"Ni oprimidas, ni opresoras". Este es el lema con el que el partido Pacma se ha convertido en protagonista inesperado en el Día Internacional de la Mujer. La frase sirve para denunciar la opresión que viven las mujeres... Y también las vacas. "Hemos publicado en nuestras redes un diseño en el que la imagen de una mujer y la de una vaca instan al colectivo feminista a solidarizarse también con la lucha animalista por un feminismo sin distinción de especies", explican desde la formación.
Su mensaje ha dividido incluso a los propios animalistas. Algunos de ellos no han dudado en poner en cuestión la idoneidad del cartel este 8-M y trasladar su parecer a la portavoz del partido, Yolanda Morales. "No entendemos el feminismo sin el antiespecismo", defiende ella.
Pacma no reconoce "la supremacía humana"
Según explica Pacma, el antiespecismo es el movimiento que busca el respeto hacia todas las demás formas de vida sin discriminación por especie. Una teoría que tampoco reconoce "la supremacía humana" porque "la convivencia del ser humano debe ser simbiótica y complementaria con el resto de seres vivos y no jerárquica". "Creemos que los colectivos que buscan liberarse de un tipo de opresión deben ser inclusivos con otros movimientos que necesitan eliminar también su yugo", sostiene Morales en la web oficial de la formación.
Para la portavoz de Pacma, los movimientos feminista y animalista deberían complementarse en todos los escenarios. "Toda persona que promueva el respeto hacia su realidad y circunstancias debe predicar con el ejemplo. Sin embargo, pocas son capaces de entender su propia participación en opresiones totalmente normalizadas como son las que reciben el resto de animales que conviven con nosotras", apunta.
Además, Pacma advierte que ya existe "una corriente feminista-antiespecista" similar a la suya, pero esta sería secundada por una minoría. "Las principales reivindicaciones del movimiento se basan en que promover la explotación de hembras de otras especies desvirtúa al feminismo. Es el caso, por ejemplo, de las vacas lecheras, a las que se insemina para producir leche y terneros para consumo humano de manera cíclica hasta que son enviada al matadero y bajo la confirmación científica sobre su capacidad de sintiencia", explican. Desde Pacma -dicen sus integrantes- extendemos esta consciencia hacia animales de ambos sexos.
La portavoz responde a la polémica
En declaraciones a Vozpópuli, Morales sostiene que el "feminismo antiespecista" es la vertiente del feminismo que extiende a los animales su reivindicación por el derecho a una vida sin opresión. "El feminismo es un movimiento que busca una igualdad real de condiciones entre hombres y mujeres, ¿cierto? A grandes rasgos, podríamos decir que el feminismo es el movimiento igualitario por excelencia. Partiendo de esa premisa, no tiene sentido que nos quitemos un yugo y se lo pongamos a otro", defiende.
Para Morales, el argumento defendido por Pacma es bastante simple de entender, y a la vez complejo, porque vivimos en una sociedad que no solamente es "especista", sino que está fundamentada en este principio. "No suelo utilizar este término porque se interpreta erróneamente y pocas personas entienden su significado, pero creo que en este caso el que más encaja", reconoce Morales.
Según la misma, es totalmente normal que las personas no entiendan o se tomen a mal el mensaje que han dado. "Pero es que no lo hemos hecho para agradar, sino para abrir el debate sobre una incoherencia de la que todos y todas formamos o hemos formado parte en algún momento, que es reclamar nuestros derechos y libertades sin pararnos a pensar en las opresiones que nosotros mismos ejercemos sobre los demás y que, encima, son evitables", asegura.
Y apunta: "A lo animales podemos elegir no oprimirlos. No explotarlos. Tenemos el conocimiento científico suficiente sobre las capacidades de los animales como para decidir dejar de consumir nada que provenga de ellos por una cuestión de ética, pero lo seguimos haciendo porque nos esforzamos más en seguir buscando motivos para justificar su consumo que para encontrar alternativas a él".
La campaña ha metido el dedo en la llaga y si ha molestado tanto es porque ha tocado bastantes conciencias"Yolanda Morales, portavoz de Pacma
Preguntada por la polémica generada en torno al cartel en la que aparecen una mujer y una vaca lechera, incluso entre algunas personas que se consideran animalistas, Morales piensa que la iniciativa "ha metido el dedo en la llaga" y que si ha molestado tanto "es porque ha tocado bastantes conciencias". "Pero es que Pacma no se conoce por ser un partido populista, precisamente", indica.
"Bajo mi percepción, el animalismo puede tener muchos significados. Que una persona se defina a sí misma como animalista estará sujeto a su propia concepción del animalismo, por lo que el hecho de que personas que se consideren animalistas hayan criticado la campaña no me parece raro en absoluto. Muchas veces, estos sectores son mucho más críticos con el trabajo de Pacma que otros de ideologías radicalmente contrarias", considera la portavoz del partido.
¿Es equiparable el maltrato a una mujer con el maltrato a una vaca en una macrogranja? "Mi respuesta es simple: el maltrato es maltrato. Nunca está justificado. No necesitamos medir quién sufre más para entender esta premisa. Yo soy mujer, y además, hija de una víctima de violencia de género. El haber aprendido tanto de mi madre me ayudó a entender que, si tenía la posibilidad de hacer la vida de los demás un poquito menos mierda, debía hacerlo. Los animales no merecen lo que les estamos haciendo del mismo modo que ningún ser humano merece ser oprimido, maltratado, menospreciado o discriminado por otro", concluye Morales.
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