España

El "muro" de Sánchez: 29,7% de desempleo juvenil, sin ley ELA ni tren en Extremadura y saharauis abandonados

Mientras el líder del Ejecutivo ha estado ocupado desde el 23-J en hacer todas las concesiones posibles a sus socios de Gobierno, los problemas reales de los españoles siguen agravándose hasta límites insospechados

Pedro Sánchez ya ha conseguido lo que quería, que era ser elegido presidente durante otros cuatro años. No ha sido fácil, pues el panorama político que arrojaron las elecciones del pasado 23 de julio era de gran incertidumbre. La insuficiente victoria del PP, que se quedó lejos de poder gobernar, abrió la opción a una reedición del Gobierno de coalición.

Sin embargo, la bajada en escaños y votos del PSOE y Sumar (en relación con lo obtenido por Podemos en las generales de 2019), revivió el sueño del independentismo catalán. Los siete escaños de Junts, sumados a los de ERC, dejaban a Pedro Sánchez a merced de lo que Oriol Junqueras y Carles Puigdemont demandasen, respectivamente.

Enfrascado en evitar la repetición electoral y negándose a dejar gobernar a la lista más votada, Sánchez ha conducido a España a la investidura del pasado 16 de noviembre, cuando obtuvo 179 síes en el Congreso de los Diputados, más de la mayoría absoluta necesaria en la primera votación.

Pero, ¿y los problemas reales de los españoles? ¿Quién se ha hecho cargo en este último medio año de Gobierno en funciones? Hasta esta semana, parece que la única preocupación de Pedro Sánchez ha sido pactar y contentar a una minoría que poco o nada defiende los intereses de todos los ciudadanos.

Pedro Sánchez se jactó en su discurso de investidura de haber levantado "un muro" para frenar a la derecha, pero lo que ha erigido es un muro contra toda España, uno en el que casi todos los demás españoles han quedado atrapados.

Salvaje desempleo juvenil

Una de las banderas más agitadas por el Gobierno de coalición, especialmente por la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, es el buen hacer del Ejecutivo en materia de desempleo. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2023, en España trabajan 21,26 millones de personas, más que nunca a tenor de estos datos.

El optimismo que desprende el Ministerio choca frontalmente con los datos de la OCDE. En septiembre, la tasa de paro de los países de la OCDE se situó en el 4,8%. España, sin embargo, lidera este ranking con un 12% de desempleados, seguida de Grecia y Colombia. Aún queda mucho por mejorar. Esta es la realidad de España, un país sin esperanzas de futuro y con un relevo generacional estancado.

Si nos vamos a la tasa de desempleo en menores de 25 años, España tiene un salvaje 29,7% de desempleo en esta franja de edad, lo que triplica la media del resto de naciones. Los jóvenes necesitan que su Gobierno haga políticas activas para incorporarlos de forma urgente al contingente de población activa, evitando ampliar una brecha ya de por sí reseñable.

Ley ELA

Otro de los grandes problemas sin resolver en estos meses de incertidumbre política es la entrada en vigor de la tan necesaria Ley ELA. Casi seis meses después de la convocatoria de las elecciones generales del 23 de julio, hay casi 5.000 personas en España que sufren ELA (esclerosis lateral amiotrófica).

Aunque en marzo de 2022 se aprobó por unanimidad la tramitación en el Congreso de los Diputados de esta ley, estamos terminando 2023 y seguimos sin noticias. Tras 41 aplazamientos en el último año y medio, el Gobierno no ha tenido tiempo de tramitar algo tan urgente y necesario para nuestro país.

Por fortuna, y hasta que el nuevo Gobierno se asiente y empiece a retomar las promesas incumplidas, el Partido Popular tiene la intención de aprovechar su mayoría absoluta en el Senado para rescatar del olvido la Ley ELA.

Además, desde la formación buscan que la declaración de la dependencia se realice con el diagnóstico de la enfermedad para agilizar así las prestaciones y, además, el acceso de urgencia a prestaciones, servicios y recursos, garantizando una "atención integral a estos pacientes" junto a "equipos multidisciplinares y una mejor coordinación sociosanitaria".

AVE en Extremadura

Como comentamos hace unas semanas en Vozpópuli, España tiene una estructura ferroviaria desigual e insuficiente en muchas regiones. Los 3.996 kilómetros de red de alta velocidad (AVE), la más extensa de toda la Unión Europea, contrasta con las 24 provincias (excluyendo a Ceuta y Melilla por razones geográficas) que no tienen esta alternativa de transporte.

Ciudades clave como Bilbao, A Coruña, Santander, Pamplona, Cádiz, Teruel, Jaén, Soria, Oviedo, Badajoz o Toledo, entre muchas más, carecen de este servicio. Un ejemplo de la desigualdad que reina en España a propósito del tren.

En el pacto de Gobierno entre PSOE y Sumar se anunció que "tal y como han hecho otros países de nuestro entorno, impulsar la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de 2 horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales".

Esto, pese a lo bien que sonaba, solo dejaba tres rutas aéreas que podían ser sustituidas por dichos trayectos en tren: Barcelona-Madrid (2h 49'), Alicante-Madrid (2h 20') y Valencia-Madrid (1h 49'). Mientras, Extremadura sigue sin tren de alta velocidad, y no parece que lo tenga en los años venideros.

Desde la Comunidad Autónoma alzan la voz ante el incumpliendo de las promesas y el abandono por parte del Gobierno. El compromiso de Adif para que la alta velocidad llegase a lo largo del pasado verano ha caducado, y no hay rastro de los ansiados avances. Tres décadas de retraso que sonrojan a cualquier país serio. Con el trazado para electrificar las vías en Castilla-La Mancha completamente parado, la llegada del AVE a Extremadura es, hoy en día, más una utopía que una realidad. Una más.

Sánchez abandona a los saharauis

El discurso de investidura de Pedro Sánchez empezó con un brindis al sol para el deleite de sus socios, y es que prometió que uno de los trabajos del nuevo Gobierno será poner el máximo empeño en reconocer a Palestina como Estado. Porque claro, hasta fuera de nuestras fronteras, hay ciudadanos que requieren la atención del Ejecutivo antes que otros.

Como bien recordarán, en febrero de este mismo año, el PSOE dio un giro de 180 grados al respecto de su postura en el Sáhara Occidental. Pedro Sánchez hizo llegar al rey de Marruecos, Mohamed VI, que España considera la propuesta de autonomía de Marruecos respecto al Sahara Occidental como "la base más seria, creíble y realista para la resolución de esta disputa".

Una decisión que dejó a la comunidad saharaui muy enfadada, pues supone "una clara vulneración del derecho internacional". Con dicha decisión, el PSOE intentó frenar la tramitación del proyecto ley presentado por Unidas Podemos para conceder la nacionalidad española a todos aquellos saharauis nacidos antes de 1976, fecha en la que el Sáhara Occidental perdió oficialmente su condición de colonia española, alegando diferencias "técnicas" y "políticas".

Finalmente, el Congreso de los Diputados dio luz verde a su tramitación con el apoyo de 168 diputados, incluido el voto a favor del PP y la abstención de los de Abascal.

Mientras se hacen promesas difíciles de cumplir en materia internacional, el Gobierno de coalición ha abandonado, también fuera de España, a un pueblo que necesitaba más que nunca el apoyo de nuestra nación. La lista de agraviados es larga. Eso sí, si eres de Sumar, Junts, Bildu, PNV, ERC, BNG o Coalición Canaria, el Gobierno está a tu entera disposición con carácter inmediato.

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