España

Moncloa ignora a Felipe VI: Sánchez no despacha con él desde 2022 y 15 ministros nunca le han visitado

De los siete viajes internacionales del monarca entre el 1 de enero de 2023 y el 1 de abril de 2024, en los dos únicos con carácter de Estado, a Dinamarca y a Angola, estuvo José M. Albares

De los 22 ministros del Gobierno, 15 nunca han visitado en la Zarzuela a Felipe VI, ni por cortesía tras su nombramiento. A la vista de las agendas oficiales de la Presidencia del Gobierno y de la Casa Real, se constata que desde el 2 de agosto de 2022 el jefe del Ejecutivo no ha tenido ningún despacho personal con el Rey, quien en los últimos quince meses ha visto limitados a siete sus viajes oficiales al extranjero, solo dos de ellos con carácter de Estado. Son datos de la relación fría, distante, que el presidente Sánchez ha ido tejiendo con la Corona desde que llegó a la Moncloa en 2018, con la reducción del protagonismo institucional del Jefe del Estado a su mínima y obligada expresión.

Cuando en marzo del año pasado don Felipe visitó en París la sede de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, sus anfitriones lo identificaron en la mesa presidencial del acto con un tarjetón que rezaba “Sa Majesté Le Roi D’Espagne”, un tratamiento poco habitual en actos organizados por el Gobierno español. En aquella ocasión le acompañaba la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, aunque con el sanchismo vigente el Rey no siempre viaja acompañado de un ministro, pese a la relevancia que tiene en las relaciones exteriores la representación de la Jefatura del Estado.

De los siete viajes internacionales del monarca entre el 1 de enero de 2023 y el 1 de abril de 2024, en los dos únicos con carácter de Estado, a Dinamarca y a Angola, estuvo el titular de Asuntos Exteriores, José M. Albares. Los otros cinco han sido a otras tantas repúblicas iberoamericanas, incluida la Cumbre anual de Jefes de Estado, para asistir a las tomas de posesión de sus nuevos presidentes. Y en tres de estos últimos ninguno de las dos decenas de ministros y ministras ha viajado con el titular de la Corona, haciéndolo la secretaria de Estado para Iberoamérica. Tanto en el periodo citado como en 2022 el Jefe del Estado no ha visitado países relevantes en el tablero mundial o de interés estratégico para las relaciones económicas, culturales y políticas de España.

Salvo que Felipe VI y Pedro Sánchez acostumbren a reuniones telemáticas o videoconferencias de las que no hay constancia oficial, sus respectivas agendas no registran encuentro presencial alguno donde el jefe del Ejecutivo trate con el Rey asuntos de Estado relevantes como sería la posición española en las instituciones europeas ante el escenario prebélico en Europa, el reconocimiento de un Estado Palestino en pleno conflicto armado con Israel, los puntos calientes de la relación con Marruecos, etcétera, sin olvidar cuestiones nacionales como las ficciones entre poderes del Estado o las amenazas de división territorial.

Ese cierto ninguneo hacia la Corona se extiende por el Consejo de Ministros, del que quince de sus miembros, el 68%, nunca han pisado la Zarzuela para una audiencia individual. En el listado de los no han cumplido con la cortesía de presentarse a quien ha firmado sus nombramientos al pie de un Real Decreto figuran ministros destacados como José M. Albares (Asuntos Exteriores) y Félix Bolaños (Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes), junto a otros como Pilar Alegría (Educación y portavoz), Óscar Puente (Transportes), Isabel Rodríguez (Vivienda), Diana Morant (Ciencia), más la última hornada integrada por Jordi Hereu, Carlos Cuerpo, Víctor Torres, Mónica García, Ernest Urtasun, Ana Redondo, Elma Saiz y Sira Rego.

La inexistencia de visitas formales al Jefe del Estado tras ocupar un puesto en el Gobierno es indicativa de los márgenes de juego que la Moncloa le marca a don Felipe. Entre un rey absolutista y un rey florero hay un espacio intermedio que en España, como Monarquía parlamentaria, lo define la Constitución con trece funciones atribuidas al Rey, entre ellas la de “Ser informado de los asuntos de Estado”, algo que correspondería al presidente del Gobierno o, en su caso, al ministro correspondiente. Otras funciones son “El mando supremo de las Fuerzas Armadas” o “El Alto Patronazgo de las Reales Academias” y hay dos de actualidad: una, en plena polémica sobre la amnistía, la de “Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales” y otra, ante el eventual reconocimiento de un Estado Palestino, la que establece que “Al Rey corresponde manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medio de tratados, de conformidad con la Constitución y las leyes”.

