La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado de diferentes peligros que tiene la ortodoncia invisible. Los alineadores transparentes se han convertido en una gran alternativa a los tradicionales, especialmente para los casos que no son muy complicados. Se trata de utilizar unas férulas que son transparentes y que se van cambiando en intervalos de tiempo para ir corrigiendo poco a poco la posición de los dientes. En contraposición a los brackets, estos alineadores son mucho más estéticos porque casi ni se ven y con más sencillos y cómodos.
En estos últimos años, la ortodoncia invisible ha ido ganando más popularidad, pero la OCU ha explicado que esto no debe llevar a equívocos: "Se trata de un tratamiento complejo, que debe ser realizado por un especialista tras un adecuado estudio del paciente, similar al que se realiza en la ortodoncia convencional, y que puede incluir la realización de un escaneado de los diferentes movimientos de la dentadura".
Cuando se hace la evaluación y se tiene toda la información disponible, se procesa en un laboratorio en el que se fabrican las férulas de manera personalizada. La OCU señala que el paciente "suele recibir entre 3 y 6 férulas, que se van cambiando a intervalos semanales, según el orden que indique el especialista. Una vez terminada la serie de férulas, el paciente debe acudir a control para que el especialista evalúe los resultados y se fabrique una nueva serie de férulas, y así progresivamente hasta lograr el resultado final".
Los peligros de la ortodoncia invisible, según la OCU
La OCU ha afirmado que en los últimos días los medios de comunicación y las redes sociales se están haciendo eco de algunas quejas de diferentes usuarios que han contratado y comprado las férulas transparentes online. Después de una consulta telemática y sin tener un contacto directo con el ortodoncista, los usuarios compran los alineadores directamente a la compañía que los hace. Todo ello, según dice la entidad, sin un estudio previo, sin diagnóstico, ni control ni seguimiento. Por lo que, la entidad dice que "no es extraño que se hayan producido casos de empeoramiento del problema inicial".
De hecho, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y la Asociación Española de Ortodoncistas (AESOR) ha alertado de este tipo de prácticas. La OCU dice que para que los resultados de la ortodoncia invisible no defrauden "es fundamental que el tratamiento se prescriba y se lleve a cabo de forma correcta". Además, si no se hace bien, las consecuencias pueden ser mucho más graves que un simple descontento con el aspecto y generar efectos adversos y complicaciones serias como, por ejemplo, alteraciones en la mordida, problemas de la articulación, lesiones en dientes, encías, mucosa en la boca o labios y desajustes dentarios.
Otro aspecto que marca la OCU es que al igual que ocurre con el tratamiento de ortodoncia convencional, este tiene que finalizar con una buena fase de retención que suele ser mucho más efectiva con retenedores que sea fijos y no removibles. Esto implica que se debe tener una adecuada supervisión y seguimiento. En el caso contrario, es mucho más probable que a la larga "los dientes vuelvan a su posición original".
Por este motivo, desde la OCU advierten del riesgo que puede suponer recurrir a estas prácticas. De hecho, da algunas recomendaciones que se deberían tener en cuenta:
- Debe haber un diagnóstico previo preciso basado en una exploración minuciosa del paciente cara a cara.
- La prescripción debe ser individualizada, basada en ese diagnóstico previo.
- El seguimiento se debe mantener durante todo el tratamiento de forma regular para hacer los ajustes necesarios.
- En ningún caso deben adquirirse online aparatos de ortodoncia sin que haya existido una prescripción y supervisión adecuada por parte de un ortodoncista.
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