Ciudadanos es casi un partido marginal en Euskadi. Sus resultados electorales demuestran que el País Vasco es el territorio más difícil para el partido naranja. Para colmo, acaban de vivir su peor crisis interna, con la dimisión de los líderes en Álava como consecuencia de que se frustrase la alianza "Vascos Suman" con el PP. Fuentes de la dirección de la formación en la Comunidad aseguran a Vozpópuli que no se resignan y que van a seguir luchando. "Somos 3.500 simpatizantes y hay cantera porque la mayoría son jóvenes".
Más que una crisis, fue un terremoto. La pasada semana los simpatizantes de Ciudadanos desayunaban con la destitución fulminante de su hasta entonces 'número dos' en la Comunidad, Javier Gómez Calvo. Los motivos esgrimidos por la dirección nacional que dirige Albert Rivera es que este secretario de Organización y Coordinador en Álava estaba preparando el trasvase de militantes hacia el PP vasco.
Cuatro dimisiones
El destituido niega ese extremo y asegura que el motivo de ser fulminado es que había acordado la creación de la coalición "Vascos Suman" junto a los populares que comanda Alfonso Alonso. Es cierto que la negociación se había producido y que había un acuerdo casi cerrado. Sin embargo, tanto la dirección nacional como la regional de Cs aseguran que dicha negociación fue una apuesta personal de Gómez Calvo y apuntan a que todo ha sido una maniobra del PP para borrarlos del mapa.
El citado Gómez Calvo y otros dirigentes convocaron una comparecencia para anunciar que se desvinculaban del partido. En concreto, otros tres miembros de la ejecutiva del partido en Álava comunicaron su adiós al partido liderado por Rivera.
Nulas opciones pero con optimismo
Fueron días muy duros. Los peores en la corta historia del partido en Euskadi. Las fuentes consultas admiten que se extendió la desilusión por las bajas citadas. Tras la tormenta, las aguas vuelven a su cauce poco a poco. La realidad es que al no concurrir a las elecciones coaligados con el PP, sus opciones de conseguir algún escaño son casi nulas, salvo sorpresa mayúscula. En todo caso, en Cs de Euskadi abogan por mirar hacia adelante y aseguran ser optimistas. No tienen tiempo para restañar las heridas.
"Nos tomamos la crisis como una oportunidad: más equipo, más unidad y punto de inflexión para empezar a crecer, y especialmente en Álava, que tradicionalmente ha sido el feudo de los partidos no nacionalistas y allí no estábamos marcando la diferencia". "Salimos de esto como un equipo más unido, sin fisuras internas, cohesionado y con un rumbo político definido", agregan.
Los datos de afiliación
Ciudadanos cuenta en el País Vasco con apenas 160 militantes, pero si se añaden sus simpatizantes la cifra se eleva hasta 3.500. "Son las mismas cifras de antes, no ha habido una sangría, hemos tenido cinco bajas de afiliados pero también otras altas", señalan fuentes de Cs. Y remarcan por encima de todo que "aquí hay cantera" pese a que los den por muertos.
"El perfil de nuestro afiliado es diverso, pero destaca que contamos con mucha gente joven". "El rasgo común de nuestra militancia es el alto grado de implicación y participación en sus respectivas agrupaciones y comités", añaden.
Sus listas electorales para el 10-N serán casi calcadas a las del 28-A. El líder y principal referente del partido en Euskadi, Luis Gordillo, encabeza la candidatura por Vizcaya. Aunque las opciones son remotas, aseguran que el propio Rivera u otros dirigentes de la primera línea del partido visitarán la Comunidad en la campaña electoral.
De momento, en Cs de Euskadi no quieren ni oír hablar de un acuerdo con el PP vasco, al que siguen culpando de la grave crisis que han pasado. Pero unos y otros saben que, como informó este diario, están condenados a entenderse en el futuro.
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