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La Orotava, en Tenerife, el lugar que EEUU escogió para invadir Canarias en 1898

El entonces subsecretario de Marina, Theodore Roosevelt, propuso en enero de 1898 tomar Canarias al tiempo que se iniciaba la guerra de Cuba para desmoralizar a la Península e impedir que salieran desde la islas buques en apoyo a la españolidad cubana

La Orotava, en Tenerife, el lugar que EE.UU escogió para invadir Canarias en 1898
Theodore Roosevelt en Cuba, 1898, con camisa roja, y sus jinetes en la cima de la colina de San Juan

Estados Unidos analizó la toma de control de las islas Canarias semanas antes del fin de la guerra que se inició el 25 de abril y finalizó el 12 de agosto de 1898 con España a través de La Orotava, en Tenerife. Los documentos oficiales de aquel período ponen de relieve cosas como que el subsecretario de Defensa, Teodoro Roosevelt, creía que en Gran Canaria se podría tomar la isla de forma fácil y guardar carbón en ella para desmoralizar a los españoles.

Un informe llamado 'Memorándum de inteligencia' firmado en París por el teniente William S. Sims, entonces agregado naval de los Estados Unidos en Europa, con fecha de 16 de julio de 1898, al que ha tenido acceso Vozpópuli señala que "un agente especial en Madrid informa que las autoridades navales españolas están discutiendo un plan para dividir el escuadrón 1 de Cámara , forzando así la división del escuadrón de los Estados Unidos" y añade que el lugar que se emplearía para invadir Canarias, una de las mayores preocupaciones que existía en España era "Orotava, cerca de Santa Cruz de Tenerife, ligeramente defendida. Podría tomarse fácilmente".

Sims llegó lejos: fue almirante de la flota de EE.UU en la I Guerra Mundial y hasta Premio Pulitzer de Historia años después. La experiencia de William S. Sims en el ámbito diplomático le llevó antes de París a trabajar en la Embajada de EE.UU en Rusia y aprendió a manejar los hilos tecnológicos de la diplomacia en Europa. 

Así, disponía de buenos canales de información hasta el punto que dos días después de instar a tomar Canarias a través de La Orotava, el 18 de julio de 1898, recibió un cable de un infiltrado en las islas Canarias del que envía contenido al contraalmirante estadounidense Arent S. Crowninshield con datos "del agente especial en Islas Canarias 1" que señalaba que las islas hay entre 160.000 200.000 toneladas de carbón, que las baterías "se están montando rápidamente, pero el servicio está muy desorganizado y con munición insuficiente" y agrega: "Los isleños son muy poco entusiastas con respecto a España: son muy hostiles a Estados Unidos y a Inglaterra. Acogerían con agrado la anexión a Francia" y que "los oficiales españoles critican duramente al gobierno y creen que opondrán una resistencia tenaz pero infructuosa". 

El cable confidencial apostilla que en las islas hay 6.500 soldados, cuatro baterías de cañones de 24 centímetros completadas entre el puerto de La Luz y la ciudad de Las Palmas. Agrega que Canarias contaba con dos cañones "modernos" en cada isla 5.000 hombres en total sin contar milicianos y que en Arucas, Guía, Gáldar, Agaete, Telde, Ingenio y Agüimes "tiene cada uno 250 hombres". 

Soldados en la Plaza de Santa Ana en Las Palmas en 1898

¿Quién chivaba a Sims? 

El doctor por la Universidad de La Laguna con la tesis 'Canarias en el sistema defensivo imperial hispano, 1762-1802', Amós Farrujia Coello, apunta sobre este asunto que en 1882 Estados Unidos creó el primer servicio moderno instituido enfocado a la obtención de inteligencia: la Oficina de Inteligencia Naval, "y entre los éxitos del espionaje americano habría que citar el conseguido por el agregado naval de España, Sims, quien llegó a reclutar a un oficial español destinado en la División de Operaciones de la Armada y a su esposa".

"Este oficial pasó informes valiosos sobre los buques españoles de guerra y el estado en que se encontraban, y detallados informes sobre las defensas costeras y portuarias de las Islas Canarias, por si los norteamericanos se decidían a atacar".

Cocinando el ataque desde 1896

El llamado 'Plan de operaciones contra España' preparado por el jefe al mando de la flota de torpederos del Atlántico en la guerra hispano estadounidense, William W. Kimball, en 1896 fue revisado en junio de 1897. Montgomery Sicard, que era contralmirante de la Marina de los EE.UU, y comandante de lo que Washington llamaba "Estación Norte" y Richard Wainwright, teniente comandante de la Marina de los EE. UU y director de inteligencia norteamericano, empleó ese texto en una reunión celebrada el 30 de junio de 1897.

En el acta, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, se recoge que "en caso de guerra con España" se crearía una escuadra itinerante con dos cruceros acorazados y dos destructores comerciales, "u otros buques adecuados", para mandarlos a la costa de España "con el fin de hacer demostraciones contra las ciudades menores y amenazar con el bloqueo de las mayores, a fin de inducir a las autoridades españolas a retener en su propia costa una escuadra de barcos, de carácter y armamento suficientes para mantener a raya a la escuadra volante (...) tomando temporalmente un puerto menor en las islas españolas adyacentes".

La elección de La Orotava en 1898 por las autoridades militares norteamericanas no fue casual. Tenía una importante comunidad británica asentada en la zona por la influencia de las exportaciones de plátanos y vino a Europa y EE.UU. El cable enviado teniente William S. Sims a la Casa Blanca señala que el puerto de La Luz, en Las Palmas, "está siendo fortificado a toda prisa para proteger un depósito de carbón" y "se está instalando una batería de cuatro cañones de veinticuatro centímetros en Santa Cruz de Tenerife".

España debió tener información de los informes norteamericano porque el cuartel del Ejército de Tierra de San Agustín en L Orotava ese 1898 recibió refuerzos con el Batallón del Regimiento Borbón 17 de Málaga. Madrid no reforzaba esa zona exportadora de Canarias desde 1866 con el denominado Batallón Ligero La Orotava n⁰ 2, del Ejército Territorial de Canarias. Y es que Canarias en aquella época tenía su propio cuerpo de defensa y que precisamente desapareció tras la Guerra de Cuba.

Roosevelt

El 14 de enero de 1898 el subsecretario de Marina Theodore Roosevelt envía a John D. Long, secretario de la Marina durante la administración del presidente William McKinley, un informe donde no habla de atacar La Orotava sino de tomar Gran Canaria para despistar a las fuerzas navales españolas "y ganaremos la inestimable ventaja moral" ante la sociedad norteamericana. Incluso cita qué buques deben emplearse: USS New York, el USS Brooklyn, el Minneapolis, Columbia además del vapor St. Paul.

Roosevelt deja claro que debe ser un ataque relámpago: "El escuadrón debe partir en la hora en que comiencen las hostilidades, debe ir directamente a la Gran Canaria, acompañado de carboneros. En Gran Canaria deben cargar carbón hasta el límite. Tal empresa, con toda probabilidad humana, desmoralizaría a los españoles" que se quedarían atascados en sus aguas "a la expectativa todo el tiempo, y la operación en sí misma sería de mayor valor al comienzo mismo de la guerra". 

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