“Hay un votante de centroizquierda que no le tiene miedo a este Gobierno”. Así explica una fuente gubernamental de la Junta de Andalucía la aspiración del presidente, Juanma Moreno, de recabar apoyos entre más de 90.000 antiguos votantes del PSOE que respaldan en las encuestas al candidato del Partido Popular a revalidar su cargo en unas elecciones que podrían ser inminentes.
Diversas fuentes consultadas por Vozpópuli en el seno del PP andaluz corroboran la cifra citada, que oscilaría –según precisan– entre 90.000 y 100.000 electores. Son personas que confiaron antaño en las siglas socialistas, bajo el mandato de Susana Díaz, o bien se abstuvieron a la hora de ir a votarla en las últimas elecciones de noviembre de 2018.
Fueron cerca de 400.000 los simpatizantes del partido del puño y la rosa que optaron por quedarse entonces en su casa, desmotivadnos por la última etapa de gestión de Díaz en materias clave como la sanidad, entre otras, si bien meses después sí acudieron a los colegios electorales para votar a Pedro Sánchez en las generales.
El nicho de exvotantes socialistas que aspira a captar el actual inquilino del palacio de San Telmo es descrito como “de centro y centroizquierda” por las fuentes citadas. Un perfil moderado y templado, acorde a lo que representa Moreno Bonilla. Él es, al igual que el líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo más parecido a lo que pueda ser un socialdemócrata dentro de esta formación conservadora con sede en Génova 13.
De hecho, el modelo de voto transversal en cuyo espejo se mira Juanma Moreno es el de Feijóo en Galicia. Sus cuatro mayorías absolutas han estado cimentadas en un electorado heterodoxo, que discurre desde el votante que en municipales o generales vota al PSOE, hasta un nacionalismo gallego moderado, lo que viene a ser el denominado galleguismo, pasando por todo el arco del centroderecha y la derecha en su amplia extensión. No en vano Vox nunca ha conseguido irrumpir en el Parlamento gallego.
En Andalucía Moreno Bonilla lo tiene más complicado que su amigo Feijóo en Galicia, porque partirá en una situación de evidente desventaja con respecto a él, a la hora de recoger un voto tan transversal. La formación de Santiago Abascal cuenta con 12 escaños y la última encuesta publicada le otorga 22, casi doblando el resultado logrado en 2018. Con lo que sí cuenta ya el presidente andaluz es con todo el voto de Ciudadanos absorbido. Los liberales lograron 21 escaños en 2018 y ahora están hundidos con sólo 2, después del trasvase al PP-A.
Es precisamente del hándicap que tiene Moreno a la hora de arrancar la precampaña y campaña electoral, con un Vox disparado en las encuestas, con 22 escaños, frente a los 43-44 del PP, de donde parte el objetivo marcado en la sala de máquinas del PP-A de volcarse en hacer realidad, en forma de votos en urna, los más de 90.000 apoyos socialistas al actual presidente de la Junta que se detectan en las encuestas.
A pesar de lo anterior y de la potencia que pueda representar Macarena Olona como candidata de Vox para fidelizar aún más el voto a este partido, en el PP andaluz confían en que Moreno Bonilla puede recuperar "parte importante de ese voto" durante la campaña.
En relación con los 400.000 votantes socialistas que no fueron a votar a Susana Díaz en 2018 y prefirieron abstenerse una de la fuentes del PP andaluz consultadas incide en que "nadie habla de ellos y ahí puede estar una de las claves de esa campaña", si se tiene en cuenta que no hay 'efecto Espadas' en los sondeos. El candidato socialista está estancado y baja de los 33 en urna de Susana Díaz a una horquilla de 30-31 escaños, en el último barómetro del Centro de Estudios Andaluces publicado este miércoles.
Consultado por Vozpópuli el director de Deimos Estadística, Ramón Alberca, responsable del último sondeo que publicó este medio el pasado 28 de febrero, día de Andalucía, corrobora la cifra de votantes que arrojan las encuestas como antiguos apoyos del PSOE, ahora trasvasados a lo que Alberca llama “juanmismo”. Lo afirma con todo el rigor que le otorga ser estadístico de profesión a la hora de explicar que aquellos antiguos votantes socialistas “son ahora de Juanma Moreno, no del PP, y le prestan sus votos en las encuestas porque les seduce su gestión y su moderación”, frente a los extremos de Vox y Unidas Podemos. A ello hay que añadir el descontento de estos votantes de centroizquierda con las políticas de Pedro Sánchez en el Gobierno. Todo influye.
Este experto en demoscopia pone datos sobre la mesa para recordar que del poco más de un millón de votantes que tuvo el PSOE de Susana Díaz en 2018 “hay un ocho por ciento que ahora votarían a Moreno”, lo que equivale a 80.000 apoyos. Alberca añade, además, que existe un 14,16% de votantes de la expresidenta de la Junta que ahora se abstendrían: “Sin un duda esos 150.000 votantes abstencionistas están llamados a ser un target (objetivo) muy importante para el PP de Moreno”, destaca Alberca.
Un 15,66% del total de la abstención de 2018 recala ahora en el PP
A todos los datos anteriormente expuestos Deimos Estadística tiene detectado en sus sondeos que un 15,66% del total de la abstención que hubo en los comicios autonómicos andaluces de 2018 recala ahora en el Partido Popular.
“En Deimos venimos detectando este nicho de antiguos electores socialistas, que van hacia Moreno. No hay más que ver las encuestas para comprobar el trasvase de voto que se produce del PSOE al PP, pero por la marca personal de Juanma Moreno, mucho más potente que las siglas, a las que eclipsa”, como le ocurre a Feijóo en Galicia, de ahí que Alberca hable de una nueva corriente sociopolítica en Andalucía que para él es “el juanmismo”.
Al hilo de lo apuntado por Alberca sobre electores socialistas de antaño que ahora “prestan” su voto al presidente de la Junta, el propio Moreno ha insistido durante las últimas entrevistas en medios de comunicación en que él pide “a muchos andaluces que me presten su voto”. Aunque el candidato del PP-A no concreta a qué votantes se refiere cuando solicita tal préstamo, es evidente que apela a un perfil de centroizquierda moderado, representado en el PSOE.
El fin último de Moreno pasa por construir “una mayoría social suficiente”, como él mismo repite, que le permita gobernar en solitario, sin depender de Vox para formar gobierno en este año 2022. La clave del éxito de Moreno, a la hora de haber podido aglutinar en torno a él a exvotantes socialistas “es su moderación, porque este tipo de votantes ven al presidente de la Junta alejado de Vox, al no haberles integrado en su gobierno”, señala Alberca sobre el partido que lidera Santiago Abascal.
El responsable de Deimos añade que tales apoyos que van al líder del PP-A desde simpatizantes moderados del centroizquierda del PSOE ven también a Moreno como “una especie de voto útil”, a modo de dique de contención para intentar frenar a Vox, “pero en el momento que detecten que puede meter a Vox en su gobierno esos votos los va a perder Moreno”, señala Alberca sobre cómo pueda discurrir la campaña electoral.
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