Más de un año de siguiendo el rastro de una transacción de drogas. Los agentes de la Policía Nacional comprobaron como los responsable de la misma preparaban la logística, la mercancía, compraban un velero y contrataban a los tripulantes. Cuando esta mafia del Este ya se frotaba las manos por los beneficios que iban a obtener con la venta de la droga los investigadores dieron al traste con sus negocios e interceptaron el 'narcovelero' con 6.000 kilos de hachís en su interior. "Estas peligrosas organizaciones utilizan a España como punto logístico para distribuir por Europa", según informan fuentes policiales a Vozpópuli.
Todo ello ha sido posible gracias a los agentes de la Sección IV BCE-UDYCO de la Policía Nacional, los más expertos en el tráfico de estupefacientes de la sección marítima, de forma conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria. Han contado con la colaboración de las autoridades de Reino Unido e Italia, así como con la participación del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) y el MAOC-N (Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico).
Desde España a Europa
Estos agentes investigan todo el "entramado completo de estas organizaciones criminales". Desde los miembros que compran la sustancia estupefaciente hasta los que distribuyen la droga por los territorios europeos. En 2020 interceptaron un total de seis veleros con montones de fardos en su interior. "Nuestro objetivo es romper todo el proceso de operativa del narcotráfico", apuntan estas fuentes.
Es tal la especialización de estas mafias de narcos que cuando pierden mercancía "analizan el punto débil" y "demandan responsabilidades". "Pueden producirse filtraciones o errores. En estos últimos casos no se producen represalias", reconocen.
Los transportistas búlgaros son los que más se dedican al tráfico de hachís pero el perfil cambia con la cocaína, que es la sustancia preferida para traficas de albaneses y serbios. El punto común de estas organizaciones, que no están afincadas en España, es que utilizan las diferentes rutas para distribuir por Europa. "Usan España como punto de logística o plataforma de aprovisionamiento", explican.
La investigación en torno a este último narcovelero dio comienzo a principios de 2021, al confirmarse las informaciones de que uno de los grupos criminales más activos en España se disponía a adquirir un velero para su uso en el narcotráfico. La embarcación, de nombre BIBI y presunto pabellón maltés, se desplazó en febrero del presente año a Italia, desde donde se trasladó en marzo hasta España, estableciéndose en las costas levantinas como punto logístico y como base de operaciones a fin de ultimar los preparativos previos a la carga del estupefaciente en África por parte de los narcos.
Tras salir de España, navegaron hasta un punto de las costas marroquíes donde cargaron la droga con la intención de retornar a nuestro país e introducir el estupefaciente en Europa a través del sur de la península. Finalmente y gracias al compromiso internacional de todas las unidades intervinientes, la embarcación fue interceptada en aguas internacionales del océano Atlántico. Los narcos estaban a 130 millas de la costa de Huelva.
Marineros expertos vendidos a las mafias
Fueron arrestaron a los tres tripulantes, entre los que se encontraba el patrón de la embarcación, capitán con años de experiencia y con elevados conocimientos marítimos, quien ya había sido detenido previamente en similares circunstancias a bordo de otro narco-velero. Son profesionales que se venden al mejor postor y no están ligados a ninguna organización específica.
El registro del barco se saldó con la aprehensión de unos 6.000 kilos de hachís, así como un dron que utilizaban para detectar seguimientos por parte de las autoridades policiales, cámaras de seguridad, o un detector de radiofrecuencia con capacidad para localizar dispositivos de geolocalización. "El kilo de hachís en España se paga a 2.701 euros. El total podrían haber llegado a 16 millones de euros para los narcos", explican.
Una vez que llega la droga a nuestro país la mueven por tierra con camiones u otros sistemas al destino que son diferentes países de la Unión Europea como Francia, Alemania u Holanda. "Allí se quintuplica el precio que pagan y sus beneficios", afirman estas fuentes policiales.
Desconfianza entre socios
Operaciones como éstas suponen un golpe importante a las mafias porque una de la parte de la cantidad la pagan por adelantado pero otra la dejan fiada. Los agentes de la Policía Nacional también les quitan el medio de transporte y merman la confianza entre las mafias del Este y sus socios, los narcos marroquíes. "Se interrumpen las operaciones y necesitan más tiempo para continuar", subrayan.
Esta desconfianza entre cliente (mafia del Este) y suministrador (marroquíes) tiene una solución. Realizan nuevas transacciones pero bajando la cantidad para que la droga llegue a buen puerto. "Les da igual cocaína o hachís, lo que les importa es poder sacar dinero con lo que sea", detallan estas fuentes. Mientras reinician todo este proceso, la Policía Nacional vigila su rastro, desde las sombras, para poder propinarles nuevos golpes que dañen a estas peligrosas mafias de la droga.
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