España

Sánchez arma un nuevo Gobierno con más poder para Bolaños, su núcleo duro intacto y la llegada de Puente

El ministro de Presidencia toma la cartera de Justicia. Y no es un movimiento casual, ya que es uno de los autores de la ley de amnistía que tendrá que analizar el Constitucional

Un Gobierno nuevo de coalición pero con pocas sorpresas. Y los mismos ministerios: 22. El presidente, Pedro Sánchez, aúpa a Félix Bolaños, quien asume las competencias de Justicia y a María Jesús Montero, que sigue en Hacienda pero con el rango de vicepresidenta cuarta. La gran sorpresa es la llegada de Óscar Puente, diputado por Valladolid y exalcalde de esa ciudad, al Ministerio de Transportes. El líder del PSOE deja intacto su núcleo duro de ministros. No solo siguen Bolaños y Montero; también Pilar Alegría, que sigue en Educación y, además, será portavoz del Gabinete, e Isabel Rodríguez, que pasa a Vivienda y Agenda Urbana.

El movimiento de Bolaños no es casual, ya que es uno de los autores de la ley de amnistía que tendrá que analizar el Constitucional previo trámite parlamentario. Sumar tendrá cinco asientos en el Consejo de Ministros. Yolanda Díaz mantiene su cargo: vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. La líder de Sumar incorpora a Ernest Urtasun, portavoz de su partido, al frente de Cultura; a Sira Rego, eurodiputada de Izquierda Unida, a Infancia y Juventud; a Pablo Bustinduy a Derechos Sociales y a Mónica García, líder de Más Madrid, a Sanidad. Pero Sánchez también ha hecho algunos nuevos fichajes.

El exalcalde de Barcelona Jordi Hereu, del PSC, será el nuevo titular de Industria en sustitución del canario Héctor Gómez. Aunque las islas no se quedan sin representante en Moncloa, ya que el expresidente Ángel Víctor Torres será el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática. La navarra Elma Saiz será la titular de Seguridad Social y la abogada Ana Redondo, número dos de Óscar Puente en el Ayuntamiento de Valladolid, la nueva ministra de Igualdad en sustitución de Irene Montero. Hasta ahí las novedades. Y es que tras días de rumores y especulaciones, el presidente ha decidido mantener en su puesto a buena parte de su equipo.

Fernando Grande-Marlaska sigue Interior; José Manuel Albares en Exteriores; Teresa Ribera en Transición Ecológica, Margarita Robles en Defensa; Luis Planas en Agricultura; Diana Morant en Ciencia y con las competencias de Universidades; José Luis Escrivá en Transformación Digital y Nadia Calviño en Asuntos Económicos. Aunque la todavía vicepresidenta primera puede durar poco, ya que se prevé que en diciembre pueda poner rumbo al Banco Europeo de Inversiones. Sánchez ha decidido mantener a la todopoderosa 'vice' en previsión de que su remplazo sea un mero retoque cosmético.

Un Gobierno político

El presidente ha armado un Ejecutivo político, aunque también mantiene a buena parte de su equipo técnico y gestor. En el gabinete de presidencia tampoco hay grandes cambios. Al menos por el momento. Su jefe, Óscar López, seguirá siendo la sombra de Sánchez. Y el secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès, también seguirá siendo la cara del Ejecutivo ante los medios de comunicación y cabeza pensante del argumentario político de Moncloa.

El nuevo gabinete de coalición de Sánchez con Sumar estará sometido al chantaje permanente de Oriol Junqueras (ERC), Arnaldo Otegi (Bildu) y Carles Puigdemont (Junts). El expresidente catalán se reserva, de hecho, un papel protagonista puesto que él es el nuevo aliado socialista de la XV Legislatura. Y quien tendrá la llave de la gobernabilidad del país durante los próximos cuatro años. Por eso, el presidente del Gobierno ha armado un equipo con capacidad de neutralizar el relato político del independentismo. Y es que Moncloa no solo espera cañonazos desde Barcelona o Waterloo, también de Madrid.

El fulgurante ascenso de Óscar Puente tiene mucho que ver. Se espera que el exalcalde de Valladolid, que intervino en nombre del Grupo Socialista durante la investidura de Alberto Núñez Feijóo, sea el pararrayos político del presidente. Puente, con un marco perfil político, absorberá buena parte de los golpes que se lleve el Gobierno en esta Legislatura, como hizo en su día uno de sus predecesores en el ministerio: el ex secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos.

Una oposición infernal con control de Waterloo

Y es que la última remodelación que acometió Pedro Sánchez, en verano de 2021, se llevó por delante a dos de sus grandes guardaespaldas: Carmen Calvo y el mismo Ábalos. Desde entonces, el presidente ha estado muy expuesto y ninguno de sus compañeros en Moncloa ha volado tanto como para tener un peso político tan evidente. "El nuevo gobierno va a tener un marcado perfil feminista con más mujeres y hombres y un marcado perfil continuista en materia económica. Va a priorizar el diálogo en una legislatura clave para España. Quiero destacar la solidez de las carreras políticas y profesionales de quienes lo conforman. Son perfiles idóneos con trayectorias forjadas en la política local y autonómica, lo que aporta un enfoque integrador", ha valorado el presidente.

Sánchez anticipa una oposición infernal, que sacará a la calle cada fin de semana a todos los que pueda movilizar para horadar al Ejecutivo. Por delante, Moncloa aún debe afrontar varios acontecimientos que pueden desestabilizar el nuevo Consejo de Ministros: desde la sentencia del Constitucional sobre la amnistía, hasta la vuelta de Carles Puigdemont, así como la pelea entre ERC y Junts. Las elecciones catalanas lo macarán todo. Y el PSOE sabe que tendrá que hacer un difícil juego de equilibrios para contentar a unos y a otros para que el tsunami de la política catalana no le arrase. Junts ya dio pistas la semana pasada.

Lo cierto es que la legislatura que se le abre a Sánchez va a ser imposible. La reacción de Junts al discurso de investidura del presidente lo evidenció este miércoles. La derecha independentista catalana amenazó al presidente con no votarle si no se toma en serio el acuerdo que firmaron en Bélgica y si no replica el relato del procés que el PSOE firmó con Junts. Nogueras amenazó a los socialistas con que no tienten a la suerte. Pero esa no será la única tensión que soporte Sánchez, porque Podemos también está dispuesto a hacer ruido.

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