"Nos quejamos mucho de la polarización y de la banalización de la política, pero buena parte de nuestros representantes no hacen nada por rebajar este tono de enfrentamiento y de vejación, algo que ya debería estar desechado". Son palabras del profesor y experto de Comunicación Institucional Luis Miguel Díaz-Meco a Vozpópuli, que además considera que en el entorno político deben "cuidarse estos valores que, en realidad, deberían ser los de cualquier persona".
Tan solo cuatro días después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciase un descanso para reflexionar sobre su futuro por la que consideraba una "estrategia de acoso y derribo" —de la que culpaba a PP y Vox—, su ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente (Valladolid, 1968) sacaba pecho en un evento en Salamanca sobre su actitud "agresiva" en redes sociales —dicho por él mismo— porque "si no juegas duro", "pasas desapercibido y eres irrelevante". Acto seguido, el exalcalde de Valladolid hizo gala de ese mismo estilo del que acaba de alardear y comenzó a hacer comentarios poco afortunados sobre el presidente de Argentina, el libertario Javier Milei, al que acusó de haber consumido "no sé qué sustancias" antes de una entrevista en televisión y de no tener asesores o, en caso de tenerlos, "creo que no los escucha mucho", dijo de forma irónica.
El autor de las anteriores declaraciones, Luis Miguel Díaz-Meco, además de docente y experto, también ha sido asesor político. En su opinión, las disculpas del titular de Transportes debieron haberse producido "inmediatamente" después del error y no evitar el tema y aprovechar para atacar al líder de la oposición, Alberto Feijóo. Precisamente, esto último fue lo que hizo Óscar Puente —a través de la red social X— horas después de que la Oficina del presidente argentino respondiese a sus palabras por medio de un contundente comunicado oficial. En lugar de reconocer su error, criticó al presidente del PP por no haber apoyado al Gobierno de España en esta crisis desencadenada por su descuido.
"En comunicación de crisis siempre decimos que la gestión del tiempo es básica", opina Luis Miguel Díaz-Meco al tiempo que recuerda que Argentina "es un país con el que España tiene unos vínculos estrechísimos" y que sus palabras pueden poner esto en duda.
"El comunicado de la Oficina de Milei hubiera sido una excelente ocasión para reconocer que se había equivocado", añade el asesor, que considera que "por suerte" la crisis diplomática ha quedado "en nada" porque "podríamos haber encontrado una respuesta mucho más dura por parte de Argentina".
Para el experto, la intervención de Óscar Puente en el evento sobre redes sociales en Salamanca "es un error muy grave" porque lleva a cabo "una serie de conductas" que un político jamás debería permitirse, ya que él se debe "a los ciudadanos" y su gestión y comunicación "deben ser acordes para lo que ha sido elegido", señala Luis Miguel Díaz-Meco.
Curiosamente, el experto en comunicación institucional, señala que este tipo de declaraciones desafortunadas son mucho más frecuentes entre los políticos que entre los grandes responsables del mundo empresarial y por eso "en las consultorías solemos avisar sobre estas cosas". "Seguramente los políticos están más expuestos", indica Díaz-Seco, pero eso no justifica que lleven los discursos "menos preparados" o que sean "menos cuidadosos".
"En el plano empresarial, los grandes responsables se cuidan mucho en hacer según qué tipo de declaraciones porque son conscientes del daño reputacional que pueden hacer a la marca que representan". Por su parte, "los políticos deberían hacer un esfuerzo para no normalizar este tipo de declaraciones", afirma. "Cuando un político va a un acto así tiene que cuidar muchísimo todo lo que dice" porque no solo repercute sobre su imagen pública, sino también "sobre la del Gobierno de España" y "ponemos en duda la fortaleza de las relaciones diplomáticas".
Este caso, si estuviese "entre amigos en un bar", sería permisible, pero no en un entorno de este tipo: "No hay espacios privados para declaraciones públicas en el caso de los políticos. Debemos cuidar qué debemos decir sin perder naturalidad, pero midiendo muy bien nuestras palabras, porque no hablamos solos a título individual".
Óscar Puente reconoce ser "agresivo" en Twitter porque, si no, pasa "desapercibido"
En cuanto al "juego duro" que el político del PSOE en X (antes conocido como Twitter), como él mismo ha reconocido practicar, el experto Luis Miguel Díaz-Meco considera que "siempre funciona" cuando se habla de política, aunque sin perder las formas, ya que "las faltas de respeto y el insulto nos cavarán nuestra propia tumba" en cuanto a reputación. Eso sí, puede ser "una gran virtud política" ser natural y "tener un mensaje directo", como es el caso.
