"El Ministerio de Interior no quiere personal de tropa y marinería que ingrese en la Policía Nacional". Con esa afirmación, la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), con representación en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, denuncia las dificultades que los militares encuentran a la hora de cambiar el uniforme por el azul, a pesar del número de plazas que tienen reservadas en cada convocatoria de la Policía. Según aseguran desde la asociación, es "especialmente llamativa" la baja proporción de militares que consiguen superar todas las pruebas de acceso, en comparación con lo que ocurre en otros procesos similares, como el de la Guardia Civil.
De acuerdo a los datos obtenidos por la asociación militar a través del portal de Transparencia, el número de instancias de acceso a la Policía Nacional presentadas en 2021 por miembros de tropa y marinería -la escala de las Fuerzas Armadas a la que hacen referencia- fue de 310, para cubrir las 444 plazas reservadas a los efectivos de los ejércitos y la Armada.
La cifra de instancias de acceso ha ido en claro descenso en los últimos años: 1.327 en 2017, 707 en 2018, 503 en 2019, 433 en 2020 y los 310 de 2021. "ATME entiende que existen motivos más profundos, como las trabas que se ponen por parte del ministerio del Interior, cuya Dirección General de la Policía elabora la convocatoria, al ingreso de estos militares", afirman desde la asociación militar.
"Dificultades para preparar las pruebas"
Según afirma ATME, los aspirantes militares que pretenden entrar en la Policía Nacional acaban encontrando una serie de obstáculos que dificultan su acceso, lo que justifica el descenso de personal que se presenta a las pruebas en los últimos años: "Las academias [de preparación] les recomienden que se presenten a la oposición libre" y no a través de las plazas convocadas para tropa y marinería, porque encontrarán "menos complicaciones" para terminar vistiendo el azul.
¿La razón? "La dificultad de preparar adecuadamente la prueba de conocimientos, recordemos que la disponibilidad requerida para la vida militar (guardias, maniobras, continuadas, navegaciones, etc.), junto a la desmotivación al conocer las pobres cifras de plazas reservadas ocupadas a lo largo de los años y la opinión generalizada de que se pondrán todas las trabas posibles para que no sean cubiertas por militares, son las principales causas que hace que un aspirante no se presente al comienzo de las pruebas ni, a día de hoy, presente la solicitud".
El número de plazas
De las 2.456 plazas autorizadas para ingreso por oposición libre en la Escala Básica de la Policía Nacional, se reservan 491 para militares temporales y 1.965 para personal civil. Las plazas no ocupadas por el personal militar pasarán al turno de oposición libre: "La nota de corte (punto 6.1.2 de la convocatoria) se establecerá, hasta llegar a 1,5 aspirantes por plaza, entre las 2.947 mejores notas (1.965 + 982), con lo cual para que un militar pase la citada prueba deberá estar en ese corte. Como se puede ver, la ratio se va a realizar exclusivamente sobre las plazas no reservadas (1.965) y no sobre la totalidad de las plazas (2.456)", afirman desde ATME.
Para la asociación, "si se estableciese la nota de corte sobre la ratio de 1,5 con relación a la totalidad de las plazas, está sería entre las 3.684 mejores notas (2.456 + 1.228)": "Dicho claramente, habría 737 plazas más para poder entrar en la nota de corte". Y añaden: "No hacen falta más cursos de preparación, sino unas bases en la convocatoria que no perjudiquen al personal militar y sean justas con el bagaje que pueden aportar a la Policía Nacional (trabajo en equipo, formación, disciplina, cualidades físicas, etc.) y con su deseo de continuar trabajando en beneficio de la ciudadanía".
Por todo eso, ATME ha pedido al Ministerio de Defensa que mantenga "contactos" con Interior para que "en próximas convocatorias haya una ordenación dentro de cada modalidad de ingreso en la Policía Nacional". También han solicitado una reunión con el director general de la Policía Nacional, Francisco Pardo Piqueras, para "buscar una solución beneficiosa" para ambas partes.
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