El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió a cometer un error durante una intervención en público, esta vez, ante las 4.000 personas que llenaron el auditorio de Sevilla por el 40 aniversario de la primera victoria electoral del PSOE. Tras el lapsus el miércoles durante su visita oficial en Kenia, donde confundió al país anfitrión con Senegal, el dirigente socialista atribuyó ayer a Blas de Otero un verso de una obra de Gil de Biedma.
El presidente del Gobierno y el expresidente Felipe González fueron los dos grandes reclamos del cartel de la gran fiesta socialista. Una celebración, sin embargo, que no contó con el otro artífice del éxito de 1982: Alfonso Guerra, quien lamentó no haber sido invitado oficialmente, ni con ocho de los nueve presidentes autonómicos socialistas. Solo el extremeño Guillermo Fernández Vara se dejó ver en la capital andaluza.
El presidente del Gobierno sucedió a González con una intervención en la que explicó que él recuerda "mucho" uno de los "célebres versos" de Blas de Otero. "Decía textualmente: 'de todas las historias de la Historia, la más triste sin duda es la de España, porque termina mal'. Yo quiero decir hoy aquí que aquello acabó definitivamente ese 28 de octubre de 1982", dijo el presidente.
En realidad, ese verso citado por Sánchez no lo escribió Blas de Otero, sino que pertenece al poema 'Apología y Petición', del poemario 'Moralidades', de Jaime Gil de Biedma.
Por otro lado, el líder del PSOE recurrió a una cita, producto de un malentendido entre el líder chino Zhou Enlai y el expresidente de Estados Unidos Richard Nixon para valorar la importancia histórica de la victoria de Felipe González: "Esto no es una broma, es en serio. Al parecer el americano le preguntó al chino qué le parecía la Revolución Francesa y el presidente chino respondió que todavía no había pasado el suficiente tiempo para tener un juicio claro. Seguramente Enlai tenía razón, porque los actos del pasado continúan teniendo efectos en el presente y en futuro como estamos compartiendo hoy la victoria de hace 40 años", señaló Sánchez.
Esa cita sirvió para mitificar la sabiduría oriental. El problema es que el político chino creyó que se le estaba preguntando por las revueltas de mayo del 68, de cuatro años antes, como desveló un funcionario del Departamento de Estado estadounidense.
Tras el lío con la cita falsa, Sánchez cerró su intervención remarcando que la victoria de 1982 "sigue ejerciendo su influencia en la historia de España y lo seguirá haciendo por mucho tiempo". "Nosotros, los españoles y españolas del presente, somos la feliz consecuencia de aquella victoria, y la mejor forma de agradecerlo es seguir impulsando aquel proyecto de libertad, prosperidad y justicia social para España, para Europa y para el mundo. ¡Gracias, Felipe!", concluyó.
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