Jerez de la Frontera se convirtió ayer en escenario de un nuevo tiroteo entre narcotraficantes en suelo nacional. Sobre las 19.00 horas, según han confirmado fuentes policiales a este periódico, unos individuos que intentaban hacerse pasar por agentes de la policía nacional dieron el alto a una furgoneta en la carretera que une la localidad jerezana con Sanlúcar de Barrameda.
Tras unos instantes de duda, los ocupantes del vehículo comenzaron a sospechar que los 'agentes' no eran oficiales de la ley, sino narcotraficantes que pretendían hacerse con el botín que contenía la furgoneta. En un visto y no visto, aceleraron a toda potencia, huyendo de los narcos, quienes empezaron a tirotearles mientras veían cómo se alejaban en la distancia.
Como en cualquier historia de este tipo, faltaba el giro de guion. Y ese fue que, evidentemente, los dueños del vehículo eran también narcotraficantes, cuyo infortunio les había llevado hasta un grupo rival, que posiblemente supiera dónde y cuándo iban a estar para tratar de robarles.
Uno de los disparos dio en la rueda de la furgoneta, teniendo que ser abandonada en mitad de la carretera kilómetros más adelante ante la imposibilidad de conducirla con normalidad. Cuando la Policía Nacional, está vez la de verdad, llegó hasta la localización de la furgoneta, descubrieron que los narcos habían abandonado más de 30 fardos de hachís.
Este tiroteo completa una nueva y trágica historia de narcotráfico en el sur de España, semanas después del asesinato de dos guardias civiles en Barbate tras ser arrollados por una narcolancha cuando trataban de hacer su trabajo.
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