Gregorio Peces-Barba ha fallecido este martes en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) de Oviedo, según han informado a Efe fuentes de su familia.
El expresidente del Congreso de los Diputados y uno de los considerados "padres" de la Constitución española ingresaba la tarde del pasado lunes 16 en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) de Oviedo, por una insuficiencia renal complicada con otra cardiaca de la que era atendido inicialmente en el Hospital Grande Covián de Arriondas, desde donde le trasladaron al HUCA.
En el HUCA a su vez fue ingresado en una Unidad de Vigilancia Intensiva, quedando estable en las primeras horas.
Las fuentes citadas han informado de que la intención de la familia del expresidente del Congreso es que sus restos mortales sean trasladados a Madrid.
A la espera de concretar el sitio en el que se ubicará la capilla ardiente, se baraja que sea instalada en su domicilio de Colmenarejo.
Un hombre 'democrático'
Gregorio Peces-Barba Martínez nació en Madrid el 13 de enero de 1938 y, después de estudiar el Bachillerato en el Liceo Francés de esta ciudad, se matriculó en Derecho en la UCM, donde se licenció y se doctoró 'cum laude' con una tesis sobre el filósofo Jacques Maritain.
Posteriormente, se licenció en Derecho Comparado en la Universidad de Estrasburgo (Francia) y, ya de vuelta en España, pasó a formar parte del desaparecido Tribunal de Orden Público (TOP), donde destacó por su defensa de los Derechos Humanos y del sistema democrático.
Peces-Barba permanecía ingresado desde el pasado día 16 en Oviedo, donde se le ha complicado una afección renal con una cardíaca
En 1963, participó en la fundación de la revista 'Cuadernos para el diálogo' junto a su maestro, Joaquín Ruiz-Giménez. La publicación, que aglutinó las opiniones más dispares, nació con una clara vocación democrática y, con el paso del tiempo, se convirtió en referencia.
Su actitud antifranquista le granjeó varios y poderosos enemigos en el seno del régimen, hasta tal punto que, en 1971, fue detenido e inhabilitado durante varios meses. Un año más tarde, inició su militancia en el Partido Socialista (PSOE), aún en la clandestinidad.
Tras la muerte de Franco, el jurista se presentó a las primeras elecciones de la Democracia con el PSOE y obtuvo un sillón como diputado en el Congreso, formando parte de la comisión encargada de redactar la Constitución de 1978 en representación de este partido.
'Padre' de la Constitución
De esta forma, Peces-Barba se convirtió en uno de los siete 'padres' de la Constitución Española, junto a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Gabriel Cisneros y José Pedro Pérez Llorca (UCD); Manuel Fraga Iribarne (AP), Jordi Solé Tura (PCE) y Miquel Roca (CiU).
Tras las elecciones generales de 1982, en las que el PSOE obtuvo la mayoría absoluta, el jurista fue elegido presidente del Congreso con 338 votos a favor y ninguno en contra. Después de esta etapa, que se prolongó cuatro años, abandonó las Cortes y se dedicó a la enseñanza.
Años más tarde, Peces-Barba definió aquella legislatura como una "auténtica revolución", en la que "se pusieron en marcha instituciones como el Defensor del Pueblo, se culminó el proceso autonómico y se colocó en su sitio a la Fuerzas Armadas", según dijo en 'EL PAÍS'.
En 1989, fue nombrado presidente de la Comisión Gestora de la Universidad Carlos III de Madrid, que se puso en marcha un año después y que ya cuenta con 40 titulaciones. Desde entonces, ocupó el puesto de rector y fue sucedido en 2007 por el estadista Daniel Peña.
La intención de la familia es que sus restos sean trasladados a Madrid. Su capilla ardiente podría instalarse en su domicilio en Colmenarejo
Su papel como alto comisionado
En 2004, fue nombrado alto comisionado para la Atención a las Víctimas del Terrorismo, coincidiendo con el retorno al poder del PSOE, aunque su función, lejos de resultar sencilla, desató las críticas de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Según dijo, su relación con la asociación se resintió después de su segunda reunión con José Alcáraz, ex presidente del colectivo, quien se oponía frontalmente a las negociaciones entre el Gobierno y los terroristas de ETA para terminar con la banda a través del diálogo. "Hablamos del fin de la violencia, y yo dije que en ningún caso el Estado podría permitir que los condenados por delitos de sangre salieran a la calle, pero en relación con los demás, les dije: "Ustedes tendrán que pensar que es lo que procede", añadió.
La conversación se difundió y fue entonces cuando diversos sectores de la vida pública pidieron su dimisión. "Comprendí que ese señor [José Alcaraz] no era un interlocutor posible. Y luego me dijeron que grababa las conversaciones, un estilo poco adecuado", precisó.
En febrero de 2006, anunció su marcha para después del verano, después de encauzar el Alto Comisionado, orientar los "principales problemas de las víctimas" y preparar una nueva Ley de Solidaridad. "Yo no estaba para hacer una gestión ordinaria", admitió el jurista. Sin embargo, después de su marcha, el Gobierno socialista eliminó el cargo de alto comisionado e integró sus competencias en la Dirección General para Víctimas del Terrorismo. Desde entonces, y hasta 2007, el jurista se dedicó a su labor como rector de la Universidad Carlos III de Madrid.
La Fundación Peces-Barba
En 2009, pasó a dirigir el grupo de notables encargados de diseñar el programa del PSM de cara a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid y, durante esta etapa, compaginó este trabajo con la participación en diversas conferencias en calidad de experto.
Ligado siempre al mundo de los derechos humanos, la política y las leyes, fue uno de los siete encargados de consensuar la Constitución Española de 1978
Asimismo, en marzo de ese mismo año, el jurista madrileño creó la fundación homónima Gregorio Peces-Barba con la intención, entre otros aspectos, de incentivar el trabajo de los profesores de Filosofía del Derecho y DD.HH. y fomentar los estudios sobre estas dos materias.
Miembro de la Real Academia de Ciencias Políticas y Morales desde 1993, Peces-Barba recibió asimismo diversos galardones a lo largo de su carrera, entre los que destacan la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort (1986) y la Gran Cruz al Mérito Militar (1999).
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