Están en primera línea de acción contra el coronavirus y denuncian "falta de transparencia" del Gobierno sobre su estado de salud. Ya hay más de 3.100 militares desplegados en la Operación Balmis, pero no hay ninguna información sobre cuántos de ellos han sido alcanzados por la enfermedad o están en cuarentena. "No entendemos el por qué", lamentan los efectivos. "La falta de datos también es un riesgo". Y piden al Ejecutivo de Pedro Sánchez que haga públicas las estadísticas de la incidencia del virus entre las Fuerzas Armadas.
Los militares se mueven en la incertidumbre. ¿Cuántos compañeros han caído enfermos? Muchos de ellos han escuchado que una u otra unidad tienen a una parte significativa de sus miembros en cuarentena. ¿Hay suficiente material para todos? Preguntas que lanzan al Ministerio de Defensa.
Las asociaciones representativas en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS) canalizan las quejas de los militares desplegados en primera línea contra el coronavirus. "Es verdad que esta situación nos ha pillado a todos por sorpresa, el estado de alarma no es algo habitual; pero ya ha pasado el tiempo suficiente desde que empezó el despliegue -12 días se cumplirán este viernes- como para empezar a publicar los datos", estiman los portavoces asociativos, en conversación con Vozpópuli.
Falta de transparencia
Los representantes de las asociaciones lamentan la falta de transparencia en las estadísticas relacionadas con el coronavirus en las Fuerzas Armadas. "Nos llegan notificaciones de unidades que han estado en puntos de riesgo, como en residencias de mayores, cuyos efectivos han sentido síntomas. Pero no nos llega información al respecto", lamenta Marco Antonio Gómez Martín, presidente de la Asociación de Tropa Y Marinería Española (ATME).
Jorge Bravo, de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), manifiesta su "preocupación" por la falta de datos: "No sabemos si obedece a que si el Ejército se desplegó más tarde que los cuerpos policiales y por eso no se han podido contrastar las estadísticas, o si las ocultan por otros motivos". "Nos llama mucho la atención que no se esté ofreciendo esa información", añade Francisco Bellón, de la Unión de Militares de Tropa (UMT). "Desconocemos si hay una lista de personas contagiadas".
Miquel Peñarroya i Prats, presidente de la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO), afirma que por el momento no han recibido ningún dato estadístico sobre contagios en filas militares: "Vamos a pedir al Ministerio que nos los dé".
Material entregado a los militares
Otro de los puntos que los militares ponen encima de la mesa es el material entregado a los efectivos desplegados. Los portavoces coinciden en que la mayoría de sus compañeros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) cuentan con el equipo necesario para cumplir sus funciones. También aquellos del Ejército de Tierra que colaboran en labores de desinfección.
"Hemos recibido quejas de personal que patrulla protegiéndose la cara con su bufanda tubular, que es de tela, y que se cubren los ojos con gafas de dotación de conducción", señala el presidente de ATME. Desde AUME entienden que la escasez de material sanitario afecta a todos los sectores, incluso a los médicos que trabajan en los hospitales: "Pero a las Fuerzas Armadas no se les ha considerado grupo de riesgo y hay escasez de equipos de protección".
Asociaciones como UMT han abierto una página de denuncias en su página web para recibir notificaciones de falta de material o cualquier otra queja: "Se comprueba viendo en televisión cómo hay muchos militares que no van adecuadamente protegidos, hace falta tomar medidas para proteger a quien protege", detalla su presidente.
Las propuestas de las asociaciones
Los portavoces de las asociaciones representativas lanzan sus propias propuestas para minimizar la incidencia de la pandemia entre los miembros de las Fuerzas Armadas. Jorge Bravo, de AUME, solicita que se cumplan a rajatabla las resoluciones adoptadas desde el Ministerio para fomentar la conciliación en esta crisis. También que se tomen medidas en los cuarteles para que el personal no comparta espacios reducidos o instalaciones comunes.
Marco Antonio Gómez Martín, de ATME, sugiere que se movilicen a los reservistas de especial disponibilidad para prestar apoyo en aquellos puntos en los que las Fuerzas Armadas puedan estar desbordadas. Y que una vez terminada la crisis, se revise la situación salarial de los efectivos: "Somos una institución muy valorada y estamos para cumplir, pero somos los empleados públicos peor pagados de la administración".
La Unión de Militares de Tropa (UMT) ha enviado un documento de nueve páginas con sugerencias al Ministerio de Defensa. Entre ellas, que se aplace la desvinculación de aquellos militares que cumplen 45 años durante esta crisis, que se pospongan los exámenes de permanencia en las Fuerzas Armadas y que se reconozca a los militares como personal de alto riesgo.
Por último, desde ASFASPRO piden el "reconocimiento económico adecuado" a sus desempeños: "Parece que nos dedicamos a haber batallitas en campos de maniobras, pero ahora se comprueba que las Fuerzas Armadas están preparados para cualquier desastre de cualquier tipo -afirma Miquel Peñarroya i Prats-. Nuestro trabajo tiene que ser valorado también retributivamente".
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