La intervención de la ministra de Igualdad Irene Montero en el Congreso de los Diputados el pasado 21 de septiembre continúa trayendo cola. El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, quiso echarle un capote este jueves, pero Vox y Ciudadanos continúan exigiendo su dimisión. Los de Santiago Abascal, incluso, han registrado una querella ante el Tribunal Supremo contra la dirigente de Unidas Podemos, a la que acusan de "corrupción de menores" por sus declaraciones sobre sexualidad y niños.
"Todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren, y que eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento. Y esos son derechos que tienen reconocidos, y que a ustedes no les gustan", argumentó Montero en la Comisión de Igualdad ante los planteamientos de la diputada de Vox, Lourdes Méndez.
Sus palabras originaron todo tipo de críticas. Ciudadanos las calificó de "inadmisibles" y le exigió que dimitiese o bien que fuese cesada por el presidente Pedro Sánchez. En Vox reclamaron lo mismo, pero dieron un paso más. El partido interpuso una querella por un presunto delito de corrupción de menores -amparado por el artículo 183 del Código Penal- y ante lo que considera un "escándalo".
"No pueden ser amparadas por la libertad de expresión de un cargo público y de relevancia como es, ya que, además de diputada, es miembro del Gobierno como ministra de Igualdad y sus declaraciones constituyen una acción típica, antijurídica y culpable", explicó la responsable jurídica de Vox, Marta Castro. Y recordó que el propio legislador ha establecido que "cualquier conducta lasciva con menores de 16 años es delictiva, dada la falta de madurez para el consentimiento, por entender, 'ex lege', que este se encontraría viciado".
El partido de Abascal entiende que las palabras de Irene Montero exceden "en mucho" las expresiones de carácter político. "Ni la ignorancia ni la intencionalidad podrán excluir en este caso que las palabras empleadas y el mensaje lanzado por la ministra son constitutivas de delito", sostiene en su escrito al Alto Tribunal.
Pero Irene Montero no ha rectificado sus palabras y ha aprovechado la sesión de control al Gobierno para endurecer su discurso contra Vox. "Tanto en esta Congreso como en la sociedad, somos más quienes queremos educación sexual. Ustedes, los que blanquean la violencia machista y la niegan, los que cuestionan las políticas públicas para frenar estas violencias, los que cuestionan a las víctimas, votan en contra de la ley de infancia, de la ley del 'solo sí es sí' y de investigar las agresiones sexuales en el seno de la iglesia, son la minoría", lanzó.
Y acusó a los parlamentarios de Vox de usar la Cámara baja "como altavoz de su machismo": "¿Hasta cuándo vamos a tolerar estas campañas de violencia política? Como feministas y demócratas, les tenemos que parar los pies y que aprobemos la ley del aborto porque a estos fascistas se les para con derechos".
Este jueves, los diputados de Vox, con Iván Espinosa de los Monteros a la cabeza, apoyaron a la Asociación Nacional de Ayuda a las Víctimas de Violencia Doméstica (Anavid), que también pide la dimisión de la ministra de Igualdad. "Mantenemos todas las iniciativas que anunciábamos la semana pasada a la vista de que la señora Montero ha tenido tiempo para rectificar sus palabras en caso de que hubieran sido malinterpretadas y no lo ha hecho, parece bastante claro que quiso decir exactamente lo que dijo", aclaró Espinosa de los Monteros. "Tuvo ocasión, a preguntas de Vox, y no lo hizo; lo que hizo fue insultar a cuatro millones de votantes, entre ellas mujeres. Pero parece que para la ministra de Igualdad una no es mujer si no es comunista", sentenció.
Para Vox, "los niños sí tienen padres. Los niños no son del Estado. No se toca a los niños. Ya está bien de que las ideologías totalitarias, que encima llaman a los demás fascistas, estén empeñadas en entrar en las aulas".
En paralelo, la Conferencia Episcopal daba una rueda de prensa, y el secretario general y portavoz, Luis Argüello, quiso echar un capote a la ministra y rebajar el tono en tono a la polémica intervención de la ministra. "Quiero ser comprensivo con la ministra de Igualdad, porque yo también salgo a la prensa y veo cómo se interpretan algunas respuestas", defendió.
El también arzobispo de Valladolid continuó: "A veces, uno, cuando responde dice una frase pequeña en un argumento global y es la frase pequeña la que se ve. Yo francamente, no creo que la ministra de Igualdad defendiera en esas declaraciones que los niños puedan mantener relaciones sexuales y demás".
No obstante, el secretario general de la Conferencia Episcopal sí que ha trasladado su preocupación por "el planteamiento de la persona y de la concepción de la sexualidad que parece revertirse, no de la opinión personal de la ministra, sino de los textos legislativos". Y mostró su rechazo a la ley del aborto y a la ley trans.
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