Primero elecciones vascas y luego celebración del 125º aniversario del PNV. Esos son los planes del lehendakari, Íñigo Urkullu, para el próximo mes de julio. El proyecto de desescalada del confinamiento presentado este martes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, allana el camino para que el líder del Gobierno vasco cumpla sus deseos. Pero, al mismo tiempo, los peneuvistas dejan en el aire su apoyo a la prórroga del estado de alarma hasta que no tengan más posibilidades de gestionar ellos mismos la citada desescalada.
El lehendakari sorprendió a propios y extraños el pasado viernes en el Parlamento vasco. En pleno confinamiento por la crisis del coronavirus y sin que nadie lo esperase, avanzó que su intención era convocar para el mes de julio los comicios vascos que se tenían que haber celebrado el 5-A y se pospusieron por el estado de alarma. La oposición en bloque se puso en guardia y clamó contra esta idea. Pero cuatro días después el calendario de desescalada presentado por Sánchez aviva esta posibilidad.
Urkullu y los suyos manejaban ya las fechas del 12, 19 o 26 de julio como idóneas para la celebración de los comicios autonómicos. El plan de Sánchez terminaría a finales de junio. Los calendarios de unos y otros coinciden, por tanto. Además, en el País Vasco las cifras de contagiados y de camas de UCI ocupadas apuntan a que será una de las regiones donde la desescalada puede ir más rápida que en otros territorios del resto de España.
Las prisas de Urkullu: crisis, rebrote y cumpleaños
Teniendo en cuenta los plazos de entre 54 y 60 días que marca la ley para convocar los comicios, Urkullu tendría que hacerlo a finales de mayo o principios de junio. Si las cosas van como espera el Gobierno autonómico, hay margen para convocarlas. Todo cuadra, por tanto, para los planes de PNV y PSOE, que, no se olvide, son socios en el Ejecutivo vasco, si bien es cierto que en las últimas semanas han chocado sobremanera.
Cuando el lehendakari habló en la Cámara de Vitoria de elecciones, toda la oposición se puso en contra. ¿Por qué tiene prisa Urkullu para convocar los comicios? Los principales motivos de esas prisas tienen que ver con el coronavirus, al decir de las fuentes consultadas. En primer lugar, el jefe del Gobierno vasco quiere ir cuanto antes a las urnas porque ve mejor que se vote antes de que llegue la parte más dura de la crisis económica que se avecina. En segundo lugar, si las elecciones se dejan para el otoño, cabe la posibilidad de que un hipotético rebrote de la pandemia vuelva a obligar a suspenderlas.
Además, desde el punto de vista simbólico al PNV le vienen bien las elecciones en julio. Porque como ya se ha dicho celebra el 125º aniversario de su fundación. Para los peneuvistas el escenario soñado es ganar las elecciones vascas justo antes de su cumpleaños del 31 de julio. Son días complicados para elucubraciones, pero todos los partidos manejan ya sus calendarios electorales.
Votarán la prórroga si gestionan
No obstante, el PNV, fiel a su histórica ambigüedad, criticaba este martes los planes de Sánchez. No entraba, claro está, en la cuestión electoral narrada. Pero sí se centraba en el asunto de las competencias de las comunidades, que es, como ya contó este diario, lo que ha generado fricciones con sus socios del PSE durante las últimas semanas. Los peneuvistas quieren que el Gobierno vasco gestione cuanto más mejor, para dar la sensación de controlar la situación justo antes de las elecciones.
En un comunicado emitido este martes por la noche los jeltzales anunciaban que el PNV presentará propuestas de resolución a la futura prórroga del estado de alarma que solicitará Sánchez, con el objetivo de "adecuar correctamente las futuras medidas a la realidad vasca y a las competencias de sus instituciones de autogobierno". Es decir, no confirman si votarán a favor de la prórroga hasta que el Gobierno no les otorgue lo que piden. Tiempo de negociar entre bambalinas.
Más en concreto, los peneuvistas arremetían tibiamente contra Sánchez por no haber sido demasiado concreto en muchos aspectos. Reprochaban al Ejecutivo de PSOE y Podemos que los máximos representantes autonómicos no asuman "ni una sola función" en el plan de desescalada y tachaban de "error" que no se permita a las administraciones más cercanas "adaptar la situación a las particularidades de cada territorio".
Tras aplaudir que por fin haya un horizonte para la desescalada, decían que "llama la atención que el ámbito territorial por el que se ha optado sea la provincia, unidad administrativa más propia de un Estado unitario o incluso de un periodo preconstitucional". Pero de las elecciones vascas, ni una palabra, claro.
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