Que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no tiene la mejor imagen de la política española no es ningún secreto a voces. Sin ir más lejos, el último barómetro del CIS, publicado en septiembre, situó al líder socialista tras el popular Alberto Núñez Feijóo y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Y el núcleo duro de Moncloa y de Ferraz, todo uno tras los cambios de este verano, reconoce a Vozpópuli que Sánchez "polariza".
Por eso, según ha sabido este diario, el equipo de comunicación y estrategia del líder socialista ha decidido cortar su campaña de conexión con los ciudadanos por temor a silbidos y abucheos que puedan perjudicar la imagen del presidente del Gobierno. Sánchez, en verdad, ha soportado en varias ocasiones la ira de buena parte de los españoles. El último episodio, este mismo miércoles en Coruña, donde el presidente recibió a su homólogo alemán Olaf Scholz. Moncloa no quiere que esas imágenes sean gasolina para las campañas mediáticas de la oposición.
Sánchez arrancó este curso político por primera vez con medio centenar de ciudadanos que, a lo largo de esta legislatura, han escrito al presidente para trasladarle sus inquietudes y reflexiones, o han formado parte del programa de visitas Moncloa Abierta. Y eso que, como adelantó 20 Minutos, la mayoría de los asistentes a ese arranque fueron cargos del PSOE y simpatizantes del partido. Pese a ello, la conclusión a la que ha llegado el entorno del presidente es que mejor rebajar el alcance su exposición pública.
El Gobierno de la gente se explica a los militantes
Lo llamativo es que el PSOE, para movilizar a sus votantes, que considera mucho más desmovilizados que los del PP o los de Vox, emprendió la campaña de marketing con el lema "el Gobierno de la gente" a la que ahora pone fin. Lo cierto es que la comunicación obsesiona en Moncloa. Es más, se está ultimando la grabación de una docuserie que trata de acercar el día a día del equipo de la presidencia del Gobierno y de su inquilino a los ciudadanos.
La idea de "el Gobierno de la gente" parecía brillante: emular en 30 actos por todo el país la gira que Sánchez puso en marcha en 2017 con su coche tras ser laminado del partido. Y todo para contar lo mucho que hace su Ejecutivo. Solo dos citas han bastado en Ferraz para darse cuenta de que es mejor no hacer experimentos. Sevilla, el 3 de septiembre, y Toledo, el 15, fueron los dos laboratorios para el PSOE. Pero ninguno de ellos supuso un éxito, según reconocen fuentes del partido en privado, porque Sánchez fue increpado en ambos.
Uno de los mantras con los que Sánchez irrumpió en Ferraz este verano para cambiar la Ejecutiva del partido, incluidos los portavoces tanto, es que la comunicación de Moncloa y de Ferraz deben ir acompasadas y contrarrestar a los medios que "intoxican", como el propio Sánchez dijo.. El Gobierno, según Sánchez, debe transmitir día y noche a los ciudadanos todos los esfuerzos y todas las medidas que está tomando para ayudar a los españoles en una de las peores crisis que se recuerdan.
El optimismo socialista
Lo curioso es que el PSOE siga vendiendo optimismo. Y es que los socialistas consideran que el 'efecto Feijóo', el idilio del PP con las encuestas tras la llegada al despacho noble de Génova del expresidente gallego, "no funciona y está desmontado". En Ferraz celebran que los sondeos de opinión que se vienen publicando estén frenando la caída del partido y matizando la subida de los populares. Y achacan esta tendencia a lo acertado de las medidas del Gobierno para contener la elevada inflación. Es más, ponen en valor que la mayoría de los ciudadanos considera que los socialistas protegen más que el PP cuando vienen mal dadas.
La realidad es que la alarma en Ferraz suena cada vez con más fuerza. Y, como ya contó este diario, la inminencia de la elecciones autonómicas y municipales de mayo del año que viene ha abierto la carrera del 'sálvase quien pueda', como reconocen destacados socialistas en privado. La marca del partido está sufriendo, según se desprende de las encuestas, por mucho que en público los portavoces digan lo contrario. El PP sigue primero en la mayoría de sondeos de opinión. La desaceleración económica, potenciada por la elevada inflación sigue siendo el veneno que mes a mes mata la expectativa del PSOE de mantenerse en Moncloa otros cuatro años.
En privado, algunos destacados socialistas no dudan en reconocer que en el partido hay "miedo" por los comicios que vienen porque la crisis económica puede ser la tumba de muchos alcaldes y presidentes autonómicos que se someterán en menos de un año al test de las urnas.
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