El pasado junio el Parlamento vasco aprobó, con los votos de los partidos gobernantes, PNV y PSE, una ley antipandemia de la comunidad autónoma. Los impulsores de la misma defendían que serviría para dar un paraguas jurídico al Gobierno vasco en caso de que tuviera que ordenar restricciones para combatir cualquier pandemia. La realidad, seis meses después, es que el Ejecutivo presidido por Íñigo Urkullu renuncia a aplicar esta ley pese al estallido de contactos que asola el País Vasco en estos días navideños.
El País Vasco registró este jueves 4.744 contagios por coronavirus. Récord de infecciones por tercer día consecutivo. Hasta 1.150 casos que en la jornada anterior. Casi el doble del mismo día de la semana pasada. Y la incidencia acumulada de los últimos 14 días se dispara a 1.495 casos por cada 100.000 habitantes. Datos de contagios demoledores, los peores desde que se inició la pandemia en marzo de 2020, si bien ahora mismo, gracias a la vacunación, las cifras de ingresados en planta y de pacientes en UCI son menores.
Es conocido que el lehendakari fue uno de los que más reclamó nuevas restricciones durante la conferencia de presidentes autonómicos del pasado martes. Urkullu presionó con propuestas de medidas duras en varios frentes (cierre de los comercios a las 21.00 en los días festivos y vísperas, limitación de aforos, máximo de 10 personas en locales de hostelería, etc), pero el Gobierno de Pedro Sánchez solo le hizo caso en la decisión más criticada: el uso obligatorio de mascarillas en exteriores.
Parecía obvio, teniendo en cuenta la citada actitud, que el lehendakari apostaría por aplicar medidas restrictivas en el País Vasco. Precisamente para poder hacerlo, Urkullu tiene como herramienta la citada ley antipandemia vasca aprobada el pasado verano. Dicha norma incluye la posibilidad de decretar nuevas restricciones en función de cinco niveles de alerta. El quinto nivel, el más alto, está fijado en una incidencia acumulada mayor de 500 casos por cada 100.000 ciudadanos. Ahora mismo, como se ha dicho, esa cifra es de 1.495 en Euskadi.
¿Sirve para algo?
¿Para qué sirve la ley vasca antipandemia? Esa es la cuestión que muchos se plantean dentro y fuera del Parlamento vasco. Lo cierto es que este jueves el propio Urkullu afirmaba que renunciaba a impulsar en la comunidad las mismas restricciones que propuso para toda España en la conferencia de presidentes. O sea, renunciaba por el momento a utilizar la legislación creada ad hoc para una situación como la actual. A su juicio, su propio plan es "ineficaz" salvo que "se aplique en todo el estado".
Cuando le preguntaban por qué no lo haría si dispone de competencias, el lehendakari expuso que lo ocurrido en las navidades del año pasado demuestra que "no se puede en términos de eficacia" aplicar restricciones en un territorio mientras en las autonomías que lo rodean no están vigentes esas mismas limitaciones. "No se puede reducir aforos y horarios cuando las comunidades autónomas del entorno no aplican esas mismas medidas. No se trata de tener competencias propias, sino de sentido común", ha recogido Europa Press.
Lo que parece, al decir de varias fuentes consultadas por Vozpópuli, es que en el Gobierno vasco prefieren no hacer movimientos para que, ocurra lo que ocurra, el desgaste sea para el Ejecutivo central de PSOE y Podemos en lugar de para Urkullu y los suyos.
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