España

Las luces y sombras de las cinco mujeres al frente de los espías españoles

Con Casteleiro, ya son cinco las mujeres que han llegado a puestos de poder dentro del CNI. María Dolores Vilanova, Elena Sánchez y Beatriz Méndez de Vigo fueron, al igual que las dos últimas directoras del centro, secretarias generales, el segundo puesto de los servicios secretos

Este martes, Esperanza Casteleiro se impuso a Miguel Ángel Ballesteros y fue nombrada la nueva directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Se ha convertido así en la segunda mujer que rompe ese techo de cristal en el organismo y alcanza el máximo puesto entre los espías españoles. Antes que ella estaba Paz Esteban, a la que el Gobierno ha destituido en pleno escándalo por 'Pegasus'.

Con Casteleiro, ya son cinco las mujeres que han llegado a puestos de poder dentro del CNI. María Dolores Vilanova, Elena Sánchez y Beatriz Méndez de Vigo fueron, al igual que las dos últimas directoras del centro, secretarias generales, el segundo puesto de los servicios secretos.

Como cuenta el experto en el CNI Fernando Rueda en su libro 'La Casa II', la presencia femenina en el organismo ha ido creciendo poco a poco y de forma progresiva. "No puedo decirte exactamente cuántas mujeres hay ahora mismo dentro del CNI, pero seguramente ronde el 30% del total", explica el experto en conversaciones con Vozpópuli. Aunque aparentemente puede parecer que no es una cifra especialmente alta, hay que destacar que es un cuerpo que ha impulsado mucho la presencia de las mujeres en los últimos años. Desde sus inicios, la figura femenina ha estado prácticamente excluida, porque los propios miembros del CNI consideraban que no tenían nada que aportar.

Pero el fallido golpe de Estado del 23-F y la llegada a la dirección de Emilio Alonso Manglano fueron clave para la modernización del cuerpo. Con la llegada de Manglano, comenzó la "civilización", pese a que "muchos pensaban que los civiles no ponías ser tan buenos como los militares en las tareas de inteligencia". No fue hasta el año 2002 que el ingreso de las mujeres se disparó. Rueda destaca que fue importante para ello el hecho de la Dirección de Recursos Humanos dependa directamente de la Secretaría Genera, ocupada siempre por una mujer.

El perfil de las mujeres espías

Fernando Rueda explica a este diario que "para mandar en el CNI, tienes que tener cierto carácter". "Es una casa de gente muy complicada, que se pasa la vida conspirando y hablando con gente más complicada todavía", destaca el experto. Y es una característica que, en general, todas las mujeres del CNI han cumplido.

De la nueva directora, Esperanza Casteleiro hay mucho que decir. Aparte de tener carácter fuerte (con la connotación positiva que eso conlleva) fue una de las primeras mujeres en tener un trabajo de acción sobre terreno, concretamente en Brasil, cuando en 1987 colgó el traje de analista en la División de Inteligencia Interior, dedicada a la lucha contra el terrorismo y el golpismo. Fue esa época en la que demostró que la maternidad no era un impedimento para su ascendente carrera.

Más tarde, en el año 2002, fue designada jefa del Área de gestión en la Dirección de Recursos Humanos, puesto desde el que impulsó la contratación de mujeres en el cuerpo. Después de esta etapa, el director Saez la convirtió en secretaria general. Sin embargo, "su mano dura y su experiencia le granjearon grandes enemistades", y terminó siendo sustituida en el año 2008. Al poco tiempo, la destinaron a Cuba. Allí desarrolló una política de "arriesgar", por la que terminó siendo expulsada.

También Paz Esteban, la directora que acaba de ser sustituida, ha tenido una larga carrera. A diferencia de muchas de las mujeres del CNI, Esteban no era hija de militares. Ella fue seleccionada por saber inglés. Al principio de su carrera la destinaron al Área de Países Occidentales en la División de Inteligencia Exterior. Una de sus labores más importantes fue defender la permanencia de España en la OTAN ante el Gobierno, cuando Felipe González defendía la salida. Hasta este escándalo por 'Pegasus', su carrera ha sido impecable.

Las otras tres también han tenido una brillante carrera dentro del cuerpo. María Dolores Vilanova, que tuvo que hacer frente a muchos pensamientos y comentarios machistas, fue analista en el Área del Magreb de la Contra, responsable de la División de Contrainteligencia, y como las otras cuatro, Secretaria General. Vilanova se granjeó muchos enemigos, por lo que terminó dejando el CNI, aunque volvió con el nombramiento de Sanz como director.

Al igual que Vilanova, Elena Sánchez también era especialista del Magreb. Además, trabajó en temas de terrorismo yihadista. Sin embargo, al contrario que la anterior, Félix Sanz le destituyó un año después de su llegada, aunque le dejó elegir destino (EEUU). Al tiempo, se convirtió en subdirectora de la Dirección de Inteligencia. Por último, está Beatriz Méndez de Vigo, que a diferencia de sus antecesoras, su carrera no se desarrolló por destinos operativos destacados. Inicialmente, sus puestos fueron en Inteligencia Exterior, porque dominaba el inglés y el alemán. Posteriormente, fue destinada al área de Relaciones con Servicios de Inteligencia de Europa, donde llegó a ser jefa.

Igualdad en el organismo

En un ambiente que tradicionalmente es muy masculino, los últimos años el CNI ha apostado por aumentar la presencia de mujeres en el mando. "No se puede hablar todavía de paridad, pero es verdad que ha habido bastantes mujeres que han sido directoras de inteligencia", apunta Rueda.

Dónde más abundan las mujeres es en el área de análisis, en cualquiera de los ámbitos. También hay bastantes en las misiones de contacto, aquellas en las que se establecen relaciones con otros organismos, embajadas o personas. Donde todavía no hay un porcentaje similar al de hombres es en las operaciones militares, las "acciones de James Bond", aunque Rueda asegura que en todos los equipos hay al menos una mujer.

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