Las polémicas cartas de militares retirados que han sido enviadas al rey Felipe VI a lo largo del mes de noviembre tienen unos promotores, que se han encargado de redactar los escritos, y también unas cabezas visibles que han buscado las adhesiones de sus compañeros de promoción y que han influido en aquellos que albergaron dudas a la hora de firmarlos.
La primera de las misivas fue la de la XIX Promoción de la Academia General del Aire (AGA) y se envió a La Zarzuela el 10 de noviembre con 39 firmas de jefes y oficiales retirados. El texto lo encabezaba el general de división Francisco Beca Casanova, quien luego ha sido uno de los protagonistas del chat interno de dicha promoción en el que se hablaba de dar un golpe de Estado y fusilar a 26 millones de "hijos de puta", al tiempo que se refería a Franco como el "irrepetible".
El promotor de esta misiva del AGA fue el capitán José Manuel Adán Carmona, quien colgó el uniforme y llegó a ser inspector de finanzas y subdirector general del Ministerio de Economía y Hacienda, según El País. Además, la carta al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, la encabezaba José Molina Zataraín en nombre de sus compañeros, entre los que había coroneles, tenientes coroneles y capitanes junto al citado general Beca.
En cuanto al segundo escrito, el de la XXIII Promoción de la Academia General Militar (AGM) del Ejército de Tierra, los promotores del manifiesto dirigido al Rey fueron el general de División Francisco Fernández, quien elaboró el texto inicial, y el coronel Juan Albero, quien se encargó luego de recolectar las firmas.
El borrador inicial sólo contó con una treintena de adhesiones iniciales entre sus miembros. Ello provocó que el general Fernández lamentase en un segundo correo la falta de implicación de sus conmilitones en un momento tan difícil, según él, para España.
Esas duras palabras provocaron que pidiese disculpas en un tercer mensaje, pero en paralelo mandató a otro promotor, cuya identidad desconoce este periódico, para que llamase, uno a uno, a aquellos que no se habían animado a dar un paso al frente. Algunos de los 'llamados al orden' equipararon estas llamadas telefónicas a un "intento de presión", según fuentes consultadas por Vozpópuli.
Cesado por Bono
El general Fernández cuenta en su expediente con un controvertido cese en 2006 como comandante general de Melilla que nunca se aclaró. El relevo ordenado por el entonces ministro de Defensa, José Bono, causó sorpresa en medios castrenses ya que este alto mando contaba en aquel momento 60 años y no había completado su carrera militar.
La causa del relevo, según publicó en su día El País, estuvo en la falta de sintonía del destituido con el jefe de la Fuerza Terrestre, el teniente general Pedro Pitarch, de quien dependían las guarniciones de Ceuta y Melilla, entre otras unidades. Se da la circunstancia de que Pitarch y Fernández son compañeros de la citada XXIII Promoción de la AGM, aunque el primero no se sumó a la iniciativa.
Hay que recordar que entre los firmantes no estaban los tres primeros de la promoción, los tenientes generales Manuel Bretón, Rafael Barbudo y el citado Pedro Pitarch. Tampoco los número uno de Infantería, Artillería, Ingenieros y Guardia Civil. Sólo aparecía el de Intendencia, el general de División Ángel Gil Barberá.
Por lo tanto, los representantes con mayor antigüedad de la XXIII Promoción de la AGM no vieron con buenos ojos esta iniciativa, un hecho que causó sorpresa en muchos de los firmantes a posteriori pues creían que el escrito había sido promovido entre los compañeros que habían llegado más lejos en el escalafón militar.
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