España

La OCU lanza un nuevo aviso: los riesgos y la eficacia de las inyecciones para adelgazar

Te contamos todos los detalles que ha aportado la Organización de Consumidores y Usuarios sobre estos medicamentos que se han hecho tan populares

La OCU ha publicado un informe sobre los riesgos y la eficacia de las inyecciones para adelgazar. Desde hace un tiempo se ha popularizado en redes sociales que la liraglutida (Saxenda), la semaglutida (Ozempic y Wegovy), la tirzepatida (Mounjaro) y otros medicamentos de esta familia se han convertido en un opción real a la hora de perder peso. Son una serie de fármacos destinados a tratar la diabetes de tipo 2. Uno de sus efectos secundarios es la pérdida de peso. Por este motivo, miles de personas lo ven como una opción real.

Tras esto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha dado su punto de vista. Esta entidad pública se fundo en 1975. Tiene un objetivo claro y es el de salvaguardar todos los derechos de los españoles y poner fin a los abusos que se hacen por parte de las grandes multinacionales. Para poder llevar a cabo esta labor, cada día lanza cientos de informes sobre diferentes temas de ámbito social: consejos para el trabajo, recomendaciones alimentarias, de salud...

Casi 50 años han pasado desde que la OCU empezó a dar sus primeros pasos. Su labor ha hecho que se haya ganado su hueco y el respeto de todos los ciudadanos. Esto ha hecho que se convierta en una fuente muy fiable de información a la que recurren miles de personas. Ahora su objetivo es dar respuesta a los riesgo y la eficacia que tienen las inyecciones adelgazantes.

La OCU explica los riesgos de las inyecciones adelgazantes

Este tipo de medicamentos, según explica la OCU, imita el funcionamiento de la hormona GLP-1 que "se secreta a nivel intestinal cuando ingerimos comida y cuya función más importante es regular los niveles de otras dos hormonas implicada en el control de la glucosa en sangre: la insulina y el glucagón". Esta hormona aumenta los niveles de insulina y disminuye los de glucagón. ¿Y cuál es la traducción de esto? Pues que se disminuyen los niveles de azúcar en la sangre. Por eso se utiliza para trata la diabetes tipo 2.

Sin embargo, la OCU cuenta que "se ha visto que retrasan el vaciado gástrico y generan sensación de saciedad". Esto ha hecho que en mayor o menos medida, esos medicamentos "ayudan a perder peso". Al comprobar que los diabéticos tipo 2 que trataban con estos fármacos estaban perdiendo peso, "algunos laboratorios han decidido investigar el potencial de estos medicamentos para ayudar, precisamente, a perder peso".

Por el momento, la liraglutida y la semaglutida, bajo los nombres comerciales de Saxenda y Wegovy, han logrado la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos para ese fin. Y, tal y como dice la OCU, en breve, "se espera también la autorización de la tirzepatida, Mounjaro, para la pérdida de peso".

La OCU cuenta que la liraglutida se comercializa bajo las marcas Victoza, para tratar la diabetes tipo 2, y Saxenda para la pérdida de peso. Por otro lado, la semaglutida se comercializa bajo las marcas Ozempic, para el tratamiento de la diabetes tipo 2, y Wegovy para la pérdida de peso. No obstante, E

en España, Wegovy, no está disponible. Y la tirzepatida se comercializa solo bajo una marca, Mounjaro. Esta tampoco se encuentra disponible en el país.

Su popularización en las redes sociales como un arma para poder perder peso ha hecho que se haya producido un desabastecimiento. Y no solo de Saxenda, que es la marca autorizada para ello, sino de otras que se prescriben para el tratamiento de la diabetes tipo 2. La OCU recuerda la advertencia de la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS): "Se debe priorizar el uso de estos tratamientos para las condiciones en las que estén autorizados, es decir que, salvo Saxenda, estos medicamentos deben reservarse para el control glucémico de los pacientes con diabetes tipo 2".

Además, la entidad pública señala que algunos países han empezado a financiar algunos fármacos en su sistema público de salud. Por ejemplo, en Reino Unido se está haciendo junto a "un régimen de dieta baja en calorías y aumento de ejercicio físico". Aunque tan solo se está haciendo en casos graves, es decir, los que presenten estas características:

  • Un IMC igual o superior a 35 o, de forma excepcional, igual o superior a 30.
  • Al menos una enfermedad asociada al exceso de peso.
  • Y el servicio público de salud británico solo financiará el tratamiento durante un máximo de 2 años por paciente y dentro de servicios especializados de control de peso. 

La OCU ha pedido que en España se marquen criterios para la "financiación de estos medicamentos que permitan el acceso a los pacientes de mayor riesgo" y explica que "no tiene sentido que el Sistema Nacional de Salud financie medicamentos para el tratamientos de otros reconocidos factores de riesgo como son el tabaquismo, la presión arterial, el colesterol y la diabetes, y no financie el tratamiento de la obesidad".

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