alcanzados por las pedradas de los emigrantes, que respondieron así a los intentos policiales de impedir su salto a la valla, según las fuentes.
El último asalto a la valla de Melilla tuvo lugar el pasado 10 de marzo, cuando unos 15 inmigrantes lograron acceder a Melilla
Veintiocho inmigrantes necesitaron atención médica al resultar heridos "por las alambradas" del vallado fronterizo, dice el comunicado emitido por Rabat. El de este martes es el segundo asalto que se consuma este mes de marzo en Melilla y el quinto desde que el pasado 6 de febrero quince inmigrantes subsaharianos fallecieran ahogados al lanzarse al mar en su intento de entrar en la ciudad autónoma de Ceuta.
Ambas ciudades españolas, fronterizas con Marruecos en la costa mediterránea, viven desde hace meses una extrema presión migratoria que mantiene en alerta constante a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El último asalto a la valla de Melilla tuvo lugar el pasado 10 de marzo, cuando unos 15 inmigrantes lograron acceder a la ciudad en un intento protagonizado por cerca de 150 personas.
Horas antes lo habían intentado otros 700 inmigrantes, aunque ninguno de ellos consiguió su propósito por el despliegue policial a ambos lados de la frontera. Hasta el ocurrido este martes, el asalto más importante registrado este año, en cuanto a número de inmigrantes, tuvo lugar el pasado 28 de febrero cuando al menos 214 personas procedentes de Guinea y Camerún, consiguieron entrar en Melilla.
Por su parte este martes el Ministerio del Interior enviará con carácter urgente a Melilla a un total de 120 agentes, entre guardias civiles y policías nacionales, para reforzar la seguridad de la valla, informaron a Europa Press en fuentes de Interior.
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