España

Moncloa 'premia' a Díaz y le da la foto con Lula para que se suba a la ola de la izquierda latina

El núcleo duro del Gobierno decide qué ministro acompaña al Rey en los viajes. La vicepresidenta segunda adelanta a los morados y consigue vincular su proyecto al 'progresismo' internacional

Una afectuosa Yolanda Díaz saludó este lunes al presidente brasileño, Lula da Silva, en su toma de posesión. La vicepresidenta segunda fue la 'premiada' por el núcleo duro de Moncloa, capitaneado por Pedro Sánchez, para acompañar al Rey y lograr una foto que vale lo suyo para sus intereses electorales. El líder del PSOE sabe que su número tres necesita despegar si quiere repetir a los mandos del país cuatro años más. Toda ayuda es poca. Y, por eso, le ha dejado subirse a la ola de la nueva izquierda latinoamericana que ha conquistado en las urnas los ejecutivos de las principales economías de la región.

La izquierda que acompañó a Lula viene a decir que el Estado ha ganado al mercado; que la sociedad ha ganado al individuo y que la derecha lo tiene complicado, porque la esperanza vuelve a aglutinar a los votantes de progresistas. Y es que Lula es el puente que conecta a la izquierda en Brasil con los planes de la vicepresidenta Yolanda Díaz de aglutinar todo el espacio a la izquierda del PSOE.

Yolanda Díaz aprovechó su jornada en Brasilia para verse con algunos de los principales dirigentes de la izquierda planetaria que también se acercaron a la capital brasileña: el colombiano Gustavo Petro; el chileno Gabriel Boric; el uruguayo Pepe Mújica y el griego, Alexis Tsipras. También tuvo encuentros con dos nuevos ministros del Gobierno de Lula: el de trabajo, Luiz Marinho, y la de Igualdad Racial, Anielle Franco. La 'dama roja' está decidida a aumentar su perfil presidencial con sus viajes fuera de España.

La vicepresidenta segunda es uno de los activos de Moncloa que más se desplaza fuera. Hace poco menos de un mes estuvo de gira en Uruguay y en Argentina, donde aterrizó procedente de Bruselas tras asistir al Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores (EPSCO) de la Unión Europea. La 'dama roja' se ha erigido en toda una líder de la izquierda alternativa que complementa al presidente del Gobierno, también volcado en la política exterior. La ministra de Trabajo se vuelca en tejer "alianzas", como ella misma las define, con las principales figuras de la izquierda del planeta.

Las fuentes consultadas no dudan en reconocer que Díaz necesita desplegar toda una política de gestos encaminada a trascender al votante tradicional de la izquierda. En plata: la vicepresidenta segunda sabe que desde "la izquierda a la izquierda del PSOE" ni se ganan elecciones ni se logran amplios respaldos que articulen nuevas mayorías. Y por mucho que Sumar pueda servir de 'muleta' de Sánchez, en verdad Díaz está decidida a seducir al votante socialista. Solo así el presidente puede igualar la gesta que el PP de Feijóo tiene a su alcance: los 140 escaños que abrirán las puertas de Moncloa cuando las cierre la disolución de las Cortes y la convocatoria automática de elecciones.

Los mimos de Sánchez

Yolanda Díaz, mientras tanto, asume su papel en el futuro electoral de España: "Sumar es el secreto para una nueva coalición progresista. Lo creo así, sinceramente. Puede ser un auténtico revulsivo. Lo intuyo. Y creo que en Sumar lo que falta es demasiada gente. Tenemos que hacer mucho para ganar algo, que es ganar el país". El objetivo es crear una herramienta capaz de mantener Moncloa para el centroizquierda. Y, aunque el tiempo dirá si funciona, lo cierto es que la ministra de Trabajo no puede contar con más ayudas de su jefe, quien está ansioso y convencido de que su vicepresidenta dará el salto y, además, le irá bien.

El jefe del Ejecutivo sabe que la guerra cainita entre los morados y su ministra de Trabajo será descarnada a medida que se acerquen las elecciones que se celebrarán este año. Y eso es toda una afrenta a la dupla electoral que quiere formar con ella de cara a los comicios generales. Sánchez no está dispuesto a aceptar ataques que pongan en riesgo su continuidad en Moncloa. Por eso la mima cada vez que puede por delante del resto de ministras de Unidas Podemos (Ione Belarra e Irene Montero).

Cabe recordar que el bombardeo de Podemos a Yolanda Díaz ha sentado muy mal en el lado socialista del Gobierno. En el PSOE, destacados barones del partido no esconden su preocupación por el enfrentamiento a su izquierda, porque amenaza con despojarles del poder en Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana y La Rioja. Pero el miedo no solo atraviesa a los presidentes autonómicos. En privado, varios ministros socialistas no tienen dudas de que las opciones de que la izquierda concurra fraccionada en tres (PSOE, Sumar y Podemos) cotizan al alza. Y eso da les da pavor.

La pelea con Podemos

En verdad, la hipótesis de la candidatura de Yolanda Díaz, que fuentes gubernamentales socialistas dan por segura, parte de una premisa que también se escucha en círculos políticos: que el proyecto de la 'dama roja' esté cocinado por el propio Pedro Sánchez y que Sumar sea una operación destinada a vertebrar a la izquierda sin el 'estorbo' de Podemos, que sigue manteniendo una marca desgastada y representando un izquierda 'antipática'. Esto, además, explica el recelo de los de Ione Belarra.

En la sede de Francisco Villaespesa creen que Yolanda Díaz ha cometido el gran error de darles por muertos, algo que evidenció, piensan en Podemos, apoyando el veto del PP a la juez Victoria Rosell, la candidata morada para entrar en el Poder Judicial. Aunque todavía apuestan por aliarse con la 'dama roja' por ser la mejor candidata posible por mucho que Sumar les siga generando incertidumbre. El problema es que Podemos creía que a estas alturas de legislatura, los planes de la Yolanda Díaz ya se habrían definido.

Mientras, Podemos mete prisa a Yolanda Díaz. Y la insta a hacer campaña ya por los candidatos de Unidas Podemos en las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Aunque la vicepresidenta sigue haciendo oídos sordos. Cada vez que sus aliados de Podemos le presionan con las generales sale por peteneras: "Cuando haya elecciones ya hablaremos". Ella, mientras, sigue de foto en foto, tejiendo alianzas.

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