En el divorcio entre Vox y Macarena Olona existen terceros. No fueron la causa de su abrupta salida del partido tras las elecciones andaluzas, cuando alegó motivos de salud, pero sí parecen haber contribuido con sus testimonios a que la abogada del Estado se atreva a cuestionar públicamente la supuesta "falta de democracia interna" y señale un "linchamiento" justo después de anunciar que se quería reunir con Santiago Abascal. También ha reconocido ser conocedora de alguna "puñalada interna".
Según ha podido saber Vozpópuli, varios ex cargos y militantes de la formación en distintos municipios y provincias se estarían acercando a la alta funcionaria en los últimos días para trasladarle sus "desavenencias" con el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, y denunciar el "control férreo" que tuvieron que "padecer" desde Madrid antes de abandonar el proyecto. Algunos de ellos buscan reagruparse en torno a la exdiputada por Granada a la espera de sus próximos movimientos. "Se han producido muchas injusticias y cada vez que alguien quiere reunirse con Abascal para contárselas, no hay manera", sostiene un excargo de un comité provincial.
"Está bien que no se incentive que aparezcan 'barones' por todas partes, pero tampoco pueden evitar que surjan líderes de una forma natural", añade otro antiguo cargo.
"Arrasan con todo el que se muestra crítico o empieza a brillar. Tenemos la esperanza de que Olona pueda mejorar el funcionamiento del partido. Si ella no lo consigue...", cuenta un exconcejal extremeño que asistirá a la próxima intervención de la exparlamentaria en Sevilla. Antes impartirá una conferencia en Murcia. El acto tendrá lugar este mismo viernes y, precisamente, está organizado por un instituto ligado a dos diputados en la Asamblea Regional a los que Vox quiso expulsar: Juan José Liarte y Francisco José Carrera. Son los mismos que negociaron el apoyo al PP en la moción de censura fallida que impulsaron PSOE y Ciudadanos contra López Miras. Unas nuevas amistades que han descolocado aún más a los ex compañeros de bancada de Olona.
Según ha reconocido esta última en su entrevista para ABC, ahora está teniendo la oportunidad de conocer a personas que habrían formado parte de Vox a lo largo de toda España y que, por desavenencias y otras circunstancias, ya no están en el proyecto. "Escucho siempre las mismas palabras: falta de democracia interna, y el tratamiento, cuando se eleva la voz, por parte de la organización del partido... No se considera que se trate con respeto", respondió ante las preguntas de su interlocutora.
El "hasta aquí" de Vox a Olona
Estas palabras, entre otras tantas, se saldaron este jueves con la negativa de Abascal a que la alicantina se reincorporase a sus filas. "Hasta aquí", resolvió Espinosa de los Monteros desde el Congreso de los Diputados. Entre decepcionado y apenado, el que fuera su compañero de escaño durante los tres años que ejerció de secretaria general del Grupo Parlamentario le deseó lo mejor "en lo político" y le garantizó que "siempre" les tendría "a su disposición en lo personal". El daño que está causando, alegan en Vox, no deja mayor margen de maniobra.
Aunque Olona reconoció ser "muy consciente" de que el puesto más complicado es el de secretario general -el que ostenta Ortega Smith- insistió en que, para ser alternativa, un partido nunca podía ser "excluyente". "Hemos visto ejemplos en partidos más mayores de a qué lleva la exclusión. No es algo que los votantes entiendan. No entienden que se antepongan los egos personales a la finalidad del proyecto. Necesitamos unidad y necesitamos todas las manos posibles para luchar. Manos que luchen y que estén dispuestas a arremangarse no sobran", señaló.
Buxadé defendió que los que insistían en preguntar por la marcha de Olona y su relación con ella no tenían más interés que provocar daño y debilitarles
Como publicó Vozpópuli, ella misma tenía "desavenencias" con Ortega Smith y con el vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, antes de abandonar Vox. Fuentes conocedoras de las relaciones entre los primeros espadas explicaron que, aunque nunca se había producido un enfrentamiento cara a cara, las relaciones entre ellos no atravesaban su mejor momento. Sobre todo a raíz de su designación como candidata a las elecciones de Andalucía. Además, explican las mismas, la ex diputada habría encontrado un freno en ambos dirigentes para poder seguir escalando posiciones en Vox a nivel orgánico.
