Los expertos designados por PNV, PSOE y Podemos en la comisión del Parlamento vasco que trabaja en la reforma del Estatuto de Gernika están muy cerca de cerrar un acuerdo "casi total" sobre el futuro texto legal. Incluso, los elegidos por peneuvistas y podemistas avalarán la "nación vasca". El jurista designado por el PSE presentará un voto particular por discrepar de ese punto con sus dos socios. Los elegidos por Bildu y PP presentarán sendos textos alternativos. Todos los detalles se conocerán la próxima semana, cuando terminará el trabajo de dicha comisión, en medio de las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez.
En septiembre de 2018, el Parlamento vasco designó a un grupo de cinco expertos, cada uno de ellos elegido por uno de los partidos con representación, para que trabajasen en la elaboración de un texto articulado para el nuevo estatuto de autonomía del País Vasco. Los juristas elegidos fueron Mikel Legarda (propuesto por el PNV), Íñigo Urrutia (Bildu), Arantxa Elizondo (Podemos), Alberto López Basaguren (PSOE) y Jaime Ignacio del Burgo (PP). Los trabajos del grupo tendrían que haber concluido en junio de 2019, pero ante la falta de acuerdo la Cámara de Vitoria prorrogó el período hasta el 30 de noviembre.
Acuerdo "casi total", pero voto particular del PSE
El periódico El Correo informaba este lunes de que los juristas elegidos por PNV, PSE y Podemos cerrarían un acuerdo "muy amplio" al término de su trabajo. Varias fuentes consultadas por Vozpópuli no solo confirman ese extremo, sino que además aseguran que entre los puntos acordados por los tres partidos están numerosos puntos clave del texto, como los referentes a las nuevas competencias para la comunidad.
Las mismas fuentes sostienen que el acuerdo que van a cerrar los expertos designados por PNV, PSE y Podemos será "casi total" e incluirá "más competencias que nunca", entre ellas algunas transferencias ya acordadas que todavía no se han materializado. "Existe una sintonía casi plena entre ellos", según quienes conocen cómo han sido los trabajos del grupo de expertos.
En lo que no se ponen de acuerdo los comisionados de los tres partidos es en incluir la referencia a una "nación vasca". De hecho, el representante nombrado a propuesta del PSE, el reputado catedrático López Basaguren, presentará un voto particular donde expondrá precisamente esta discrepancia y algunas otras con sus socios.
"Nación", "identidad nacional" y "nacionalidad"
La gran incógnita está en saber hasta qué punto dichas discrepancias afectarán o no al núcleo simbólico del acuerdo. O, en otras palabras, la duda estriba en hasta dónde llegará en sus críticas a sus compañeros el jurista nombrado a propuesta del PSOE. Ya en algunas entrevistas este catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco mostraba su disconformidad con el término "nación" y con el "derecho de autodeterminación".
Siempre según las fuentes consultadas, los juristas afines a PNV y Podemos sí estarían de acuerdo en utilizar la expresión "nación vasca" y también en hablar de "identidad nacional" de Euskadi, pero el experto cercano al PSOE preferiría el término "nacionalidad" que aparece ya en el Estatuto de Gernika y también en la Constitución. Así, en el grupo de trabajo de la Cámara vasca se visualizaría que la famosa "plurinacionalidad" no es entendida de la misma forma por PSOE y Podemos en este caso.
Asimismo, es más que probable que tanto Íñigo Urrutia, designado por Bildu, como Jaime Ignacio del Burgo, nombrado por el PP, acaben presentando sendos textos alternativos al borrador acordado por los otros tres expertos. En el caso de Urrutia, reclamaría ir más allá en el camino de la independencia, partiendo de las bases que en su día acordaron PNV y Bildu. Del Burgo, por su parte, presentaría un proyecto de reforma del Estatuto de Gernika.
Urkullu logra lo que quería, pero a medias
Más allá de las posibles discrepancias puntuales o simbólicas, el amplio pacto que, salvo sorpresa de última hora, materializarán la semana próxima los expertos designados por PNV, PSE y Podemos supone una victoria del lehendakari, Íñigo Urkullu. Desde que PNV y Bildu pactaron las bases para reformar el estatuto con la idea de apostar por "un nuevo estatus", el presidente del Gobierno vasco ha repetido hasta la saciedad que pretendía "ensanchar" el acuerdo buscando el apoyo de PSOE y Podemos. Parece que lo ha conseguido. Porque los podemistas respaldarán hasta la "nación vasca" y el PSOE casi todo lo demás.
Las bases que en su día pactaron PNV y Bildu tenían un marcado carácter soberanista. PSOE y Podemos no las ratificaron por ese motivo. Incluían, entre otras cosas, el citado reconocimiento de Euskadi como nación, la diferenciación entre "ciudadanos" y "nacionales vascos" o la referencia al derecho de autodeterminación.
Tras aquel acuerdo primigenio con los bildutarras, en esta comisión de expertos el PNV podía optar por transitar dos caminos diferentes: aliarse solo con Bildu para buscar un texto abiertamente independentista o acercarse a las citadas formaciones de izquierda para alcanzar un acuerdo más transversal.
