Dos candidaturas con dos aspirantes a lehendakari. Y un solo partido. Las diferentes facciones de Podemos en el País Vasco se preparan para unas primarias que elegirán al aspirante y, de paso, marcarán el rumbo de la formación morada. En liza están la dirección del partido en Euskadi, con Rosa Martínez como candidata a liderar la lista, y un grupo dirigido por los tres diputados vascos en el Congreso, que presentarán este miércoles en Bilbao a su candidato.
No se trata de una de esas viejas batallas entre pablistas y errejonistas, pero casi. Podría decirse, a grandes rasgos, que la pelea interna se librará entre pablistas y ex errejonistas. Porque los dirigentes de Podemos en Euskadi, encabezados por el secretario general, Lander Martínez, se alineaban con las tesis de Íñigo Errejón cuando este aún formaba parte de la cúpula del partido morado. Estos últimos ya han postulado a la citada Rosa Martínez como candidata, con el actual líder como su número dos.
Este miércoles se conocerá quién lidera la segunda candidatura para enfrentarse en las primarias a la candidatura impulsada por la dirección regional. Pero, sea quien sea, cuenta con el apoyo de los tres diputados vascos de Podemos en el Congreso que salieron elegidos el 10-N: Pilar Garrido, Roberto Uriarte y Juantxo López de Uralde.
Una pelea incierta
Vaticinar un resultado en esta pelea se antoja imposible. En las primarias de las generales, los críticos con la dirección de Euskadi vencieron. Pero entre los dirigentes vascos de Podemos consideran que aquello se produjo por el sistema de votación elegido. Y creen tener una mayoría holgada de apoyos para Rosa Martínez.
La corriente encabezada por Garrido, Uriarte y López de Uralde también cree que tiene opciones de victoria. En declaraciones a Europa Press, quitaban hierro al choque y afirmaban que "tenemos un proyecto alternativo, que no tiene que ver con corrientes, sino con una forma distinta de ver las cosas; y una vez que pasen las primarias, estaremos todos a una".
Más allá de mensajes conciliadores, lo cierto es que en estas primarias no solo se elegirá al candidato a lehendakari, sino que también se decidirá el rumbo del partido. Porque una derrota de la lista impulsada por la dirección regional dejaría muy tocados a sus dirigentes. La única opción que evitaría el drama es que hubiera una sola candidatura de consenso, pero eso ahora mismo parece imposible.
Divisiones constantes
La historia de Podemos en Euskadi no ha sido sencilla. Divisiones constantes y algunos choques abruptos. Por ejemplo, el primer líder del partido fue Uriarte, cabeza de lista por Vizcaya en las últimas generales, que en su día presentó su dimisión, junto al resto de su ejecutiva, por las injerencias de la dirección nacional; en concreto de la Secretaría de Organización, entonces capitaneada por Errejón. Era 2015 y los tiempos eran otros para los podemistas.
Otro momento difícil llegó un par de años después, cuando la secretaria general del partido en Euskadi, Nagua Alba, errejonista reconocida, también dejó por sorpresa la dirección de Podemos en el País Vasco. En los últimos tiempos, con Lander Martínez como secretario general y portavoz en el Parlamento vasco, las aguas parecían estar más calmadas entre los morados. Quizás solo era un espejismo.
Cuando Errejón dio el paso de salir de Podemos, primero, y de fundar Más País, después, en algunos círculos se especuló con lo que podría hacer una dirección como la de Euskadi, llena de errejonistas, pero la realidad fue que Martínez y los suyos no cayeron en la tentación de cambiar de siglas.
Anticapitalistas se desgaja
Lo que provocó otra marejada interna recientemente fue la decisión de respaldar los Presupuestos de 2020 del Gobierno de PNV y PSOE. En un primer momento, parecía que los problemas se producían más entre Podemos y sus socios de IU. Pero la realidad era otra: porque gracias al asunto de la cuentas trascendió que la corriente de Anticapitalistas, la ubicada más a la izquierda, había dimitido en bloque de sus puestos en la dirección del partido.
Hace unos días, los anticapis de Euskadi, ya desgajados casi por completo de Podemos, se desmarcaban de la postura oficial del partido sobre la huelga del 30-E. Mientras Martínez y los suyos se opusieron a la protesta sindical, Anticapitalistas defendió a ultranza la misma y aplaudió sus resultados.
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