Preguntado por las crecientes voces del entorno de Vox que vinculaban la salida de Olona al funcionamiento interno del partido y a su relación con la exsecretaria general del Grupo Parlamentario, Buxadé, defendió que los que insistían en ese asunto no tenían más interés que provocar daño y debilitar la unidad y el espíritu que les había caracterizado desde el inicio.
"Inflación en dos dígitos; paro subiendo continuadamente; situación del PIB; situación de las familias, que han tenido que volver a comprar los libros de texto que sus hijos no han podido heredar de sus hermanos mayores; el suministro del vehículo... No tiene sentido hablar ni de Feijóo, ni de Ayuso, ni de Álvarez de Toledo; ni de Macarena; ni de Buxadé", trató de zanjar.
La 'gota' que colmó el vaso
Ahora, la abogada ha constatado su deseo de "aglutinar" a todas esas personas que se han "desencontrado" por "razones ajenas a su amor a España". "No pierdo la esperanza de que puedan volver a encontrarse en el proyecto que hoy representa sus ideales, aunque sea porque no hay una alternativa actualmente distinta a Vox que los defienda. Y a eso, desde luego, yo aspiro en este camino", acentuó.
Sin embargo, en Bambú 12, cuartel general de la formación, las declaraciones de Olona un día antes de la supuesta llamada a Abascal para mantener una reunión han sido la gota que ha colmado un vaso que llevaba llenándose desde su retorno mediático con el Camino de Santiago. Si a finales de julio el presidente de Vox se despidió de ella asegurándole que "siempre" tendría las puertas abiertas, los últimos pasos de la abogada le habrían empujado a cerrarla definitivamente. Entre medias, él llegó a hablar de la importancia de dejar pasar el tiempo, que lo curaba todo, pero ella publicó un sorpresivo texto por Twitter urgiéndole a una encuentro porque, a su juicio, los españoles no tenían tiempo que perder.
En Bambú 12, las declaraciones de Olona un día antes de la supuesta llamada a Abascal han sido la gota que ha colmado un vaso que llevaba llenándose desde el Camino de Santiago
Actualmente, la también exportavoz adjunta del grupo parlamentario en la Cámara Baja se encuentra en situación de excedencia voluntaria en la Abogacía del Estado. Fuentes de estos servicios jurídicos revelaron a este diario que había pedido su reingreso al cuerpo poco después de abandonar Vox, pero semanas más tarde solicitó otra vez la excedencia hasta el mes de diciembre. El entorno de Olona confirmó estas informaciones y señaló que la alta funcionaria pretendía seguir recorriendo España y emplear este periodo para decidir si volvía a la política.
La negativa de Vox a reincorporarla a sus filas ha servido para alimentar las especulaciones sobre un hipotético nuevo proyecto junto a otros rostros conocidos de la política con Mario Conde como 'mecenas'. Un extremo sobre el que ella no se ha pronunciado, puesto que su idea era sentarse antes con Abascal. Así que, por ahora, todo queda en rumores al calor de los pasillos de Las Cortes.
Elección de líderes provinciales
Este diario se ha puesto en contacto con Vox para conocer su postura ante las declaraciones de algunos excargos a nivel provincial que se muestran críticos con Ortega Smith y con el funcionamiento interno, pero todavía no ha obtenido respuesta.
En una entrevista para esRadio, Abascal fue cuestionado por la modificación de los estatutos por la cual se eliminó el sistema de primarias para elegir a los líderes provinciales. El presidente de Vox recordó que esos cambios habían sido votados por los afiliados y que más del 90% de estos habían dado el visto bueno a la fórmula para elegir. Esta consiste en dejar los nombramientos en manos de la dirección nacional del partido, una maniobra que buscaba terminar con las luchas internas que se habían generado por tocar poder en numerosas localidades.
Vox ya eliminó en 2019 las primarias para la elección de los candidatos en las elecciones autonómicas, así que ahora solo se mantienen para la elección de su presidente nacional, que se realiza cada cuatro años. Abascal fue reelegido por todo lo alto en 2020 y no será hasta 2024 cuando deba someterse de nuevo al escrutinio de sus militantes.
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