Los militares del regimiento América 66 desplegados en la frontera con Francia han recurrido a una solución improvisada para atender sus necesidades fisiológicas más básicas: sillas a las que se les ha serrado el fondo de madera que hacen las veces de retretes portátiles. Los efectivos forman parte de la Operación Balmis de lucha contra el coronavirus.
Las imágenes a las que ha tenido acceso Vozpópuli muestran el imaginativo recurso con el que tienen que lidiar los efectivos desplegados en el Pirineo navarro. Según fuentes militares consultadas por este diario, la intención es que cada efectivo en la frontera con Francia utilice una bolsa en cada visita y que después gestiones los residuos. Para lograr algo de intimidad, se desplegaría un poncho sostenido con unas varillas.
Los militares adaptaron las sillas en su propio acuartelamiento, en la localidad navarra de Aizoáin. Allí está destinado el regimiento de cazadores de montaña América 66, a cuyos efectivos se les ha encomendado -entre otras- la vigilancia de la frontera terrestre con Francia. Una medida de excepción para liberar a policías nacionales y guardias civiles de este cometido y que éstos puedan desplegarse en otras funciones. Otros contingentes militares vigilan el perímetro con Portugal y Marruecos -en Melilla-.
Preguntas a Defensa
Según ha sabido este diario, la Asociación de Tropa y Marinería Española ha recibido denuncias anónimas de militares desplegados en la frontera con Francia sobre el uso de estos recursos y elevará una serie de preguntas al Ministerio de Defensa acerca de la problemática. Los efectivos lamentan no disponer de un urinario químico transportable y que se haya recurrido a estas sillas adaptadas, que ya han sido enviadas a la frontera con Francia.
Fuentes oficiales del Ministerio de Defensa informaron de que los militares del regimiento América 66 se desplegaron este sábado en los pasos fronterizos del Pirineo navarro. En las fotografías se les puede ver desarrollando labores de control de tráfico junto a unidades de la Guardia Civil. El mismo regimiento ha efectuado labores de patrulla en otras zonas urbanas de la Comunidad Autónoma.
Casi 8.000 militares desplegados
Tal y como detalló en rueda de prensa el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del Aire Miguel Ángel Villarroya, los militares desplegados en la Operación Balmis tienen condición de agentes de la autoridad. En sus intervenciones, no obstante, no están autorizados para practicar detenciones o imponer sanciones; en todo caso, pueden retener a un ciudadano que incumpla el estado de alarma para ponerlo a disposición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De ahí la decisión de mezclar a guardias civiles y militares en los puestos fronterizos.
Estos despliegues en el perímetro territorial no deben de confundirse con las patrullas mixtas entre policías, guardias civiles y militares que el Gobierno anunció hace más de tres semanas y que aún no han llegado a activarse. Según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Defensa, por el momento hay desplegados 7.780 militares en 232 localidades en el plan de choque contra el coronavirus. Patrulla, vigilancia de infraestructuras críticas y desinfección son sus principales cometidos.
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