Moncloa juega con que el juez Juan Carlos Peinado termine retirando el pasaporte a Begoña Gómez. El presidente del Gobierno espera una nueva confrontación con el togado, al que el núcleo duro del Ejecutivo sigue señalando por considerar que está instruyendo una causa política sustentada en bulos con el único fin de derribar a Pedro Sánchez. "Sería una barbaridad [que la retiraran el pasaporte]. Ya que las acusaciones lo hayan pedido es un disparate", concede una fuente gubernamental de peso en el gabinete.
Las fuentes consultadas en el Ejecutivo creen que ya la visita de Peinado al Palacio de la Moncloa este verano para tomar declaración al presidente da cuenta del personaje que es. Por eso, intuyen que puede terminar aceptando la petición de las acusaciones de quitar el pasaporte a la esposa del presidente del Gobierno. Moncloa sospecha que al titular del juzgado de instrucción número 41 de Madrid no le ha sentado bien el escrito que Begoña Gómez le remitió este lunes en el que le avisó de que le será imposible acudir a la citación del próximo 18 de noviembre por encontrarse de viaje en Brasil, ya que está invitada formalamente por su gobierno, y donde acompañará a su marido a la cumbre del G-20.
Sánchez y Peinado llevan varios meses jugando a gato y ratón. Tanto Begoña Gómez como el líder socialista se han querellado contra Juan Carlos Peinado por prevaricación. Pero las dos querellas fueron rechazadas. De manera que la estrategia que siguen ahora es intentar desprestigiar la causa con gestos nada conciliadores pese a la disposición de Sánchez de colaborar con la Justicia. Además, encima de la mesa queda la arbitrariedad de los viajes del presidente y la percepción de que los usa para su beneficio personal, puesto que ha sido capaz de dejar solo al Rey en la Cumbre Iberoamericana, pero sí ha asistido a la cumbre del clima en Bakú, donde se encuentraba este martes, y donde arremetió contra el negacionismo climático de la derecha. Y, para ello, la tragedia de la DANA le permitió amplificar su mensaje.
Cabe recordar que hace poco más de un mes, Moncloa decidió que era buena idea que Begoña Gómez, investigada por la presunta comisión de cuatro delitos, subiera a la palestra en pleno pulso contra el juez Peinado y presentara en CaixaFórum un acto de uno de los másteres que dirigía en la Universidad Complutense y que el centro terminó clausurando poco después. Algunas fuentes consultadas en el PSOE consideran que la actitud del matrimonio que habita Moncloa es un ejemplo de cómo se han tomado la investigación: como un desafío. El presidente, tras trascender una imagen y una grabación de su cita ante el juez el Peinado en Moncloa, donde acudió para tomarle declaración en calidad de testigo en la causa que afecta a su mujer, decidió mover ficha y aupar su actividad profesional. También la que le afecta por ser esposa del presidente del Gobierno.
La defensa de Begoña Gómez, que ejerce el exministro socialista Antonio Camacho, entiende que la causa debe ser archivada porque, meses después del inicio de la instrucción, con cientos de diligencias abiertas, aún se desconoce cuál es exactamente el motivo por el que Gómez está acusada. El núcleo duro del presidente del Gobierno carga con dureza contra el juez, al que acusa indirectamente de prevaricar y dirigir una causa política. Lo cierto es que el más problemático de todos los frentes de Sánchez es el que afecta a su esposa, que este miércoles tiene una cita en la Asamblea de Madrid para comparecer en una comisión de investigación.
Este procedimiento es el más reciente de todos cuantos asfixian al presidente del Gobierno. Desde que la causa echó a andar, el pasado el 16 de abril, el juez Peinado apuntó la condición de investigada de Gómez por las cartas de apoyo que redactó al empresario Juan Carlos Barrabés, quien impulsó el máster al que la Universidad Complutense dio carpetazo. Desde que estallo el caso Koldo los males se han propagado por Moncloa.
La supuesta trama de cobro de mordidas en la compra de mascarillas, con epicentro en el Ministerio de Transportes, está detrás de casi todo. De Koldo García -exasesor de Ábalos en el ministerio- se saltó a Begoña Gómez. La mujer del presidente del Gobierno mantuvo varias reuniones con uno de los implicados en la trama, el empresario Víctor de Aldama -ahora en prisión-, y el CEO de Globalia, Javier Hidalgo, poco antes de que el Ejecutivo aprobara el rescate de la aerolínea Air Europa.
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