20 euros por una copa en una discoteca normal de Madrid. Sin reservados ni espectáculo ni nada especial. Simplemente, la copa. Esto es lo que le pedían a Leire y sus amigos el viernes por la noche para entrar en una 'disco' madrileña. "Por supuesto, no entramos. Abortamos plan y nos fuimos a un parque a tomar unas cerves. No podemos permitirnos pagar 20 euros por copa. ¡Qué disparate!". La inflación lleva varios meses también rondando el mundo de la noche, que, como el resto de sectores, temen no poder hacer frente a los gastos disparados.
Los jóvenes viven con angustia estos momentos de incertidumbre económica, aunque muchos se empeñen en repetir que son inmaduros e irresponsables: los constantes problemas económicos a los que muy probablemente van a tener que hacer frente en un futuro no muy lejano se unen a que en el presente tienen que estar apretándose el cinturón hasta para una noche de fiesta y diversión. "Al final, en este momento de nuestra vida, vivimos para nuestro tiempo libre y para nuestros amigos. Pero si nos cobran 7 euros por un tinto de verano, ni de eso podemos disfrutar", señala a Vozpópuli este grupo de amigos.
Mensaje parecido manda Jorge, un joven estudiante de comunicación que se queja de que la gente de su edad ya no solo tiene que "renunciar a un empleo estable", con la posibilidad de independizarse, sino que ahora tiene que controlar muy bien en qué invierte su tiempo libre, porque tiene "dinero muy limitado para una vida excesivamente cara, incluso para salir de fiesta".
"Salir de fiesta siempre ha sido un poco de capricho, lo sé. Pero ahora no tengo ni ganas. Si me piden 15 'pavos' solo por entrar… solo me dan ganas de quedarme en casa. Nunca he visto una cosa así", añade Sonia en una conversación mientras tomamos un tinto, lo más barato que había en la carta.
Un problema más allá del ocio nocturno
Todos los jóvenes con los que ha hablado este periódico tienen una cosa clara: el poder o no poder salir una noche es el menor de sus problemas. La inflación afecta mucho más allá y lo saben, pero "al final, donde nosotros notamos ese esfuerzo, si vives con tus padres y no tienes trabajo, es precisamente en el tiempo libre, ya sea de noche o de día", agrega Sonia.
Luis añade que "el ocio es lo único que antes" se podían pagar por ellos mismos "(los estudios, la casa, el coche… es algo que pocos pueden pagar)". "Ahora todo es carísimo, salir a cenar, ir de compras, hacer planes culturales… si yo gano 300 con un contrato de prácticas (que me alargan eternamente ofreciéndome hacer cursos para seguir siendo estudiante) y me cobran 20 euros cada vez que salgo a comer con amigos, ¿qué puedo hacer? Nos espera un futuro muy complicado y un poco negro…"
"¿Sabes lo que va a provocar todo esto?", añade Sergio, con tono amargado. "Que proliferen los botellones. Como no nos podemos permitir ir a sitios en condiciones, nos quedaremos en la calle. O en casa, en vez de dar vida y alegría a las calles. No estoy hablando de que quiera alcohol barato para que nos emborrachemos todos los días. Todo lo contrario. Hablo de que los jóvenes tengamos la posibilidad de tener ocio sin que suponga arruinarnos".
No hablan solo de discotecas. Si quieren ir a cenar notan que los precios han subido, aunque sea un poco, "nuestros bolsillos, que tienen muy poco dinero, lo notan". "A mí por ejemplo me cobran más por el gimnasio", explica Miguel, uno de los amigos de Leire. "El 100 Montaditos también ha subido sus precios: la carta de montaditos a un euro no para de disminuir y la de 1,6 es cada vez más larga". "Y a mí que me encanta comprar ropa, ya miro mucho más los precios", añaden Iván y Almu respectivamente.
"Tenemos que hacer frente a los gastos"
Desde las discotecas, poco tienen que decir. "Los gastos no paran de subir; tenemos que hacer frente de alguna manera a esta subida de precios por todos lados. Y sólo queda cobrar más por entrar. La mayoría no va a dejar de ir de fiesta aunque sea mucho más caro".
"Ahora mismo, la inflación ya está impactando en nuestra recuperación, puesto que nuestros márgenes no tienen nada que ver con los costes disparados", cuentan fuentes del sector hostelero consultadas por Vozpópuli. La restauración española registró una subida de precios del 5,5% en junio, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que refleja el mayor incremento de todo el 2022, en el que los aumentos se han dado mes a mes.
Sobre el futuro, tanto personal como profesional, los jóvenes en general, no se muestran muy positivos: "Ahora nuestras preocupaciones son si puedo salir de fiesta o no. Pero dentro de nada será si puedo o no pagar el alquiler".
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