Muebles Lufe es una historia de éxito. Su propietario y principal rostro, Enrique Arrillaga, estaba arruinado por los estragos de la crisis cuando decidió apostar por una empresa de venta de muebles por Internet. No podía imaginar que pronto pasaría a conocerse como el Ikea vasco y que multiplicaría sus ventas en todos los rincones de España. Tampoco sospechaba que en 2020 estaría a punto de lanzar su negocio en Francia.
Los datos son mareantes. Lufe facturó 200.000 euros en 2014, su primer año de vida. En 2019 facturó 3,6 millones de euros. Según las cuentas de 2018, las últimas disponibles en el Registro Mercantil, la empresa facturó 2,9 millones, un 24,5% más que en el ejercicio anterior. A cierre de año, obtuvo un beneficio de 678.203 euros, un 27,2% más.
Lufe no para de crecer. La plantilla, que al principio estaba formada por Enrique y su esposa, ya alcanza las 25 personas. El matrimonio, que vivía la desesperación por el fracaso y embargo de su anterior aventura empresarial (Indubrik, que vendía tableros alistonados de pino), empezó con el Ikea vasco en el taller que les prestó un amigo. Ahora han adquirido una nave de 6.000 metros cuadrados.
El éxito y el sobrenombre
El negocio pronto empezó a dar sus frutos. Pero en marzo de 2017, ahora hace tres años, un reportaje del diario El País donde se acuñaba el mote de Ikea vasco lo cambió todo. El artículo se viralizó y otros medios se hicieron eco. "Vendíamos unos 20 pedidos al día en 2017, pero salimos en los medios y pasamos a recibir hasta 160 cada día", explica Arrillaga a Vozpópuli. "Ahora estamos vendiendo unos 80 al día".
El propietario admite entre risas que el sobrenombre que recuerda a la marca sueca "nos ha venido fenomenal para que nos conozcan, aunque somos una empresa mucho más pequeña". Lo que se parece es el producto: muebles de madera fáciles de montar y "muy baratos, pero de calidad", según el fundador.
La web de la empresa de muebles recibe unas 10.000 visitas cada jornada. Casi todas las compras se hacen a través de Internet, si bien en la propia fábrica, sita en la localidad vasca de Aizarnazabal (Guipúzcoa), existe una exposición para quienes quieran ver antes de comprar.
Muebles ecológicos
Una de las claves del negocio es, según Arrillaga, la venta por Internet (frente al tradicional negocio de venta en tiendas). "Eso abarata mucho los costes y al salir directamente de fábrica nos permite ofrecer buenos precios; vendemos muy barato y el éxito llega con el volumen de ventas". El otro motivo que les ha permitido triunfar es la apuesta por "los muebles de madera maciza de pino fabricados aquí, totalmente ecológicos".
Del catálogo que ofrece Lufe, los productos estrella son las camas y las estanterías Montessori. Los lugares de España donde más vende la empresa son Madrid y Cataluña, "y también mucho en Baleares". En el propio País Vasco la marca funciona porque los clientes premian esa apuesta por la sostenibilidad y por el producto oriundo de la propia comunidad.
El reto que ahora tiene el Ikea vasco es aterrizar en el mercado francés. En esto están trabajando justo ahora con una agencia francesa. "Hemos generado recursos suficientes para contratar a una empresa de allí que está preparando nuestra llegada al mercado". El trabajo en las redes sociales es otra de las claves para impulsar el negocio. Y también lo será en el país vecino, donde pronto conocerán este Ikea que nada tiene de sueco.
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