España

Interior da marcha atrás y aparca el proyecto de crear 22 medallas para premiar el "patriotismo"

La Dirección General de la Policía retira del proyecto de Ley Orgánica de Régimen de Personal de la Policía Nacional los artículos con los que pretendía que las condecoraciones pasasen de cuatro a más de una veintena para premiar el "patriotismo, lealtad y eficacia" de agentes e instituciones.

  • Jorge Fernández Díaz, en un acto de la Policía el pasado mes de febrero.

No habrá lluvia de medallas... por ahora. El Ministerio del Interior ha decidido eliminar del proyecto de Ley Orgánica del Régimen de Personal de la Policía Nacional todos los artículos con los que pretendía elevar de cuatro a 22 el número de medallas que actualmente se conceden en el Cuerpo Nacional de Policía. La decisión fue comunicada el pasado martes a los representantes sindicales de los agentes, que se habían mostrado muy críticos con la medida. El proyecto de crear nuevas condecoraciones fue desvelado por Vozpópuli el pasado 15 de abril, sólo unas semanas después de que estallara el escándalo por la concesión de una de estas condecoraciones policiales a la Virgen del Amor. Ésta última decisión se encuentra actualmente en la Audiencia Nacional, que el próximo mes de junio se pronunciará sobre su nulidad o no.

La Dirección General de la Policía no renuncia a crear nuevas medallas, pero opta por sacarlas del proyecto de Ley de Personal y darse un tiempo para consensuarlas con los sindicatos

Ahora, la Dirección General de la Policía ha decidido sacar de este proyecto normativo todo lo referido a los reconomientos públicos. Sus responsables anunciaron a los sindicatos policiales que, no por ello, renuncian a modificar el actual sistema de condecoraciones, pero que ahora creen necesario apartarlo del texto legal en tramitación para dejar todo lo referido a "banderas, recompensas y honores", que así se llamaba el título de la ley que desarrollaba la polémica cuestión, para otro proyecto normativo. Interior pretende, de este modo, alcanzar un consenso con los representantes de los agentes en un tema que ha provocado numerosos roces con los policías y dado mala imagen al departamento.

El espacio que dedicaba a detallar las nuevas condecoraciones en el proyecto era amplio. Nada menos que nueve capítulos del Título XII de la ley. En ellos se destacaba que "la orden del Mérito Policial tiene como finalidad premiar a los Policías Nacionales en el ejercicio de sus funciones cuando acrediten cualidades excepcionales de ejemplaridad, valor, sacrificio, eficacia y dedicación al servicio que redunden en beneficio de la sociedad". Un reconocimiento que extiendía "a otras personas ajenas al cuerpo o instituciones que sean acreedoras de ello por su ejemplaridad y cooperación al realizar actos que redunden en la eficacia y el prestigio del Cuerpo Nacional de Policía". Esta referencia fue interpretado, de hecho, como un intento de Interior de dar cobertura legal a medallas como la recibida por la Virgen del Amor.

Azul, "ejemplaridad"

Para ello, fijaba seis categorías de medallas, cada una con un distintivo de color diferente en función de los méritos que concurriesen. Así, las que iban a tener distintivo azul reconocerían la "ejemplaridad"; las rojas, "el valor"; las amarillas, "el sacrificio"; las blancas, "la eficacia en el servicio"; las verdes, "la dedicación al servicio"; y las celeste, "la cooperación". Todas ellas menos una tendrían a su vez cuatro modalidades: cruz de oro, cruz de plata, cruz de bronce y medalla colectiva. Las de distintivo azul se limitarían a la "gran cruz" y "placa". En total, 22. Hasta ahora sólo existían las medallas de oro y la de plata, y las cruces con distintivo rojo y blanco.

Los beneficios económicos vitalicios de las nuevas medallas iban desde el 20% de las cruces de oro al 10% de las de bronce, siempre que fuesen con distintivo rojo o amarillo

De todas ellas, seis "dabán derecho a percibir las cantidades proporcionales a sus retribuciones". Se trataba, en concreto, de las cruces de oro, de plata y de bronce que llevasen distinto rojo o amarillo. De ellas, las primeras percibirían con "carácter vitalicio" un 20% del sueldo, mientras que las de plata sería de un 15% y las de bronce un 10%. "El derecho a percibir estas cantidades [...] será acumulable para el caso de concederse dos o más recompensas de alguna de las categorías", detallaba el proyecto, por lo que se eliminaba el límite actual que impedía cobrar por más de tres medallas pensionadas. El texto del proyecto destacaba a su vez que en el caso de que las medallas fuesen concedidas a policías"muertos en acto de servicio o a consecuencia del mismo", estas recompensas se incorporarían a la pensión de "sus cónyuges viudos, hijos hasta los 35 años y progenitores a partir de la edad de jubilación".

