El manejo de los tiempos en la dimensión política del 'caso Bárcenas' está siendo uno de principales quebraderos de cabeza tanto en el Gobierno como en la oposición. Cualquier error de cálculo en la agenda puede ser clave. En el Ejecutivo son conscientes de ello y ya preparan su calendario sobre una eventual moción de censura, anticipándose a futuros acontecimientos con la conveniente cautela. Según ha podido saber Vózpopuli de fuentes solventes, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, maneja como fechas para realizar su balance de curso en el Palacio de la Moncloa el próximo 26 de julio o el 2 de agosto, en este último caso en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros tal y como ocurrió el año pasado.
Tanto en una fecha como en otra, la primera de ellas es la que ahora se sitúa como favorita, el Ejecutivo popular cree que la comparecencia de Rajoy, atendiendo en ella a las posteriores preguntas de la prensa sobre las comprometidas revelaciones del ex tesorero del PP, neutralizará la estrategia del PSOE, deseoso de que el líder popular ofrezca explicaciones acerca de los supuestos sobresueldos en anteriores cúpulas del partido. Las mismas fuentes apuntan que tal desactivación es también extensible al debate parlamentario, puesto que en caso de que la Diputación Permanente, fijada para el 24 de julio, rechace la comparecencia de Rajoy en un Pleno extraordinario con un único punto del día sobre el escándalo Bárcenas, como ha solicitado el PSOE, si el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, da el paso y presenta finalmente la moción de censura, el sentido de la misma quedará ya desvirtuado tanto si se celebra entre el 29 y el 31 de julio o se pospone ya al mes de septiembre.
La portavoz del PSOE en la Cámara Baja, Soraya Rodríguez, puso fin a suspicacias que ya circulaban en algunos círculos parlamentarios y aseguró que el candidato a la Presidencia del Gobierno en una hipotética moción de censura sería Alfredo Pérez Rubalcaba
En ese supuesto de que el secretario general del PSOE recurra a tan inusual figura parlamentaria, el principal problema surge sobre la fecha de su celebración. Regulada en el artículo 113 de la Constitución y en los artículos 175 a 179 del Reglamento del Congreso, la moción de censura tiene la particularidad de que su votación no se puede celebrar hasta que no hayan transcurrido como mínimo cinco días desde su presentación en el registro. Pero en ambos textos no se dice nada de la fecha máxima para su discusión en el Pleno. Si el Grupo Socialista, con la firma de al menos 35 diputados, la registra el mismo día 24 al término de la Diputación Permanente, la Mesa del Congreso se reunirá de inmediato para estudiarla y fijar fecha. Al tener el PP mayoría en dicho órgano, puede optar por la última semana de julio (del 29 al 31) –incluso el 1 de agosto– o aplazarla a septiembre.
De momento, la idea pasa por no alterar las vacaciones parlamentarias de agosto, mes en que la mayoría de funcionarios del Congreso de los Diputados disfruta de sus días de descanso, solicitados desde amplio tiempo atrás. Personal administrativo de la Cámara Baja, encargados de la Seguridad y ujieres aseguraron ayer a Vozpópuli que no han recibido aviso alguno para estar en alerta ante una hipotética alteración de sus planes vacacionales. Por ahora, recalcan, han sido remitidos a estar pendientes de lo que ocurra el día 24 en la Diputación Permanente.
La Cámara Baja, en obras
Al mismo tiempo, fuentes de la Presidencia del Congreso dan prácticamente por descontado que no habrá moción de censura en agosto en el Senado (acogerá la actividad del Congreso hasta mediados de septiembre al estar en obras) y se decantan por días posteriores al parón estival, aludiendo a los problemas logísticos que supondría, en el mes de vacaciones por excelencia, el desarrollo y la cobertura de un debate de tales dimensiones. De hecho, los diputados se ha visto obligados esta semana a votar a mano alzada, ya que la Cámara Alta no cuenta con suficientes puestos de votación electrónica.
Sobre lo que hay menos dudas es la elección del diputado de la oposición cuyo nombre figuraría, como requisito indispensable, en la moción de censura que presentaría el PSOE. A pregunta de Vozpópuli en el Senado, la portavoz del Grupo Socialista en la Cámara Baja, Soraya Rodríguez, puso fin a suspicacias que ya circulaban en algunos círculos parlamentarios y aseguró que el candidato a la Presidencia del Gobierno en dicha moción sería Alfredo Pérez Rubalcaba. El líder del PSOE manifestó el pasado martes que con esta particular iniciativa no pretende sustituir al jefe del Ejecutivo.
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