Este fin de semana Vitoria es la capital europea del baloncesto. Cuatro grandes equipos del continente -Real Madrid, CSKA de Moscú, Fenerbache y Efes- se juegan el título de la Euroliga en el pabellón Fernando Buesa. Si el Baskonia fuera uno de los cuatro contendientes de esta Final Four, la felicidad sería plena para los numerosos amantes de este deporte que viven en la capital alavesa. Entre ellos está el presidente del club, también propietario del Alavés, exjugador profesional y responsable de haber conseguido el evento, Josean Querejeta (Lazkao, 1957).
Cuando hace un año la Euroliga designó Vitoria como sede de esta mezcla de espectáculo y negocio que es la Final Four, el empresario afirmaba, gozoso por su logro, que "es un sueño que hemos perseguido durante muchos años y ahora se está haciendo realidad" y añadía, hiperbólico, que "la Final Four 2019 colocará a Vitoria-Gasteiz, Álava y el País Vasco en el mapa mundial". Palabras que retratan bien al personaje, que transita entre el éxito y los sueños faraónicos. Como faraónicas han sido y son algunas de sus obras.
Innovador y fuera de los focos
El pasado octubre cumplió 30 años al frente del club vitoriano (hoy Baskonia, antes Taugrés o Tau). En un elogioso artículo publicado por Efe que recordaba su trayectoria, él mismo afirmaba que "el balance es muy positivo" y añadía que "tengo la misma ilusión que el primer día, incluso más". Nada más hacerse con las riendas del club, en 1988, sorprendió al convertirlo en sociedad anónima deportiva. Una opción que luego imitaron desde la mayoría de clubes de fútbol y baloncesto de España.
La estructura legal por la que apostó es solo una de sus principales innovaciones en la gestión económica y deportiva. Otra, más conocida, fue apostar por fichajes de jugadores latinoamericanos, sobre todo argentinos, que empujaron al club a sus mejores momentos. De alguna manera, aplicó al baloncesto la misma receta, trabajo e innovación, que antes había aplicado en sus otros negocios. El principal de ellos fue la creación de la cadena tiendas de chucherías Gretel. Aunque también tiene intereses en el sector inmobiliario.
Pese a sus dos metros de alto, Querejeta intenta que no lo vean demasiado. Custodia con esmero su intimidad. No le gusta que se conozcan detalles personales. Algo complicado cuando eres, como él es, el empresario más conocido, y quizás el más popular, aunque depende de a quién se le pregunte, de una ciudad de apenas 250.000 habitantes. Está casado, es padre de dos hijos, tiene fama de austero y vive, en un lujoso chalé, eso sí, centrado en su trabajo en sus empresas. Pese a su evidente poder, le gusta estar fuera de los focos.
Un nuevo pabellón, ciudad deportiva... con fuertes ayudas
Es uno de esos hombres al que un "no" nunca le sirve como respuesta. Obstinado y trabajador, sobre todo trabajador para quienes lo conocen, consiguió que se construyera el pabellón Araba, luego ampliado en otras dos magnas obras (la última empezó en 2012) y rebautizado con el nombre del célebre socialista, Fernando Buesa, ejemplo de diálogo y buen hacer, al que asesinó ETA en 2000.
En lo deportivo, el Baskonia empezó a ganar más que nunca antes en su historia. Varias ligas ACB, varias Copas del Rey, una Recopa de Europa y la disputa de hasta cinco Final Four de la Euroliga. En 2005, en Moscú, rozó la gloria pero perdió la final frente al Maccabi israelí. Este año esperaba jugar otra final en casa, pero no pudo ser. En todo caso, la ciudad ha ido viviendo con pasión la historia reciente de su equipo. La afición por el club se desbordó y, aunque parezca mentira, el baloncesto superó con creces al fútbol en Vitoria.
Junto a las victorias en las canchas y el crecimiento social, los triunfos también en los despachos. Porque las instituciones siempre han apoyado los proyectos de Querejeta. Y los frutos han llegado en forma de obras. La citada remodelación del Buesa, la construcción de una residencia de jugadores, la construcción de la BAKH (Baskonia Kirol Hiria), su ciudad deportiva, que se alza, poderosa, junto al Buesa...
En todas estas obras, el apoyo institucional ha sido decisivo. Sobre todo, por parte del Ayuntamiento de Vitoria. Y también de la Diputación de Álava y, por ende, el Gobierno vasco. Por ejemplo, esas instituciones aportaron la friolera de 30 millones de euros para las últimas obras del Buesa. Sin ambages, lo cierto es que el PP, el PSE y el PNV, cada uno en su momento o todos aliados en otros momentos, siempre han tratado bien al empresario.
Pocas críticas y un parecido
En cambio, está empezando a ser habitual escuchar a representantes de Bildu y Podemos señalando la suerte de bula con que cuenta el dueño del Baskonia. Pero esas críticas se difuminan hasta desaparecer en la nebulosa de los éxitos deportivos. La realidad es que Querejeta parece intocable. Pocos en la sociedad alavesa se atreven a cuestionar públicamente su trabajo como empresario o los favores procedentes de la política.
El caso de este vasco es parecido a lo que ocurre con Florentino Pérez a nivel nacional. Un empresario de éxito que se mete a gestionar un club deportivo y que cuenta con el respaldo o al menos el cariño de los poderes públicos. También les unen los colores, aunque no lo parezca, porque Josean jugó en el Real Madrid. Casualidad o no, el presidente del Real Madrid y ACS intentó fichar a su homólogo para que condujese la sección de baloncesto blanca, pero la respuesta fue negativa, porque el sueño de Querejeta sigue siendo ganar la Euroliga con el equipo de su tierra.
A por el fútbol... con más ayuda
Después de los éxitos innegables y las numerosas obras en el baloncesto, en 2011 su grupo, Saski Baskonia, desembarcó en el Alavés, que estaba arruinado en lo económico y hundido en la segunda división B tras la penosa experiencia del excéntrico Dimitry Piterman. Desde su toma de control, aunque coloca en la presidencia a personas afines, el club acumula éxitos, como el ascenso a primera división en 2016 y la final de Copa del Rey de 2017.
Al convertirse en dueño de las dos grandes entidades deportivas vitorianas, el empresario volvió a contar con la ayuda de los políticos. El PNV, el PSE y el PP se pusieron de acuerdo para respaldar su 'asalto' al Alavés junto a otros empresarios. Entre otras cosas, está el aplazamiento de los pagos de impuestos de ambas entidades por valor de varios millones de euros, como en su día desveló El Diario.
Quienes conocen a este estajanovista saben que nunca se rinde. Ahora tiene por delante más obras que parecían impensables y que ya cuentan con el visto bueno y la complicidad de las autoridades locales. La construcción de una ciudad deportiva y una residencia nuevas, por un lado, y la ampliación del estadio de fútbol de Mendizorroza, por otro, son sus grandes proyectos en marcha. Para este último plan, las instituciones vascas aportarán 22 millones de euros. Porque el innovador Querejeta siempre quiere más. Y siempre cuenta con el apoyo de los políticos para salirse con la suya.
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