Catorce sedes del PNV han sido atacadas este mes de mayo. Carteles y pintadas con bozales incluidos que rezan "PNV, lotu txakurrak" que, traducido, quiere decir "PNV, ata a tus perros". Los artífices de esta campaña se refieren así a los agentes de la Ertzaintza, a quienes atacan a raíz de sus actuaciones contra quienes se saltan las restricciones derivadas de la pandemia. Varios de estos ataques están firmados por Ernai, organización juvenil de la izquierda abertzale. La consecuencia política es un deterioro aún mayor de las relaciones entre los jeltzales y Bildu.
La tensión entre ambas formaciones está llegando a límites que no tienen precedentes. Acusaciones gruesas y reproches crecientes. Este mismo viernes el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, culpaba a Arnaldo Otegi y los suyos de la citada campaña de ataques a los batzokis del PNV. "Es inconcebible que Ernai pueda poner en marcha una campaña de esta envergadura, de esta dimensión, con esta relevancia social y tan claramente dirigida contra destinatarios definidos sin contar siquiera con la aquiescencia de la izquierda abertzale, de Sortu, como organización política constituida". Sortu, heredero de Batasuna, es el partido más fuerte en la coalición EH Bildu.
En una polémica entrevista de esta misma semana, Otegi afirmaba que "nunca he sido favorable a que se hagan estas cosas en las sedes de los partidos". A juicio del número dos del Gobierno vasco, ese y otros "desmarques" no son suficientes, porque "no entrañan una desautorización clara, explícita y una orden. Porque todos sabemos que las juventudes oficiales de la izquierda abertzale no se mueven sin el visto bueno de sus mayores. Es una organización que no se caracteriza precisamente por su falta de control interno en relación con el alcance y límite de las actuaciones de las personas y colectivos que integran el colectivo".
El caso de los ataques a las sedes peneuvistas es sólo una batalla más en una guerra de fondo. Porque lo cierto es que las hostilidades entre PNV y Bildu se repiten y aumentan casi por cualquier cosa
Los ataques
Con o sin responsabilidad directa de Bildu, la verdad es que en lo que va de mes se han registrado hasta catorce ataques a diferentes sedes del PNV. En la mayoría de los casos se repite ese lema de "PNV, lotu txakurrak" que ha aparecido tanto en forma de pintadas como de carteles. En algunos de los batzokis atacados, como el de Elorrio que puede verse a continuación, el ataque iba acompañado de otro cartel que llevaba la firma de Ernai y del insulto de "fascistas" dedicado a los jeltzales.
Zaldibar y la gestión de la pandemia
El caso de los ataques a las sedes peneuvistas es sólo una batalla más en una guerra de fondo. Porque lo cierto es que las hostilidades entre PNV y Bildu se repiten y aumentan casi por cualquier cosa. La tragedia de Zaldibar y la gestión de la pandemia del Ejecutivo de Íñigo Urkullu son otros de los campos donde se está embarrando sobremanera el terreno entre ambas formaciones políticas.
Sin ir más lejos, uno de los enfrentamientos más graves se produjo hace diez días en el pleno del Parlamento vasco, adonde EH Bildu llevó el intento de reprobación de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui.