El asesinato de los dos guardias civiles en Barbate provocó que todas las unidades del Cuerpo en Andalucía se pusieran en alerta para tratar de detener a la narcolancha que acabó con la vida de sus compañeros. Horas después de la tragedia, los componentes del Instituto Armado consiguieron localizar la nave pilotada por El Cabra que guardaba similitudes con la embarcación que buscaban. El Servicio de Vigilancia Aduanera trató de darle alcance pero les fue imposible debido a la gran potencia que tenía el vehículo que contaba con cuatro motores, según los informes del caso a los que ha tenido acceso Vozpópuli.

Uno de los grupos que trabajó en detener a los asesinos fue el Grupo de Aviones de la Guardia Civil que realizaron diferentes vuelos tras recibir el aviso de activación por parte de la Jefatura. Los pilotos siguieron los pasos de los narcos por el Estrecho de Gibraltar.

"En torno a las 2:55 horas se detecta una embarcación al pairo frente a las costas de Sotogrande, Cádiz. Tras observar la neumática detectada, se comprueba que correspondería con la descripción de la embarcación que se estaría tratando de localizar, tipo Go Fast, de cuatro motores, sin carga y con un solo tripulante", explica el informe al que ha tenido acceso Vozpópuli.

Otra peligrosa persecución horas después

Esta narcolancha sospechosa comenzó la navegación en rumbo 135 parando motores y poniéndose de nuevo al pairo. Esta circunstancia activó todas las alertas y se iniciaron las labores de coordinación con la Central COS de la Comandancia de Algeciras para darles alcance.

Así, a las 4:55 horas una embarcación del Servicio de Vigilancia Aduanera trató de interceptar a la embarcación sospechosa que a la postre se descubrió que estaba pilotada por Kiko El Cabra. "Al detectar la presencia de la embarcación oficial, reanuda la singladura en torno al rumbo 135 a 30 knt de velocidad", según las imágenes recogidas por el avión.

"Finalmente, la superioridad mecánica de la embarcación Go Fast hace que esta pierda en la distancia a la perteneciente al SVA, desistiendo de su persecución esta última", lamenta el informe. La aeronave de la Guardia Civil siguió la trayectoria de esta narcolancha hasta que la central COS le indicó que debía abandonar y retornar a la base.

A pesar de los intentos por huir, esta embarcación se localizó en la playa varias horas después y fueron detenidos tres de los ocupantes, entre ellos el conductor Kiko El Cabra. Los investigadores se desplazaron hasta la zona para sacar pruebas de la nave.

En el interior de la narcolancha de El Cabra

El informe oficial detalla que contaba con cuatro motores Yamaha de 300 cv cada uno y tenía un peso de 6.400 kilos. Del interior de la narcolancha se analizaron huellas y también los objetos que en su huida dejaron en su interior como latas de conservas, medicamentos o botellas de agua.

Una de las cosas que más llama la atención es que tenían un cuchillo de pesca que abandonaron en la embarcación. Los agentes de la Guardia Civil también sacaron indicios de los daños del casco para compararlos con los restos localizados en la nave donde murieron los dos agentes.

La investigación del doble asesinato de Barbate aún sigue quemando etapas y los agentes ahora se encargan de analizar el sistema GPS de las dos narcolanchas halladas la mañana siguiente y dos días después. De igual forma, Kiko El Cabra, el conductor de una de las embarcaciones, y seis de sus compinches siguen en prisión provisional investigados por estos hechos.

En este suceso, ocurrido la noche del 9 de febrero en Barbate murieron asesinados dos agentes de la Guardia Civil. El primero era David Pérez Carracedo, tenía 43 años y estaba destinado en el Grupo de Acción Rápida (GAR), cuya base se encuentra en la Comandancia de la Guardia Civil de Navarra. Tenía mujer y dos hijos de 9 y 7 años. El otro se llamaba Miguel Ángel González Gómez, tenía 39 años y pertenecía a los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) en Algeciras. Dejó una hija de 12 años.

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