En los dos últimos años la única ocasión del monarca para conocer directamente asuntos de la gobernación del Estado se ha dado en sesiones del Consejo de Seguridad Nacional. La Ley de 2015 por la que se rige ese organismo dice en su art. 21.2: “A propuesta del Presidente del Gobierno, el Consejo de Seguridad Nacional informará al Rey al menos una vez al año. Cuando el Rey asista a las reuniones del Consejo, lo presidirá”. El inquilino de la Moncloa cumple con el mínimo estipulado de “una vez al año”, ni una más. Así ha ocurrido en las reuniones celebradas en febrero de 2022 y en abril de 2023, no en la del 19 de marzo pasado que, sin presencia del monarca, se ocupó de las estrategias nacionales contra el terrorismo y la de seguridad marítima. Lo normal sería que asistiera a alguna de las nuevas sesiones que se convoquen este año.

En paralelo al distanciamiento del Ejecutivo de Pedro Sánchez respecto a la Jefatura del Estado, Felipe VI ha implementado una intensa actividad que sin estar ligada directamente a cuestiones de estado sí es oficial y, por lo tanto, conocida en la Moncloa. En los dos últimos años ha protagonizado más de 200 actos propios de la función simbólica y representativa del titular de la Corona, incluidos los del ámbito de la Defensa y algunos en relaciones internacionales. Se aprecia que a falta de presencia en los grandes asuntos de Estado y ante el desdén gubernamental a su función constitucional de arbitraje y moderación para “el funcionamiento regular de las instituciones”, el monarca multiplica su relación con la sociedad civil en el más amplio espectro.

En el periodo más reciente, del 1 de enero de 2023 al 1 de abril de 2024, don Felipe ha protagonizado 49 actos institucionales (inauguraciones, homenajes, entregas de despachos, etc.), en 21 de los cuales -menos de la mitad- le acompañó un ministro. En el mismo tiempo ha concedido 63 audiencias institucionales (entidades profesionales, cuerpos superiores de la Administración, visitantes extranjeros, promociones militares, presidentes electos de CC. AA., etc.).
Ejemplos de actos públicos:
-Actos en recuerdo de las víctimas del terrorismo
-Entregas de despachos de la Carrera Judicial y de la Carrera Diplomática
-Aperturas del año Judicial y de curso de las Reales Academias
-Homenaje a participantes en extinción del incendio en Tenerife
-Visitas al Defensor del Pueblo y al centro de SEPRONA
Ejemplos de audiencias:
-Promociones de los Cuerpos de Gestión Catastral, de Economistas del
Estado, de Abogados del Estado
-Junta de la Federación Española de Municipios y Provincias
-Delegaciones de la World Jurist Association y de la Asociación
Multinacionales con España
-Bill Nelson, administrador de la NASA
-25 audiencias a militares de diferentes armas y promociones

Foto de familia en la graduación de la princesa Leonor en la UWC Atlantic College
Foto de familia en la graduación de la princesa Leonor en la UWC Atlantic College

También ha crecido la actividad pública de la reina Letizia, con 45 actos oficiales propios en los últimos quince meses, en 29 de ellos acompañada por un ministro del Gobierno, una proporción superior que en el caso de don Felipe. Han sido los titulares de Cultura, Sanidad, Ciencia y Derechos Sociales quienes han estado junto a doña Leticia, con el hecho singular de que el 11 de septiembre pasado no le acompañara la ministra de Educación al acto de apertura del Curso Escolar en Sigüeiro-Oroso (A Coruña), comunidad autónoma gobernada por el PP, pero sí lo hiciera Pilar Alegría dos días más tarde en la inauguración del Curso de Formación Profesional en Langreo (Asturias), comunidad gobernada por el PSOE.

La Princesa de Asturias, alcanzada la mayoría de edad y habiendo jurado la Constitución, en la medida que su formación castrense y académica se lo permitan se irá incorporando a la vida pública como heredera de la Corona, lo que merecerá una atención del Gobierno con una observación especial de la opinión pública dada la novedad y la popularidad que despierta Leonor de Borbón Ortiz.

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