Durante este 2021 que agoniza ha empezado a dibujarse un nuevo escenario político en el País Vasco. Quizás solo sea un boceto inservible, un espejismo alimentado por dirigentes y periodistas. O quizás realmente se hayan sentado las bases para delinear un cambio que parecía absolutamente imposible hace poco tiempo y que, sin embargo, ahora empieza a cobrar visos de realidad. Lo cierto, hipótesis aparte, es que en los últimos doce meses el PSOE y Bildu han estrechado más lazos que nunca.
Políticamente hablando, el año empezó y terminó en Euskadi con un mismo tema: el apoyo de Bildu a los Presupuestos Generales del Estado. Lo que sorprendió a finales del curso anterior terminó consolidándose a finales del curso siguiente. La verdad es que Bildu y el PSOE ya son socios permanentes en el Congreso de los Diputados. Ni siquiera la pelea de los últimos días, con la coalición abertzale criticando la reforma laboral, emborronan ese hecho cuanto menos simbólico.
Los lazos no son solo presupuestarios. Porque hay otra muestra de la mejoría de las relaciones entre ambos que entronca con el momento de 2021 donde más se removió el tablero político en Euskadi: el 18 de octubre, con la declaración de Bildu y Sortu con un mensaje directo a las víctimas de ETA. Porque lo cierto es que dicho mensaje, como en su día recogió Vozpópuli, allanaba el camino a un futurible entendimiento entre PSE y Bildu para desalojar al PNV.
Los pactos presupuestarios en el Congreso, los acuerdos también sobre las cuentas en Navarra y lo sucedido con el mensaje de Otegi a las víctimas apuntalan un posible pacto de socialistas y bildutarras
Dicho acuerdo parecía ciencia ficción hasta hace poco. Pero los citados pactos presupuestarios en el Congreso, los acuerdos también sobre las cuentas en Navarra y lo sucedido con esa declaración apuntalan el posible cambio. Y lo que sucedió es que el PSE fue la formación que con más entusiasmo aplaudió el paso de Bildu. Desde entonces el nuevo líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, empezó a jugar al despiste respecto a un posible acuerdo con los bildutarras más adelante, si bien con la exigencia de "más hechos" a la coalición abertzale. ¿Hechos como el famoso comunicado del colectivo de presos de ETA sobre el presunto final de los ongi etorri?
La actitud de Podemos, que se ofrece abiertamente a hacer de puente entre Bildu y PSE, por un lado, y lo que dicen las encuestas, por el otro, también apuntaban en la misma dirección. Lo mismo ocurría con el obvio enfado del PNV por la forma de actuar de socialistas y bildutarras. Los datos de los sondeos evidencian, además, que a Bildu le está saliendo bien su estrategia de izquierdizarse para quedarse con el espacio de Podemos.
Doble frenazo a esas opciones
No obstante, en las últimas jornadas de 2021 ha habido un doble frenazo a esas opciones de pactos entre Bildu y PSE. En primer lugar, los principales dirigentes de PNV y PSE celebraron una cumbre la pasada semana -en concreto el 22 de diciembre- donde quisieron dejar claro que sus pactos "gozan de muy buena salud", en palabras de Andueza. "Hemos llegado a la conclusión de que es importante mantener los acuerdos de Gobierno que tenemos suscritos entre ambos partidos", decían ambos al salir del encuentro. Un blindaje de su alianza, al menos en teoría.
Dicho blindaje no puede separarse de otros hechos recientes que constituyen el otro frenazo cualquier acuerdo de los socialistas vascos con Bildu. Y es que en los últimos días del año tanto Bildu como su matriz, Sortu, han exhibido actitudes que son precisamente las que dificultan cualquier acercamiento al PSE. Primero la coalición abertzale indignó a las víctimas de ETA y el resto de partidos con su apoyo explícito a conocidos etarras como Antonio Troitiño y Mikel Antza. Después se confirmó que, tal y como había adelantado este periódico, Sortu incorporaba a su ejecutiva al último jefe de ETA, David Pla.
No está claro, en todo caso, que estos últimos hechos puedan ser definitivos para impedir ese acercamiento entre dos partidos que han estrechado sus lazos. Como muestra, un botón: en la víspera de Nochebuena se produjo un ongi etorri a un etarra que podía dejar en entredicho la apuesta de los abertzales por acabar con este tipo de actos; Sortu y Bildu se desmarcaron de ese acto que atribuyeron a sectores críticos con su estrategia.
Nada por casualidad y casi todo parece ya posible en la política del País Vasco. Al mismo tiempo que el PSE aplaude la apuesta del PNV por no meterse en un procés a la vasca y que es conocida la malísima relación entre peneuvistas y bildutarras en casi todos los ámbitos, resulta que los peneuvistas y los bildutarras acercan posturas en una materia sensible como la educación, por un lado, y Bildu sorprende al respaldar los Presupuestos del Gobierno vasco. Un auténtico juego de tronos.
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