Podemos vive con nervios la aprobación de la ley de Vivienda. El Gobierno paralizó su desembarco este martes en el Consejo de Ministros para esperar al informe del Consejo General del Poder Judicial que los morados anticipan "muy duro". Pero lo cierto es que, según ha podido saber Vozpópuli, hay sectores del partido capitaneado por Ione Belarra que consideran que la norma cocinada entre Agenda Urbana y Derechos Sociales les dará "más rédito" electoral "que la reforma laboral".
Y todo porque creen que el proyecto de Vivienda está más 'pegado' a las reivindicaciones del activismo con el que Podemos siempre ha ido de la mano, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o el Sindicato de Inquilinas, pese a que ambas asociaciones han sido críticas con el el acuerdo que se alcanzó en el seno del Gobierno al considerarlo insuficiente.
Eso sí, Podemos confía en que durante la tramitación parlamentaria, tanto ellos como los socios de la investidura puedan presionar al PSOE para que se abra a cambios que permitan a los morados conectar con su electorado y contentar a las colectivos.
Una ley que no haría Podemos
Tras poco más de dos años de coalición, el socio pequeño en Moncloa está virando a las posiciones políticas previas a armar el Ejecutivo bicolor. Es decir, a la beligerancia con los socialistas. Los roces con el PSOE se han convertido en una montaña rusa de intensidad variable. En plata: Podemos enseña los dientes siempre que puede y ahora que la Legislatura está a mitad de camino y está a punto de abrirse un nuevo ciclo electoral, con más razón. Al final, como reconocen altas fuentes moradas en privado, la tónica de coalición es una pelea constante para colgarse la medalla.
El trasfondo de las tensiones entre socios está marcado por la obsesión de ambos partidos de diferenciarse uno de otro. Al final, ambos compiten por un electorado similar. El problema añadido para la coalición es el que supone Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda del Gobierno no es Podemos por mucho que el partido reitere por activa y por pasiva que es quien lidera el espacio y que tiene mando en plaza. Díaz es la única ministra morada con competencias que le permiten evadirse del efectismo mediático que caracterizó la vicepresidencia de Pablo Iglesias.
Solo por eso se entiende que los morados no besen la reforma laboral pactada en Trabajo con patronal y sindicatos. Y es que pese a que en público alaban que sea el primer marco de relaciones laborales que ha suscitado el acuerdo de los agentes sociales, en el cuartel general morado llevan varias semanas curándose en salud y pregonando la idea de que el proyecto estrella de Díaz no es el que hubiera hecho Podemos de ser mayoría en el Gobierno.
El PSOE da marcha atrás
El argumento es muy similar en el caso de Vivienda. Pero Podemos tiene más margen para virar la posición del PSOE en este asunto que con la reforma laboral, ya que tocar alguna coma de esta última sacaría a la patronal del acuerdo. Todo un lío para Díaz que, según ha sabido Vozpópuli, estaría dispuesta a enfrentar al abrirse a cambios en el redactado para atar a ERC y Bildu. El problema es que ese cambio rompería la idea de transversalidad que vende Díaz, ya que buscaría apartar a Ciudadanos de la ecuación.
Mientras, el lado socialista del Ejecutivo reculó este martes en aras del entendimiento. La ministra de Agenda Urbana, Raquel Sánchez, reiteró que "todo el Gobierno está convencido de que es una buena ley" y que está "bien armada jurídica y técnicamente". Es más, ha salido al paso del criterio filtrado del CGPJ y ha dicho que tampoco "invade competencias ni el derecho a la propiedad privada".
En cualquier caso, el Ejecutivo pretende continuar con la tramitación de la ley a la espera del informe final del órgano de gobierno de los jueces y que llegó a decir este lunes que valoraría, algo que provocó la reacción airada de los morados, que zanjaron: "No aceptaremos ningún cambio en lo pactado, sería un grave incumplimiento de los acuerdos suscritos entre los socios de Gobierno tanto en el pacto de Gobierno como en el de los Presupuestos de 2021". Dientes, siempre dientes.
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