Los episodios que se articulan en torno a Ucrania ponen de manifiesto las tensiones entre la OTAN y Rusia en el este de Europa. La presión se traduce en la movilización de tropas a ambos lados de las fronteras y en el clamor de Kiev ante lo que consideran una injerencia en su derecho a tomar sus propias decisiones. Una divisoria se dibuja desde los países bálticos y el Mar Negro, y en determinados puntos tiene marcado acento español: las Fuerzas Armadas participan en misiones de disuasión para mostrar las "garras" -ese es el término empleado- ante cualquier gesto inesperado desde Moscú. Y, para ello, cuenta con tropas, buques, cazas de combate y vehículos blindados.
En las últimas jornadas se ha conocido el envío de recursos españoles y la propuesta de mandar nuevos contingentes hacia esa línea divisoria, en plena escalada de crisis en Ucrania. "Nuestra apuesta y la de la OTAN es la de la resolución por vías diplomáticas", apunta la ministra de Defensa, Margarita Robles. Pero lo cierto es que la diplomacia, en términos militares, también requiere de una demostración de fuerza. La clave es clara: intimidar al contrario para que dé los primeros pasos en la desescalada.
Esa política es la que articula algunos de los despliegues más importantes a cargo de la OTAN, sostenidos con el músculo militar de sus países aliados. Entre ellos, España. De hecho, la política exterior de nuestro país apunta a un viraje hacia una amenaza más directa y próxima, como lo es el avance del terrorismo yihadista en el Sahel. Pero cuando la Alianza Atlántica llama, España trata de responder. Quizá no con inversión presupuestaria en Defensa -lejos queda el 2% del PIB que se requiere desde la organización-, pero sí en capacidades y compromiso. Esa es, al menos, la lectura que hacen los mandos militares.
Vehículos blindados en Letonia
De ahí que España mantenga a 350 efectivos en las frías estepas letonas, que articulan su actividad en torno a sus vehículos blindados Leopardo y Pizarro. El objetivo es claro: fomentar la interoperabilidad en maniobras con otros aliados de la OTAN y mostrar músculo en una frontera clave para los intereses de la Alianza. La ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó a las tropas desplegadas en la base de Adazi la pasada Navidad; también lo hizo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en julio de 2021.
El contingente español se releva cada seis meses y el último se ha llevado a cabo en las últimas jornadas. El Estado Mayor de la Defensa (EMAD) detalla en sus redes sociales algunas de las capacidades que España aporta en la misión:
Cazas de combate en los bálticos
Y si la frontera terrestre de los países bálticos es clave para la OTAN, también lo es su espacio aéreo. Estonia, Letonia y Lituania no cuentan con los medios suficientes para llevar a cabo sus labores de policía aérea, en una zona frecuentada por aviones rusos que no cumplen con la normativa internacional. La misión se desempeña desde el año 2006 y el Ejército del Aire, con sus Eurofighter y F-18, es uno de los países más activos. Actualmente no hay cazas de combate españoles en la región báltica, pero es uno de los escenarios más habituales en los que se desempeñan.
La misión adquirió un nivel mediático más elevado en julio, cuando uno de los aviones tuvo que atender un alfa scramble en presencia de Pedro Sánchez; o lo que es lo mismo, despegar en el mínimo tiempo posible para interceptar dos cazas de combate rusos en menos de 15 minutos.
Cazas en Rumanía
Una misión similar a la del espacio aéreo de los bálticos se ha desarrollado en 2021 en Rumanía. El Ejército del Aire ha participado con seis Eurofighter en el cumplimiento de misiones de patrulla y control en el Mar Negro, con la base de Mihail Kogalniceanu como centro de operaciones.
Algunos datos de la intervención: más de 400 vuelos y la participación de 130 efectivos, que por momentos tuvieron que superar las dificultades derivadas de las inclemencias meteorológicas de la región.
La propuesta de enviar aviones a Bulgaria
Países bálticos y Rumanía sostienen la misma política común: mantener una fuerza aérea permanente en puntos estratégicos de la OTAN como disuasión ante Rusia. Y, ahora, se plantea la posibilidad de hacer lo mismo en otro escenario. Así lo desveló la ministra de Defensa, Margarita Robles, en un acto celebrado este jueves en Ciudad Real: "Se está valorando la posibilidad de un despliegue aéreo en Bulgaria, en la que participe España".
Un esfuerzo notable para el Ejército del Aire, toda vez que compagina sus despliegues internacionales con sus operaciones permanentes en España, salvaguardando la seguridad aérea y, cada vez con una mayor dedicación, también en el espacio, teniendo en cuenta la irrupción de las nuevas tecnologías en este ámbito. "Pero nuestra naturaleza es también expedicionaria", sostienen con frecuencia voces del cuerpo militar, destacando así la necesidad de participar en misiones en el exterior.
Mediterráneo y Mar Negro
Por tierra y por aire, pero también por mar. La OTAN mantiene varias misiones de vigilancia en el Mediterráneo y en el Mar Negro, bautizadas con los crípticos nombres de SNMG 1 y 2 [grupos navales permanentes], así como en la operación Sea Guardian, también bajo el paraguas de la Alianza. Como contó Vozpópuli, el buque de acción marítima Meteoro adelantó esta semana su marcha desde territorio nacional para liderar una de estas fuerzas, en un contexto convulso por la crisis de Ucrania. También se ha dado luz verde a la partida de la fragata Blas de Lezo, que también cumplirá con varias misiones en la región.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación