Los Mossos d’Esquadra también vigilarán a los Boixos Nois, los ultras radicales del Fútbol Club Barcelona durante la previa del clásico que este miércoles enfrentará al conjunto culé contra el Real Madrid. El partido estará envuelto en un enorme despliegue de seguridad con motivo de la protesta independentista convocada por Tsunami Democrátic.
Según informan a Vozpópuli fuentes de la policía autonómica catalana, los expertos en el control de los grupos radicales son conscientes de que los Boixos Nois cuentan con una mayoría de miembros de extrema derecha. El plan previsto es tratar de “embolsarlos” -establecer un cordón de seguridad- para evitar que se crucen con los seguidores de la plataforma independentista en los aledaños del estadio Camp Nou.
Tsunami Democràtic ha capitalizado la mayoría de las protestas tras la sentencia del procés del pasado 14 de octubre. Calcula en 25.000 personas las que asistirán a su llamada a rodear el feudo blaugrana desde las 16.00 horas. Cuentan con autobuses que trasladarán a la gente desde distintos puntos de Cataluña. Aún es una incógnita en qué consistirá la protesta dentro del terreno de juego, pero por el momento han establecido cuatro puntos de reunión en torno al campo.
El primero es en Carrer de Aristides Maillol con la Avenida de Juan XXIII, el segundo es Juan XXIII con la calle Menéndez Pelayo, el tercero es Travesera de les Corts con Aristides Maillol y el cuarto es Travesera de les Corts con Elisabeth Eidenbenz. En la misma calle de Aristides Maillol tenían los Boixos hasta hace unos meses su cuartel general para antes de los partidos. Era un bar llamado La Jarra, cerrado en parte por las presiones y denuncias de los vecinos.
El renacer de los Boixos Nois
Este local fue el heredero del bar Virginia, el histórico punto de reunión de estos seguidores radicales. Desde el cierre de La Jarra no han vuelto a tener un punto fijo y ahora se reparten por bares de la zona. Muy lejos de su momento de mayor apogeo en la década de los noventa, los Boixos Nois han experimentado un cierto renacer en los últimos años tras la crisis provocada por la decisión de expulsarles del estadio, impulsada por el expresidente barcelonista Joan Laporta (2003-2010).
Sus miembros y su simbología se han dejado notar tanto en Barcelona como en desplazamientos. Estuvieron presentes en la pasada final de la Copa del Rey disputada en el Benito Villamarín, Sevilla. La noche antes del partido, la Policía arrestó a una veintena de seguidores acusados de originar disturbios. Miembros radicales hicieron circular este último fin de semana imágenes y comentarios de Boixos Nois en Sevilla junto a integrantes de United Family, los ultras radicales del Real Betis Balompié, también de ultraderecha.
El Barcelona había jugado horas antes contra Real Sociedad de San Sebastián, en la otra punta de la península, pero el conjunto verdiblanco recibía al Espanyol, eterno rival de los culés. Miembros de este grupo ultra, uno de los más veteranos del panorama español, también acudieron hace días a Milán con motivo del encuentro de Copa de Europa que enfrentó al Barcelona con el Inter de Milán.
Despliegue policial
Fuentes del Ministerio del Interior aseguran a este periódico que el despliegue de seguridad de cara al partido corre a cargo de los Mossos d’Esquadra exclusivamente, que han adoptado decisiones inéditas como la de que los dos equipos salgan del mismo punto. Pero a los miembros de la Policía que ya estaban desplazados en Barcelona se ha sumado ahora más efectivos del Cuerpo y de la Guardia Civil, según las mismas fuentes.
Se trata de agentes antidisturbios de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía y de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil. Protegerán edificios del Estado e infraestructuras sin descartar que acudan en apoyo de los Mossos en caso de que así lo requiriesen. Los disturbios posteriores a la publicación de la sentencia del procés escenificaron una buena coordinación entre cuerpos que sigue vigente, según las fuentes consultadas.
Otras fuentes policiales conocedoras del despliegue cifran en diez grupos la presencia de la UIP en Barcelona y alrededores. Cada grupo lo componen alrededor de 50 agentes, lo que eleva el contingente a medio millar de antidisturbios solo de la Policía disponibles por si el escenario se complica.
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