Urkullu y los suyos prefirieron andar por la segunda vía pero sin abandonar del todo la primera, en línea con su tradicional doble juego político. El plan del lehendakari era y es articular lo que él llama el "Concierto político"; es decir, imitar en materias de calado político lo que ya ocurre en el ámbito económico con el famoso "Concierto". En el fondo, este plan supone que conceder una amplia autonomía política al País Vasco, que pasaría así a tener una relación "bilateral" con el Estado.
Las fuentes consultadas explican que el coordinador del grupo de expertos, Mikel Legarda, que además de participar aquí como jurista es el número dos del grupo del PNV en el Congreso de los Diputados, ha optado ante todo por acercarse a PSOE y Podemos durante la negociación. Algo que ahora, con la nueva mayoría en el Parlamento nacional tras las generales del 10-N, puede cobrar más relevancia. Porque parece claro que las tres formaciones se ayudarán tanto en Madrid como en Vitoria.
Bildu y PP, en contra salvo sorpresa
El acuerdo "casi total" a tres va a contar con la oposición de dos grupos parlamentarios. Bildu ya rompió la baraja el pasado verano, cuando Urrutia presentó por sorpresa un texto alternativo al que se estaba trabajando en el grupo. Con ese movimiento, la coalición abertzale que lidera Arnaldo Otegi dejaba claro que su apuesta era y es más independentista y está alejada de los puntos del texto que pueden pactar PNV, PSOE y Podemos.
En el otro extremo está el PP. Del Burgo mostró desde el primer momento su total oposición tanto a las bases acordadas en primera instancia por PNV y Bildu como al más que posible acuerdo ya mencionado. Al parecer, el experto designado por el PP considera que ambas propuestas son claramente inconstitucionales y, por ello, abogará por una reforma del Estatuto dentro del marco constitucional.
Queda un largo proceso
Los trabajos de esta comisión de expertos son más que relevantes para comprobar el nivel de acuerdo entre los diferentes partidos, pero no son vinculantes ni suponen el final del camino. Los borradores de los juristas pasarán a la llamada "Ponencia de actualización del autogobierno de Euskadi" del Parlamento vasco, que es, en puridad, una comisión estatutaria donde están todos los partidos. Sobre la base de lo dicho por los expertos, las formaciones políticas tendrán que pactar un texto de reforma. Y lo que salga de dicha comisión pasará al pleno de la Cámara de Vitoria para ser aprobado.
Si, como parece claro, el acuerdo entre PNV, PSOE y Podemos persiste y las tres formaciones aprueban en el Parlamento regional la reforma del Estatuto de Gernika, sea con los matices que sea, el texto pasará al Congreso de los Diputados. Como ocurre con todos los estatutos de autonomía, deben ser tramitados en las Cortes como ley orgánica. Y el final del camino sería la celebración de un referéndum en Euskadi, tal y como marca la Constitución y cuyos términos se pactarían entre el Congreso y el Parlamento vasco.
Teniendo en cuenta los pasos que incluye el proceso, parece claro que, salvo que los partidos pisen a fondo el acelerador, el Parlamento vasco no podrá aprobar el proyecto de reforma en esta legislatura, ya que en 2020 se celebran elecciones autonómicas. Eso sí, no parece que las mayorías que vayan a salir de las urnas puedan cambiar el escenario. Porque, según todas las encuestas, la suma de PNV, PSE y Podemos seguirá siendo mayoritaria en todo caso tras pasar los comicios regionales.
En las negociaciones de investidura
Existen entre los políticos vascos versiones contrapuestas sobre cómo será este largo camino de la reforma del Estatuto de Gernika, entre otras cosas porque hay quienes consideran que realmente no se trata de una reforma, sino de una ruptura con la Constitución que acabará irremisiblemente en el TC. ¿Será un plan fallido como aquel célebre Plan Ibarretxe que rechazó el Congreso? ¿O el actual reparto de fuerzas en las Cortes hará posible que haya un acuerdo entre los tres partidos mencionados?
Lo único seguro es que la semana que viene terminan los trabajos de esta comisión de expertos que se han alargado durante 14 meses. Será solo a partir de entonces cuando se verá si realmente el PNV está dispuesto a pactar con el PSE, su socio de gobierno, y con Podemos para alumbrar una mayoría más transversal -"ensanchada", diría Urkullu-, o si, por el contrario, prefiere aliarse con Bildu para ahormar un frente nacionalista contra el Estado.
Y también es evidente que este final de los trabajos del citado grupo de expertos entronca con la política nacional porque, como ya se ha dicho, llega en un momento de gran relevancia política: las negociaciones para la investidura de Sánchez como líder de un gobierno de coalición entre PSOE y Podemos, el primero de estas características desde la Segunda República.
Como viene contando este diario, la sintonía es buena entre las dos formaciones de izquierda y el PNV. Ya han empezado las negociaciones para que la formación de Pablo Iglesias salve los últimos presupuestos de Urkullu. Hasta algún dirigente socialista ha pedido que los peneuvistas entren al gobierno. Quizás no se llegue tan lejos, pero los tres partidos tienen mucho de que hablar, tanto en Madrid como en Vitoria. Uno de los temas estrella de sus conversaciones será, por fuerza, la reforma del Estatuto vasco.
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