José Manuel López es uno de los abanderados de la lucha contra el acoso escolar. Lo sufrió, y aún lo sufre, en su piel tras el suicidio de su hija con tan solo 15 años en 2021. El caso de las gemellas de Sallent y el de Kira guardan similitudes, según afirma este padre en una entrevista para Vozpópuli. "No va a pasar nada con los acosadores, van a quedar impunes", advierte.
José Manuel lleva más de 250.000 firmas recolectadas en la plataforma Change.org para solicitar una ley de acoso escolar que pueda ayudar a las víctimas. "Que sea lo suficientemente disuasoria para que los maestros no miren a otro lado y los padres se pongan las pilas", resume.
Investigación en suicidios de menores
Sus propuestas van dirigidas al Gobierno central para que especifique las actuaciones pertinentes tanto en caso de acoso de profesores hacia alumnos como en caso de bullying entre iguales. "Esta ley debería incluir la figura de un responsable de bienestar externo que garantice el cumplimiento del protocolo antibullying. Externo porque es esencial que el colegio no sea simultáneamente juez y parte, algo que, por experiencia, puede perjudicar a las familias si el centro trata de silenciar lo ocurrido", explica en su propuesta.
Otra de sus iniciativa es que en las inspecciones educativas y en las reuniones de padres con el equipo directivo del centro sí se pueda acudir con un asesor legal. Algo que no sucede en la actualidad. También solicitan que si se suicida un alumno en edad escolar debe abrirse inmediatamente y de oficio una investigación.
José Manuel explica que la denominada 'ley Rhodes' contempla algunas medidas contra el acoso escolar pero "no es eficaz y cada vez hay más suicidios". El caso de las gemellas de Sallent ha vuelto a poner el foco mediático en el bullying silencioso que muchos menores sufren y por el que deciden acabar con sus vidas.
Una excursión escolar después de la muerte de Kira
La Audiencia de Barcelona concluyó hace una semana que no se podían establecer vínculos entre el suicidio de Kira López y la inacción del instituto Padre Manyanet. La familia solicitaba la pena de inducción al suicidio, algo que, según el padre, es "imposible conseguirlo en España". Su hija fue acosada por su voz, por el colorete o por su forma de vestir.
Se da la circunstancia de que el día después de su muerte, se lanzó al vacío por el hueco de las escaleras el 19 de mayo de 2021, su colegio organizó una excursión. Unos cuantos alumnos aceptaron el viaje mientras que las amigas de su hija decidieron no ir. "Es terrible. No se ha pedido perdón", critica José Manuel.
Impunes los acosadores de las gemelas
Para el padre de Kira va a ser "difícil" que la investigación de los Mossos d'Esquadra encuentre algo "delictivo" en el caso de las gemelas de Sallent. "No va a pasar nada a nadie. Van a quedar impunes. No es delito insultar entre niños desde 2015. Sí que se puede considerar un delito de odio si se han burlado de ellas por su acento o su nacionalidad pero da igual porque entre menores de 14 años no pasa nada", explica.
José Manuel ve similitudes entre el caso de su hija y el de las gemelas: los acosadores estaban en el lugar en el momento del suceso. En ambos hechos las menores no dieron nombres. "Cuando el bullying está tan generalizado es difícil para un niño poner nombres", lamenta.
Las inspecciones rozan la prevaricación
El padre de Kira agradece que el Ayuntamiento de Barcelona luchó por su caso con el apoyo del equipo jurídico. No obstante, lamenta el funcionamiento de las inspecciones educativas. En muchos casos conocen y saben el acoso pero no hacen nada. "Roza la prevaricación", alerta.
En el caso de las gemelas de Sallent, el Instituto Llobregat ha terminado reconociendo que las gemelas que se tiraron por la ventana de un tercer piso recibieron acoso por un grupo de jóvenes. "Sudacas, las argentinas o Alana fuera" eran algunos de los términos con los que se referían a las menores Alana y Leila. El centro educativo aún no ha tomado ninguna medida contra estos alumnos que hicieron la vida imposible a las dos menores.
Detrás del bullying a las gemelas estaba un grupo de alumnos, conocidos por el entorno del centro, que aún no han sido sancionados. Los menores del instituto acosaban a las dos menores por su acento argentino, con el insulto de "sudacas", y también con Alana, que quería llamarse Iván. "Le llamaban Ivana", confesó una de las familiares del joven a Antena 3.
El colegio investigará a los acosadores
El centro se ha comprometido con los padres a que iban a investigar a los que más se "cebaban" con ellas. El director ha alegado que desconocía la dimensión del acoso que sufrían. Según el testimonio de una amiga suya, los profesores le echaban la culpa a ella cuando sufría el acoso por parte de los compañeros.
Los padres de las gemelas habían acudido en reiteradas ocasiones al instituto para advertir el bullying que sufrían las jóvenes. No se los tomaron suficientemente en serio. También llegaron a mantener contacto y reuniones con los padres de los niños que estaban generando el acoso. Tampoco surtió efecto.
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