En el acto VIVA 22 de Vox que se celebró este fin de semana en Madrid estuvieron presentes varios rostros distinguidos del ala dura de la derecha internacional, pero fue el argentino Javier Milei, conocido popularmente como el 'peluca' Milei, el que despertó más euforia entre los asistentes. Y también entre los diputados. Algunos de ellos, como José María Figaredo, actual secretario general del grupo parlamentario Vox en el Congreso, no dudó en hacerse un selfie con el invitado 'estrella' e Iván Espinosa de los Monteros llamó a seguir su discurso haciéndose eco de su grito de guerra: "¡Viva la libertad, carajo!". "No creí que de este lado del Atlántico me conocían tanto", reconoció sorprendido el líder de La Libertad Avanza.
Hubo dirigentes extranjeros por doquier. "Al PP solo le queda Úrsula von der Leyen", se mofaban en Vox. El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, saludó a los simpatizantes del partido desde un avión y felicitó a Abascal por su "increíble" trabajo. También apareció la donna forte de la política italiana, Giorgia Meloni, que justificó su ausencia por estar inmersa en la formación de gobierno tras su triunfo electoral. El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawicki, fue otro de los grandes protagonistas del Mad Cool voxero y aprovechó su intervención desde el escenario para lanzar un alegato a favor de los valores occidentales y cristianos. Y para cargar contra la Rusia de Putin. Pero entre exmandatarios y mandatarios, Santiago Abascal decidió reservar un generoso hueco al emergente Milei: el hombre del momento en Argentina. Al menos a nivel mediático.
Nacido en el convulso Buenos Aires de 1970, probó como portero de fútbol en las divisiones inferiores del equipo Chacarita, pero, en plena hiperinflación, se percató de que lo suyo era la economía. Estudió en la Universidad de Belgrano y, en esos mismos años, coqueteó también con el rock. "Hacíamos covers de los Stones y componíamos temas propios", contó en una de sus primeras entrevistas.
Milei, tercero en las encuestas
El economista porteño ha pasado en tiempo récord de la docencia a predicador del liberalismo en el prime time televisivo y, de ahí, al Congreso de la Nación como diputado. De polemizar en tertulias, a suponer una amenaza para el macrismo y para un peronismo en caída libre. Las últimas encuestas del país andino le sitúan como tercera fuerza de cara a las presidenciales de 2023, por detrás de Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Pero las distancias hacia las dos coaliciones son cada vez más cortas. Como su cabellera. Acostumbrados a verle con la melena absolutamente revuelta, hay quienes bromean con que su nuevo corte de pelo pinta más presidencial. "A mí me peina Eolo", defiende Milei cuando los periodistas le sacan el asunto.
Convencido de que si llega a segunda vuelta irrumpirá en la Casa Rosada, el parlamentario argentino arrancó los aplausos de los simpatizantes de Vox al poner en la diana al "zurderío". "No tengan miedo, den la batalla contra el zurderío que la vamos a ganar, esto no es para tibios, somos superiores moralmente [...] En 1989 se cayó el muro de la vergüenza y aplastó a los zurdos. Y sin embargo, siguen contaminando a nuestra sociedad", enfatizó tras el atril.
Consciente de que Iglesias usaba el concepto "casta", Milei prescindió del término en su arenga a los simpatizantes de Vox
Sin embargo, el concepto de "casta", uno de sus favoritos, desapareció de su discurso. Consciente de que Pablo Iglesias utilizaba esa palabra en España para denunciar a las élites que por sus posiciones privilegiadas podían formar la selecta clase de gobierno, Milei prefirió olvidarse del término en su arenga a los simpatizantes de Vox.
Para el argentino, crecido en el barrio de Palermo, los políticos son todos iguales y buscan reforzar sus privilegios más allá de sus diferentes ideologías. Unos "chorros". "Soy peligroso para la casta política porque conmigo se acabó la joda", apuntó en una de sus intervenciones en Argentina. "Yo grito mucho porque estoy indignado y cansado de la casta política que, día a día, nos está robando el futuro", expresó en otra. "Soy un outsider, me meto solo porque quiero terminar con esta casta política que nos empobrece", advirtió. Una casta que estaría dominada por el peronismo y su variante kirchnerista, pero también, aunque en menor medida, por el macrismo.
De la "casta" al "zurderío"
En España, Milei se centró en los zurdos. "El zurderío nos contamina la vida... Miren el caso de Argentina. Cuando abrazó las ideas de la libertad en 1895 después de 35 años llegó a ser el país más rico del mundo. Hoy después de más de 100 años de estar abrazando tanto socialismo hoy Argentina está 70 en el ranking mundial si se toma el tipo de cambio oficial y 140 si se toma el tipo de cambio paralelo", criticó.