El proyecto pretendía también fijar las condiciones para su concesión y, de este modo, sustituir la ley de 1964 que era la que hasta ahora determinaba qué agentes eran merecedores de las condecoraciones. Así, la Gran Cruz con distintivo azul sólo serían concedidas a aquellos agentes con "al menos" 30 años de servicio y que hayan alcanzado la categoría de comisario principal. Además, se les exigiría "una trayectoria profesional de carácter excepcionalmente ejemplar, exponente de las cualidades de patriotismo, lealtad y eficacia que sirva de referencia para los miembros del Cuerpo Nacional de Policía". Para que alguien ajeno a la institución tenga derecho a la misma, debería "realizar actos que redunden con trascendencia nacional o internacional en la eficacia y el prestigio de la Policía Nacional". Para la placa, sólo se exigiría 20 años de servicios y "una conducta de ejemplaridad sobresaliente". A ella podrían acceder agentes de todas las escalas

"Valor heroico"

Para las condecoraciones 'al valor', las de distintivo rojo, Interior fijaba que sólo podrían recibir la cruz de oro aquellos agentes que protagonizasen una actuación "con valor heroico y riesgo de la propia vida". Para la de plata "será necesario realizar un acción extraordinaria y ejemplar que [...] implique un valor excepcional". Y la de bronce para los que intervenieran en "un hecho abnegado o que ponga de manifiesto un alto valor" en circunstancias "de peligro para su persona". En el caso de que esto último fuese protagonizado por una unidad policial, ésta recibiría una "medalla colectiva", inexistente hasta ahora.

Había medallas sólo para mandos. Las cruces de oro y plata con distintivo blanco iban a ser para quienes dirigiesen operaciones. La Gran Cruz azul, para comisarios principales con 30 años de servicios

En el caso de las de distintivo amarillo o "al sacrificio", se iba a requerir que el agente hubiera muerto en acto de servicio o sufrido "mutilaciones o heridas muy graves" para entregarle la cruz de oro. La de plata quedaba para los heridos muy graves "con consecuencias que no implique inutilidad permanente". Mientras que la de bronce estaba destinada a los heridos graves en acto de servicio. En la nueva modalidad de colectiva, era necesario que varios agentes de una unidad resultasen heridos en una misma acción "poniendo de manifiesto un sacrificio" para que el conjunto de agente fuese distinguido con esta condecoración.

Las aún existentes cruces con distintivo blanco se transformaban en cuatro condecoraciones con idéntico color, aunque con un objetivo distinto: recompensar la eficacia. De hecho, las dos primeras, la cruz de oro y la de plata, iban a estar dirigidas a mandos policiales, en concreto, a aquellos que hubieran estado al frente de"un servicio de trascendental importancia nacional", la primera, o "de sobresaliente importancia" la segunda. Las cruces de bronce con distintivo blanco quedaban para aquellos agentes que"evidencien un alto sentido del patriotismo o de lealtad", llevasen diez años de servicio con "una conducta ejemplar", o realizasen "destacados trabajos o estudios profesionales o científicos que redunden en prestigio de la corporación o utilidad para el servicio". Incluso se instituía una colectiva para aquellas unidades que realiasen "un hecho destacado".

35 años de "dedicación al servicio"

Las de distintivo verde iban a estar destinadas a "la dedicación al servicio" y el proyecto fijaba los periodos de servicio en la institución para recibirlas. Así, con 20 años se recibía una medalla; con 25 años las cruz de bronce; con 30 la de plata y hacían falta 35 para estar en posesión de la cruz de oro. Por último, las de distintivo celeste estaban destinadas a ser entregadas a "personal ajeno" o "instituciones" que cooperasen con la Policía Nacional. Así, las cruces de oro las recibirían aquellos cuyos actos "redunden extraordinariamente" en la eficacia y prestigio del cuerpo policial, mientras que para ser acreedor de una de plata era suficiente que el efecto fuese simplemente "sobresaliente"; la de bronce, "notable"; y la colectiva para la institución que realizase simplemente "un hecho destacado".

Además de las medallas, el proyecto de ley contemplaba "felicitaciones públicas" para "servicios destacados", "ascensos honoríficos" para agentes fallecidos en acto de servicio, y el nombramiento de "policías nacionales honorarios" para aquellas personas que sin ser agentes hubieran realizado méritos.

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