La política puede convertir en compañeros de viaje a los extraños. Y reconciliar a viejos socios, incluso cuando algo parecía haberse roto para siempre. Algo así ocurre ahora mismo en el País Vasco entre el PNV y el PP. Porque los peneuvistas necesitan un socio para que Íñigo Urkullu pueda aprobar los presupuestos y agotar la legislatura, mientras los populares que comanda Alfonso Alonso necesitan tiempo para rearmarse con su "voz propia" en Euskadi. ¿Condenados a entenderse? Parece que sí, un año después de la moción de censura que enemistó a ambas formaciones.
Hasta hace 13 meses, cuando Mariano Rajoy gobernaba, el PNV era el socio preferente del PP. El Gobierno central y el Ejecutivo vasco acordaban todo lo posible tanto en Madrid como en Euskadi. El cupo, las infraestructuras y, sobre todo, los presupuestos nacionales y autonómicos. Porque Urkullu, que gobierna coaligado con el PSOE, necesitaba al PP para aprobar sus cuentas. Y porque Rajoy, que gobernaba en franca minoría, necesitaba al PNV para aprobar las suyas. Acuerdos. Fotos amistosas. Y todos contentos.
La traición imperdonable... hasta ahora
Pero entonces Pedro Sánchez dinamitó el panorama político con su moción de censura contra Rajoy aprovechando la sentencia de la Gürtel. Tras muchas dudas, el PNV, que tenía la llave para desempatar en el Congreso de los Diputados, dijo 'agur' a Rajoy y votó a favor de Sánchez. El PP, que confiaba en la solidez de su pacto con los nacionalistas vascos, sintió aquello como una puñalada trapera. Una traición que nunca perdonaría... Pero en política decir nunca es como decir siempre. Palabras gruesas que luego se evaporan cuando conviene.
Lo que parecía una traición imperdonable ya no lo es tanto. Porque el panorama político resultante de las elecciones generales y municipales es diferente. El PNV, gran beneficiado de las citas electorales, aglutina casi más poder que nunca. Un posible adelanto de las elecciones autonómicas asusta a sus rivales. Urkullu lo sabe y busca socio para aprobar los presupuestos de 2020 después de no lograr sacar adelante los de 2019 precisamente porque el PP se sumó a Bildu y Podemos en su rechazo total a las cuentas.
Estos días el PNV se está reuniendo con sus potenciales socios en busca de apoyos. Parece claro que ni los abertzales ni los podemistas van a respaldar a Urkullu. Y, por ello, el PP se antoja como el socio prioritario. Sin ir más lejos, este lunes 'El Correo' daba por hecho que el PNV solo pactará con los populares. El propio Alfonso Alonso ha cambiado su postura hacia los peneuvistas. Hace unas semanas, ofreció a Urkullu su apoyo para las cuentas a cambio de una serie de condiciones.
El PP necesita tiempo para rearmarse
No es un secreto que el PP vasco, que ha padecido durísimos reveses en las urnas en Euskadi, necesita tiempo para recuperarse. Si apoyase a Urkullu y este no adelantase las autonómicas, tendría ese tiempo. Los populares trabajan en rearmarse construyendo una "voz propia" en el País Vasco, con un tono y un estilo distantes de Génova 13, "adaptados al territorio", como explicaba Borja Sémper en una reciente entrevista con Vozpópuli.
El momento de alumbrar ese nuevo PP vasco llegará a mediados de septiembre. Desde entonces, los populares comandados por Alonso querrán visualizarse ante los ciudadanos como "necesarios" y "útiles". Quizás una manera de hacerlo sea respaldando las cuentas de Urkullu. Porque la censura a Rajoy fue hace trece meses. Y en los tiempos que corren eso es una eternidad.
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