El socialismo es una máquina de empobrecer, un fenómeno miserable, un fenómeno del odio, todo lo que toca lo arruina"
Según Milei, un socialista es alguien que pudiendo ser libre prefiere ser esclavo, ya que no soporta el brillo que podrían tener otros seres humanos. "El socialismo es una máquina de empobrecer, un fenómeno miserable, un fenómeno del odio, un fenómeno de la violencia, todo lo que toca lo arruina", recalcó para después avisar de que los socialistas están trasladando la batalla desde la esfera económica a otros aspectos de la sociedad mediante, por ejemplo, la ideología de género, el lenguaje inclusivo o la agenda ecologista. El socialismo, dice, genera desequilibrio fiscal y endeudamiento: "pasar la fiesta de hoy a nuestros hijos y nietos". Precisamente, estas reflexiones son las que estarían captando a un número cada vez mayor de jóvenes argentinos que, hasta ahora, vivían sumidos en la desafección política.
El diputado porteño también trató de desmontar la idea de que el libre mercado es inmoral porque genera desigualdad. Así, defendió que la idea de "donde nace una necesidad, nace un derecho" es incorrecta, ya que "las necesidades son infinitas y los recursos alguien los tiene que pagar". En este sentido, expresó que la "justicia social" es una idea "violenta e injusta porque implica tratar de manera desigual ante la ley, quitarle a uno para darle a otro".
"Anarcocapitalista y liberal libertario"
Señalado como "facho" por sus adversarios políticos, como derecha libertaria en los medios argentinos y como ultraderecha en los internacionales, Milei se autodenomina como anarcocapitalista y liberal libertario. Para definir el liberalismo, recurre al pensamiento del economista Alberto Benegas Lynch. "El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada", repite en cada mitin. A muchos de ellos va con chaleco antibalas. Él es seguidor de los postulados formulados por los economistas de la escuela austriaca.
Se opone al aborto, incluso en casos dónde una mujer o una niña fue abusada sexualmente y lo llama un "asesinato agravado por el vínculo", a excepción de que la vida de la madre corra peligro. El líder de La Libertad Avanza considera que "la mujer puede elegir sobre su cuerpo, pero lo que tiene dentro del vientre no es su cuerpo, es otro individuo", y esto atenta contra el citado "el principio de no agresión".
Milei es católico, pero reconoce ser un admirador del pueblo Judío. Estudia la Torá y cuenta con rabino como asesor
Milei es católico, pero reconoce ser un admirador del pueblo Judío y de sus enseñanzas. Estudia la Torá y cuenta con un rabino como asesor. Entre las medidas que propone, destaca la de dinamitar el Banco Central de Argentina. Quiere destruir completamente el peso argentino y dolarizar la economía. Además, aboga por un plan "motosierra" que sirva para "eliminar de cuajo la obra pública" y avanzar hacia un sistema de iniciativa privada 'a la chilena'.
Sortea su sueldo entre los argentinos
Al igual que Vox, también pretende eliminar el Ministerio de la Mujer y, a diferencia de Vox -y de cualquier otro partido-, emplaza a los diputados a dejar de cobrar su sueldo. Él ha optado por sortear el suyo cada mes. "El motivo por el cual decidí sortear mi dieta tiene que ver con mi visión filosófica sobre el Estado. Desde mi punto de vista, el Estado es una organización criminal, una organización violenta, que se financia con una fuente coactiva de ingresos, es decir, los impuestos. Por lo tanto, desde mi punto de vista, dado que los impuestos no se pagan voluntariamente, sino que se hace a punta de pistola, para mi son un robo", explicó en una entrevista en Libertad Digital.
En ese contexto, dice, sentiría que cobrar la dieta es como ser cómplice del botín. "Mi idea es lo que hacía Robin Hood, es decir, iba al recaudador y les cobraba los impuestos a las personas, entonces iba Robin Hood y robaba esos impuestos al recaudador y se los devolvía a la gente. Por lo tanto, yo veo esta situación como una devolución de ese dinero a su dueño originario", declaró.
A la primera rifa se apuntaron un millón de personas. Entre ellas, algún que otro kirchnerista. Para desgracia de Milei, su primer sueldo le tocó a Federico Nacarado, un hombre de 40 años que decía amar a Cristina Kirchner: "En casa somos super K", declaró a los medios locales. Al menos tuvo el consuelo de Conan, su perro, al que ya ha reconocido priorizar por delante de la economía, de su trabajo y de las mujeres. Por ese orden y sin despeinarse. O sí.
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