Hoy hay Comisión de Urbanismo en el Ayuntamiento de Madrid, pero no está previsto que se trate la aprobación del controvertido proyecto Canalejas, por lo que tampoco irá en el pleno del consistorio del próximo martes. Y todavía no se han contestado a las alegaciones de los grupos políticos, por no hablar de las alegaciones artísticas. Todo ello hace que sea ya técnicamente imposible que comiencen las obras para reconvertir las antiguas sedes de Banesto y Banco Hispano Americano en un centro comercial y un hotel de lujo en octubre, como estaba previsto.
Fuentes de la oposición señalan haber detectado un ‘enfriamiento’ del entusiasmo por este controvertido proyecto, que conlleva un cambio de ley entre otras cosas para que Canalejas deje de ser Bien de Interés Cultural, y apuntan dos causas para ello.
En primer lugar, el gatillazo del proyecto olímpico Madrid 2020 en Buenos Aires, del que OHL, responsable de acometer la reconstrucción de Canalejas, era el máximo patrocinador. El pinchazo olímpico pone, a su vez, en entredicho el complejo Eurovegas, por lo que ahora no es el mejor momento para pensar en un aluvión incesante de turistas sedientos de consumir que justifique enormes inversiones.
Conviene recordar que el anterior y primer proyecto sobre la remodelación del Edificio Canalejas, realizado por el arquitecto Rafael de la Hoz con la supervisión total del Ayuntamiento para que este fuera totalmente conforme a las leyes y no hiciera falta ningún cambio legal, fue suspendido por falta de financiación.
Además del impulso legal, la financiación es la clave para que esto vea la luz. De momento, eso sí, la sociedad Centro Canalejas Madrid SL, propiedad de OHL, ha reconocido una ampliación de capital de 14,3 millones, hasta 29,9 millones de euros. Una cifra que simplemente serviría para dar los primeros e incipientes pasos. Por cierto, no falta quien denuncia que ya se están dando esos pasos, sin las pertinentes autorizaciones.
Este proyecto es un proyecto de autor, por cuanto lo han pergeñado de manera personalísima Emilio Botín, presidente del Santander (banco dueño del inmueble), Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL, muy en contacto con Ana Botella e Ignacio González, que deben dar el amparo político y legal. "Proyecto de autor", lo llaman quienes están a favor del mismo, o "urbanismo a la carta", denuncia la oposición, donde todas las formaciones han presentado alegaciones.
No hay dotación posible
Hay claras dudas legales al respecto, entre otras, la incapacidad física de construir el intercambiador exigido como dotación a OHL por los 1.000 metros cuadrados ganados al modificar la volumetría del inmueble. En un informe técnico del consistorio de febrero así se reconocía.
La posibilidad de compensar con otros terrenos o dinero es contraria a la ley pero, además, hay expertos que insisten en que el intercambiador tampoco es una dotación para la ciudad, ya que iría en beneficio directo para el proyecto, por lo que tiene de plataforma de transportes para el acceso de personas y vehículos de carga y descarga, cuestiones básicas para un centro comercial y un hotel.
De momento, parece claro que el tema ha perdido velocidad de crucero, aunque seguramente, una simple llamada telefónica de Botín o Villar Mir daría nuevos impulsos, pese a las críticas de partidos políticos y arquitectos.
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