La llegada de Vox a los gobiernos autonómicos y ayuntamientos, sumado a la polémica por censurar cotenidos culturales en ciertos ayuntamientos, ha iniciado una guerra por parte de algunos artistas de la izquierda, todos ellos empeñados en cancelar a la formación de Santiago Abascal. El camino que inició Rayden ha acabado con una oleada de artistas 'cancelando' todo aquello que tenga cierta relación con Vox.
El rapero iba a hacer su concierto de despedida en Alcalá de Henares, su ciudad natal y así lo negoció con el gobierno anterior (PSOE). Ahora, con la llegada al ayuntamiento de Vox junto a PP, el artista ha decidido cancelar su actuación : "Con la llegada de la extrema derecha a las concejalías y viendo, con inaudita estupefacción, la censura y cancelación cultural con la que está siendo castigado el arte en localidades con la misma representación, me veo con el deber moral de cancelar mi actuación prevista para finales de agosto de 2024".
Esto mismo le ha sucedido al 'Tsunami Xixón Festival' tras hacerse públicas unas fotos en las que los promotores del evento, Iván Méndez, David Méndez y Ramón Noguera, se sentaron con el nuevo responsable de la empresa municipal, DIVERTIA en la sede de Vox en lugar de hacerlo en el consistorio municipal. Esto ha provocado, como su propio nombre indica, un 'tsunami' de críticas que ha terminado con la baja voluntaria de algunos grupos musicales.
Es el caso de La Élite y Strangis Guajes, que han manifestado su baja voluntaria a través de un comunicado: “No son momentos para grandes comunicados, sino de acciones". Otras tres bandas del festival punk han mostrado su malestar, aunque ellos sí estarán con el objetivo de evitar que Vox "les silencie". Misiva, Desakato y Mala Reputación han publicado un texto conjunto en el que explican que toman esta decisión por ser "antifascistas, a favor de la diversidad lingüística, de la oficialidad del asturiano, de la diversidad de género y de la lucha por una sociedad feminista en la que se respeten los derechos de las personas LGTBI".
Esta oleada de críticas y cancelaciones ha hecho que los promotores del festival hayan tenido que salir al paso con un comunicado mostrándose "en contra de cualquier tipo de censura a la libertad de expresión”, garantizando que todos los artistas que participen en el festival podrán expresarse “libremente y comunicar lo que deseen en sus letras en castellano, asturiano, galego, euskara, catalá, inglés o la lengua que deseen”.
Estos dos sucesos no son los únicos en los que la izquierda ha querido cancelar a Vox o sus simpatizantes. Una trabajadora de Orange sufrió la ira de las redes sociales tras pronunciarse a favor de la formación de Santiago Abascal en redes sociales. El vídeo se hizo viral y pronto se conoció la identidad de la entrevistada y su cargo dentro de la telefónica. Fue entonces cuando la compañía sufrió una oleada de amenazas, consistentes en pedir el despido de la trabajadora a cambio de no darse de baja -así lo hicieron saber los usuarios en las redes sociales-.
Orange se desvinculó de las opiniones de su trabajadora, realizadas en el ámbito privado durante su tiempo libre: "La opinión de un empleado, expresada en el ámbito personal no representa en absoluto a nuestra compañía". Pese a ello, la compañía manifestó que trabaja "sobre valores de diversidad e inclusión".
Son tres sucesos de una campaña de cancelación que busca invisibilizar a la formación de Santiago Abascal y a sus seguidores que promete cobrarse más víctimas en las próximas semanas, más si Vox consigue 'tocar' gobierno de la mano del Partido Popular el próximo 23-J. El propio líder del partido ya confirmó que para el partido es importante alejar del "wokismo" al Ministerio de Cultura. Vozpópuli ha consultado a Vox para conocer qué opina sobre esta cultura de la cancelación que ha iniciado la izquierda contra su partido, pero desde la formación aseguran que no quieren entrar en estos temas.
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