Desde que hace 10 días el Gobierno anunciara la liberalización de Renfe Operadora para julio de 2013, poco se ha hablado del asunto. Fomento partirá el operador en cuatro entidades –Viajeros, Mercancías y Logística, Fabricación y Mantenimiento, y Arrendamiento-, una operación tildada por una parte de “blanda”, pero vilipendiada por otra encabezada por los sindicatos ferroviarios, que han convocado una huelga total para este viernes. Unos y otros coinciden en una crítica: la liberalización prevista es todavía vaga, poco certera, imprecisa.
Queda un año para que los planes de Fomento con Renfe se materialicen. “Pero aún podemos tener alguna sorpresa en agosto”, comenta una fuente del sector, en alusión a los [como mínimo] tres Consejos de Ministros que se esperan en el mes entrante. Según otras fuentes de Renfe, la supresión de medio centenar de trayectos de Media Distancia puede producirse en menos de lo que canta un gallo.
Un cierre que coincidirá bastante con los 52 trayectos “a menos del 15% de su capacidad” y los 176 apeaderos “a los que no llega ni un sólo viajero diario”, tal como explicó Ana Pastor en el consejo del pasado 20 de julio. Vozpópuli ha tenido acceso a las cifras de usuarios de los trenes de Media Distancia durante el año pasado, en las que la ocupación media de algunos trayectos es realmente baja: 11 pasajeros por tren en la línea Granada-Linares Baeza, 13 en el Avant (lanzadera de alta velocidad) entre Huesca y Zaragoza, 15 entre Córdoba y Bobadilla, 19 entre Sevilla y Osuna, 15 entre Orense y Puebla de Sanabria, 24 entre Ávila y Salamanca, 18 entre Sevilla y Mérida…
Sea como fuere, Fomento no contempla tocar los Cercanías, que seguirán funcionando como Obligaciones de Servicio Público, o, lo que es lo mismo, recibiendo subvenciones en caso de que estos trayectos lo necesiten. Los trenes de ámbito regional –abarcados por la Media Distancia- registraron en 2011 pérdidas de 175 millones de euros.