Lluís Llongueras, histórico peluquero español ha muerto este lunes 29 de mayo a los 87 años, a causa de un cáncer de garganta que padecía desde hace años. El icónico estilista ha fallecido en su vivienda de Barcelona.
El peluquero marcó una forma de hacer en la estética capilar femenina. Con una energía desbordante, sabía cómo ofrecer a la mujer lo que más la favorecía, y con su sonrisa eterna, voz quebrada y una seguridad firme, supo también conquistar a grandes estrellas.
Su relación con el mundo de la peluquería la inició a los 14 años y abrió su primer salón en Barcelona en 1958. En los años 60, fue el primer peluquero español en difundir internacionalmente fotografías con sus propuestas de temporada, algo habitual hoy, pero no entonces.
Cada peinado era una propuesta de obra de arte. Por sus manos pasaron las cabelleras de Alain Delon, Cayetana de Alba, Romy Schneider y se dice que fue él quien inspiró el peinado de la reina Sofía.
Asesoró también a las infantas Elena y Cristina, y era habitual que Carmen Sevilla, Lola Flores, Massiel y Bianca Jagger reclamaran su atención para mejorar su cabello.
Siempre defendió la elegancia y estilo de la mujer anónima. "Cada persona necesita un corte particular, acorde con su trabajo y su forma de vida".
"Cambiar de imagen puede salvarte la vida"
Detestaba la uniformidad estética y estaba convencido de que el estado de ánimo estaba muy relacionado con la imagen. "Cambiar de imagen puede salvarte la vida", decía y aseguraba que todo el mundo escondía algún atractivo.
A lo largo de su profesión, Lluís Llongueras logró crear un estilo propio convirtiéndose en un sello inconfundible, aunque insistía en que tan importante es "crear un estilo como ayudar a la persona a definirse a través de su peinado".
En 1972 inauguró el primer salón unisex de España y en 1976 realizó una serie de monumentales pelucas para Dalí, cliente y amigo suyo, a quién cortaba el pelo y al que realizó postizos para alargar su peculiar bigote.
De hecho, su particular forma de crear, su excentricidad, a veces le llevó a ser apodado el "Dalí de la peluquería".
En 1978 sorprendió a la profesión con la creación de las populares ondas Llongueras. Allá donde iban los diseñadores con sus propuestas de moda Llongueras acudía a presentar los peinados y hacía coincidir sus presentadores con los desfiles más prestigiosos.
Un espíritu rompedor
Artista polifacético, en 1984 expuso por primera vez sus esculturas en la sala Busquets de Barcelona, y en 1991 publicó su primer libro de poesía y fotografía "Ángel de día, Musa de noche".
En 2005, el Castillo de Benedormiens de Castell-Platja d'Aro acogió la primera exposición sobre su obra con el título "Un espíritu multidisciplinar", en la que daba rienda suelta a todas las vertientes artísticas que le interesaban.
Inquietudes como el dibujo, la pintura, la fotografía y la escultura. Precisamente, estas últimas están repartidas por colecciones de propietarios destacados como la colección particular Thyssen, la de la Duquesa de Alba, la de Esther Koplowitz o en la Fundación Gala-Salvador Dalí.
Contrajo matrimonio en dos ocasiones, la última, después de varias décadas de convivencia con Jocelyne Novella en 2012, el mismo año en el que firmó la paz patrimonial con su primera familia, tras dos años de enfrentamientos.
En el año 2000 recibió la Cruz de Sant Jordi y en 2021 la Feria Internacional de la Peluquería, Salón Look, reconoció sus 60 años de trayectoria profesional con el Premio de Honor por ser "un referente mundial por su técnica de corte y método propio".
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