El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha anunciado este jueves la puesta en marcha, con carácter de urgencia, de mejoras en la valla de Melilla con una inversión de 1.500.00 euros, al tiempo que ha descartado la presencia del Ejército para reforzar el trabajo de la Guardia Civil, como ocurrió en 2005.
En una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Asamblea de Melilla, Fernández Díaz ha anunciado esta inversión para mejorar la eficacia de la valla y poder hacer frente a la presión migratoria que sufre la ciudad, comparable a la de hace ocho años.
Las medidas supondrán la colocación de una malla "antitrepa" en unos 15 kilómetros del perímetro, tanto en la valla interior como en la exterior, la colocación de tres torres donde se van a instalar tres cámaras térmicas de vigilancia y la eliminación de unos elementos del vallado, los flejes, que actualmente ayudan a los inmigrantes a dar el salto.
Un vehículo kamikaze coincide con la visita del ministro
Durante la madrugada, las autoridades marroquíes han evitado el acceso a la ciudad de Melilla de un vehículo ocupado por 17 personas de origen subsahariano que trató de cruzar el paso fronterizo de Beni Enzar por el procedimiento kamikaze, lanzándose a través del carril de salida de vehículos de salida desde España a Marruecos, es decir, en dirección contraria, han informado a Europa Press fuentes policiales.
Estas mismas fuentes han precisado que la Policía marroquí ha logrado interceptar el vehículo usando los 'pinchos' habituales de los controles de vehículos para estallarle las ruedas.
Se trataba de un Jeep Grand Cherokee de color oscuro y con matrícula española, concretamente de Lérida. Las fuentes consultadas relatan que en su interior iban 17 personas -diez hombres, cinco mujeres y dos menores de edad-, todos ellos de origen subsahariano.
Con motivo de este incidente, que ha tenido lugar alrededor de las 4.00 horas, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía se han visto obligados a cerrar el paso fronterizo hasta que se ha podido aclarar el asunto. Todos los ocupantes del vehículo, que quedó atrapado en los pinchos, han sido trasladados a las dependencias policiales marroquíes ya que ni siquiera llegaron a entrar en España.
En febrero de 2013, se produjeron dos entradas de coches kamikazes en apenas unos días, lo que obligó a adoptar una serie de medidas, entre ellas la devolución a Marruecos de los 21 inmigrantes que viajaban en ambos vehículos. Tras los coches, otro de los sistemas empleados son las motos que, de la misma manera, se saltan todos los controles de seguridad para conseguir el objetivo de acceder a la ciudad.
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