Su naturalidad y firmeza a la hora de expresarse en público también es una de las virtudes que le reconoce José Luis Martín Ovejero, experto en oratoria y magíster en análisis del comportamiento no verbal y detección de la mentira. Según él, "Puente suele transmitir mucha convicción en todo lo que dice. No se le ve nervioso ni incómodo" y su postura corporal "transmite seguridad en lo que está contando en cada momento", como hace en las entrevistas, donde "mira bastante a los ojos".
Esto último destacó "especialmente" durante la sesión de investidura de Pedro Sánchez, en la que Óscar Puente llamó por primera vez la atención del público nacional después de ocho años como alcalde de Valladolid. Él fue el elegido por el actual presidente del Gobierno para replicar al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, al que "miró siempre a la cara cuando lo criticaba, que es lo que hay que hacer", apunta el experto en comunicación no verbal. "Suele ser un hecho muy común que miren para otro lado mientras interpelan a un adversario político y yo lo critico mucho. Pero Puente, no; él hasta giró su cuerpo".
Óscar Puente estuvo "incómodo" cuando tuvo que dar la cara ante la prensa
Este martes, Vozpópuli informaba de cómo Puente había reculado 'obligado' por Sánchez en cuanto a que presidente de Argentina, Javier Milei, había concedido una entrevista "no sé en qué estado" y que había llegado "a lo más alto" siendo "gente muy mala". Ha sido precisamente durante estas explicaciones —que no disculpas— donde José Luis Martín Ovejero ha encontrado uno de los peros en su análisis sobre el ministro de Transportes, y es que, para hacer un perfil de un personaje público, es más interesante ver cuándo se aleja de su comportamiento habitual que los rasgos típicos que lo conforman, porque es ahí donde pueden sacarse más conclusiones. En esta ocasión, es una de las pocas veces que el experto ha visto al político pucelano "incómodo o inseguro" por estar "atándose de manos" y con la mirada perdida, algo que precisamente Puente no suele hacer.
"Que lo haya podido empujar el Gobierno a dar esas explicaciones es una hipótesis de trabajo perfectamente correcta", pero también contempla otras que "no son incompatibles", como que haya pensado "la que se ha liado por mi culpa", en referencia a la crisis diplomática desatada, o "Dios mío, qué bronca me ha echado el 'presi'".
"Lo que no veo es un arrepentimiento típico", reconoce el experto en comunicación no verbal, que sí cree que ha podido llegar a comparecer obligado por "la repercusión que han tenido sus palabras a nivel público" o, como él lo llama, "la repercusión social".
Por su parte, el profesor y experto de Comunicación Institucional Luis Miguel Díaz-Meco considera que no pedir disculpas cuando tuvo la primera oportunidad "fue un nuevo error que se sumó al anterior. De hecho lo agrava" y que sus palabras ante la prensa "llegaron tarde", "están mal planteadas" y "no solucionaron nada". De hecho, considera que "nos da a entender que no es un político preparado para realizar determinado tipo de declaraciones", ha sentenciado Díaz-Meco.
El lenguaje gestual de Óscar Puente lo delata porque es "el que nunca se puede frenar"
Las expresiones faciales son las "que no vamos a poder forzar", explica José Luis Martín Ovejero a Vozpópuli, ya que cuando nuestro cerebro "siente una emoción intensa, activa unos músculos de la cara que no podemos frenar por muy entrenados que estemos" y tampoco podremos forzar. Fijándose en este apartado de su análisis, el experto reconoce que el ministro de Transportes suele estar de acuerdo con los discursos que pronuncia, algo que se infiere por la seguridad y la comodidad que muestra a través de esas expresiones faciales.
Según este profesional al que acuden empresas, portavoces y políticos (incluidos diputados de izquierdas y de derechas), Óscar Puente tiene como puntos fuertes que guarda "un buen tono de voz que sabe controlar muy bien" y que "lo cuenta todo a su ritmo, sin alterarse". Por el lado contrario, flaquea en su postura corporal, que es encorvada, "no como Pedro Sánchez, que tiene ahí una fortaleza". En conclusión, "a unos les gustará más y a otros menos" por sus ideas, pero "lo que no cabe duda es que Óscar Puente está convencido de los mensajes que transmite y todo su cuerpo lo confirma.
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