Ninguno de los compromisos contraídos con Ciudadanos en los 66 folios que componen el acuerdo firmado con el PSOE el pasado 24 de febrero, saltará por los aires como consecuencia de los pactos que Pedro Sánchez intentará firmar antes del 2 de mayo con algunas fuerzas políticas situadas a su izquierda para evitar ir a nuevas elecciones. Así se lo trasladó el líder socialista a Albert Rivera el pasado lunes, con el objetivo de prevenir lo que en las filas del PSOE se califica como un posible 'ataque de celos' de Ciudadanos ante los movimientos orientados a que el Rey vuelva a encomendar a Sánchez la formación de Gobierno y superar la investidura.
Sánchez garantiza a Rivera que el pacto firmado en febrero seguirá vigente
Con este mensaje pensado para que Rivera no se sienta segundo plato en el proceso político abierto hasta primeros de mayo, Ciudadanos se ha prestado a que el PSOE maneje a su antojo su presencia o su ausencia, según los casos, en los encuentros previstos para los próximos días con Podemos, Izquierda Unida y otras fuerzas del arco parlamentario.
El contacto entre el PSOE e IU está previsto para este jueves y en él solo participarán los equipos negociadores de ambas formaciones. Alberto Garzón no ha conseguido que se celebre una nueva reunión a cuatro entre el PSOE, Podemos, Compromís y la propia IU y se ha resignado a que sean los socialistas los que administren el calendario a través de reuniones bilaterales. Solo puede jugar con dos diputados, pero Garzón fue el primero en transmitir a Pedro Sánchez la disposición a darle su apoyo si conseguía hilvanar los consensos necesarios para formar un Gabinete de izquierdas. Garzón ha pedido a los socialistas que a la cita de este jueves no acuda Ciudadanos, un veto similar al que activó Podemos antes de la investidura fallida de Sánchez. En cambio, los socialistas se reunieron este miércoles con Compromís, que juega con cuatro diputados, y en la conversación participó también Ciudadanos, bajo el argumento común de que hay que hacer todo lo posible para que no vuelvan a repetirse las elecciones.
En la reunión con Compromís estuvo Ciudadanos, ausente en la cita de hoy con IU
En el cara a cara entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias previsto para los próximos días, tampoco estará Ciudadanos. Es la cita que más preocupa a Albert Rivera porque si fuera bien podría poner en peligro el acuerdo firmado hace menos de un mes con el PSOE y facilitar un Gobierno controlado por el PSOE del que Ciudadanos quedaría excluido. En todo caso, Sánchez le ha hecho llegar a Rivera que es muy escéptico sobre el recorrido que puede tener en las próximas semanas la recuperación de su diálogo con Iglesias y la influencia que pueden tener en él los enfrentamientos internos en Podemos, sobre todo a la vista de la contundencia con la que está actuando su líder para abortar la revuelta. La diputada Irene Montero, muy próxima a Iglesias, advirtió este miércoles que si la negociación parte del documento pactado con Ciudadanos, será imposible entenderse con el PSOE. La táctica de Rivera y su equipo consiste, de momento, en quitar importancia al nuevo cara a cara previsto entre los líderes del PSOE y de Podemos, dando por hecho que Sánchez y él mantienen firme su acuerdo de caminar de la mano, haya o no nuevas elecciones.
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