Pablo Iglesias no pierde de vista la importancia de las redes sociales para la política. En los últimos días, según ha podido saber Vozpópuli, está cerrando el fichaje de un militante que controla la página de seguidores de Julio Anguita en Facebook. Se trata de una página de enorme influencia por el valor simbólico del exlíder de Izquierda Unida y por el número de adscritos: más de 500.000 personas.
Iglesias supo que las personas que controlan dicha página estaban buscando una salida profesional y se ha aprovechado del cargo institucional que tiene para incluirlos en el listado de asesores de la vicepresidencia segunda. La gran ventaja de los partidos que tocan gobierno es ampliar el grupo de fieles gracias a las contrataciones discrecionales de los cargos eventuales. Los asesores ministeriales pueden cobrar entre 30.000 y hasta 70.000 euros anuales brutos.
La página de Facebook de Anguita es toda una referencia en la izquierda alternativa al PSOE. Tiene una enorme trascendencia por su elevado número de seguidores, lo que permite lanzar campañas que rápidamente se convierten en virales. De ahí el valor estratégico para Iglesias de controlar por la puerta de atrás dicho foro. Actualmente, la página se abre con una foto de Anguita e Iglesias mirándose a los ojos y la frase: “Tú nos marcaste el rumbo”.
Política por otros medios
Podemos es un partido que desde su nacimiento apostó con fuerza por las redes sociales. Uno de sus principales dirigentes, Juanma Del Olmo, ha incluso escrito un libro (La política por otros medios) en la que detalla los efectos de las redes y la importancia para la política de entrar en ellas. En Podemos sostienen que ese texto se escribió con la colaboración de Juan Carlos Monedero y otros destacados dirigentes del partido morado, algunos de ellos alejados ahora de la dirección de Iglesias.
Anguita fue uno de los dirigentes de IU que respaldó en la sombra la creación de Podemos en 2014. Con él, otros históricos miembros del partido dieron su visto bueno a la creación de una iniciativa que, en un primer momento, debía servir para dar el asalto a la organización desde la izquierda. Fue la llamada “OPA hostil a IU”. Después del éxito inesperado de 2014, sin embargo, se abrió un debate en el movimiento sobre su futuro. Y se preparó la construcción de un nuevo sujeto con el partido Podemos.
El exalcalde de Córdoba apoyó siempre a Podemos, aunque lo hizo con cierta sobriedad. En 2016, cuando el partido de Iglesias estaba en su mejor momento, Anguita se negó a declarar su voto. "Ni fusilándome van a conseguir que se lo diga", dijo en una entrevista en El Mundo. Ese mismo año consideró casi imposible el pacto de coalición entre Podemos y el PSOE. "Olvídese; jamás van a gobernar juntos (PSOE y Podemos). El señorito global (los mercados) ya ha dado un toque a sus capataces (los viejos partidos) para que espabilen y gobiernen los de siempre", valoró.
Nunca criticó a Iglesias
A lo largo de estos años, su figura de referente de IU no le permitió desmarcarse en exceso de la formación que lideró en los años noventa, y que hoy lidera Alberto Garzón. Nunca criticó duramente a Iglesias, tal y como hicieron otros dirigentes históricos de IU. En su última entrevista comentó la entrada de Podemos en el Gobierno: “A mí los pactos no me dicen nada; a mí lo que me importan son los hechos y sobre eso tengo que decir que el programa me parece plausible y correcto, pero creo que hay que cumplirlo todo. Porque, podríamos pensar que al hacer el programa no se tuvieron en cuenta las dificultades que entraña gobernar”.
En definitiva, Anguita volvió a repetir su máxima del programa, programa, programa, que ahora Iglesias intenta llevar a cabo en sus pugnas con los ministros socialistas. Es un momento muy delicado para la coalición, con el PSOE que se niega a asumir algunos acuerdos programáticos como la intervención del alquiler, y para Iglesias se abre una disyuntiva.
El sector crítico del partido, formado por exdirigentes como Ramón Espinar, ha advertido que sin un compromiso serio en asuntos como la vivienda, Iglesias debería renunciar al poder. Anguita también avisaba pocas semanas antes de fallecer sobre el peligro para Unidas Podemos de convertirse en simple muleta de Sánchez: “Haber entrado en el Gobierno puede ser la tumba o la gloria de Unidas Podemos”.
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